¿Quién puede llevar tu empresa al éxito o al fracaso? Spoiler: no es solo tu equipo
Tribuna MKS
Los denominados 'stakeholders' son los colectivos, humanos o no, que pueden llevar tu negocio al cielo o al infierno
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Decía R. Edward Freeman, el padre del concepto de stakeholders o grupos de interés de una empresa, que ésta no solo debe rendir cuentas a sus accionistas, sino también a todas las personas y colectivos que se ven afectados por sus actividades. Y no, no se refería únicamente a la clientela. Si piensas que esto suena complicado, espera, porque en realidad es mucho más simple (y útil) de lo que parece.
El universo de tu empresa
Los stakeholders, o grupos de interés, son los colectivos vivos (humanos o no) que pueden influir en tu actividad empresarial o que se ven afectados por ella. Son, como a mí me gusta definir, esos grupos que pueden llevar tu negocio al cielo o al infierno. Es tu universo.
Y claro, ahí te encuentras con tu clientela, tu plantilla, tus empresas proveedoras, las administraciones públicas, las comunidades vecinas, e incluso el medio ambiente. Sí, hasta los peces son un stakeholder si tu actividad les afecta. Porque garantizar un entorno sostenible no es solo una moda, es una necesidad de la que depende tu propia subsistencia como empresa rentable. Y si de momento esto no ha llegado a preocuparte, igual deberías saber que sí que le importa a quienes te compran. Cada vez más, además.
Imagina este escenario. Tu empresa es una orquesta. Los stakeholders serían los músicos. Si el violín está desafinado o la percusión va a su aire, adiós sinfonía y hola desastre. Por eso, entender quiénes son, qué necesitan y cómo puedes gestionar tu relación con cada uno, es una estrategia empresarial que va a marcar la diferencia, te va a fortalecer como empresa y te hará ser incluso más rentable. Prueba.
¿Cómo identificarlos?
Identificar tus stakeholders principales es una cuestión de sentido común, te aviso, pero aquí te dejo los pasos más esenciales, por si te falla el menos común de los sentidos.
1. Haz inventario: empieza por lo obvio, ¿quiénes están más cerca de tu actividad? Tu plantilla, tu clientela, y quienes te suministran productos o servicios. Esos son los más intuitivos, pero no son los únicos. Sigue buscando.
2. Piensa en efectos colaterales: ¿tu actividad afecta al medio ambiente? ¿Trabajas en una comunidad local específica? ¿Hay vecinos o vecinas que te hacen saber que existen periódicamente? ¿Tu actividad está regulada por alguna administración concreta? Más stakeholders.
3. Prioriza: es momento de equilibrar las cosas, y aquí viene lo interesante. No todos los stakeholders tienen el mismo peso en tu éxito o fracaso. Haz una lista y clasifica: ¿quién tiene mayor capacidad de afectar tu actividad, para bien o para mal, de manera inmediata? Esos son tus VIP, los que más y mejor debes atender.
Identificarlos es sólo el principio
La magia no está solo en identificarlos, sino en gestionarlos. En mi experiencia, la gestión de stakeholders es pura comunicación. Hablar, sí, pero también y sobre todo escuchar. Por eso no puedes olvidar estas claves en tu gestión de empresa.
· Comunicación abierta y transparente: y no caigas en la tentación de contar solo lo bonito. Funciona trabajar una relación que se base en la confianza. Así que, si algo va mal, dilo. Y, si puedes, dilo antes de que te lo pregunten.
· Empatía real, no de escaparate: escucha a tus stakeholders de verdad, con la intención de hacer algo con lo que te dicen. Si no, mejor no preguntes.
· Compromiso evidente: no prometas, actúa. Si dices que cuidas el medio ambiente, demuéstralo con hechos; si dices que te comprometes con las comunidades vecinas, que lo noten.
Parecería que no he hecho otra cosa que hablar desde el sentido común. Por eso me sigue sorprendiendo encontrar empresas que no han hecho estas reflexiones, que no han identificado sus stakeholders o, lo peor, que no trabajan las relaciones con ellos. Conocer a quienes pueden hacer que tu empresa brille o se tambalee es como tener el mapa del tesoro. De ti depende leer las señales y obtener el premio. No es solo responsabilidad social, es estrategia inteligente.
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