Un 'hasta luego' lleno de música
El colegio José Nogales de Aracena despide el curso con una fiesta con coreografías y reconocimientosl numeroso público Amigos, familiares, compañeros y numerosos curiosos acudieron a la fiesta de fin de curso celebrada en las pistas exteriores del centro escolar.
Un hasta luego lleno de alegría, fiesta y música. El colegio público José Nogales de Aracena, donde se imparten los seis cursos pertenecientes a la enseñanza primaria, ha celebrado recientemente como cada año su fiesta de fin de curso en las pistas exteriores del centro escolar.
Muchos de los docentes han preparado con cariño para la ocasión algunas coreografías, en las que la música y los propios niños son los auténticos protagonistas para el deleite de amigos, familiares, compañeros y numerosos curiosos. Ha sido un trabajo desempeñado durante las últimas semanas del curso antes de la gran fiesta.
El ambiente en las pistas del colegio ha sido muy gratificante para los padres y los hijos, que estuvieron acompañados de numerosos familiares y vecinos que quisieron disfrutan de una tarde entretenida y divertida, tal y como reflejaban sus rostros.
El espectáculo sirvió también para dar un merecido homenaje tanto a los maestros que se jubilan en el centro como a aquellos alumnos que al cumplir sus seis años en el centro pasan ya al IES San Blas de Aracena. Éstos ha recibido en el acto un diploma del colegio entregado por los maestros, con la mención pública delante de los asistentes y el aplauso por la labor académica realizada. Sin lugar a dudas, han sido unos momentos muy emotivos, en los que se han ido intercalando los bailes de las clases con la entrega de reconocimientos a los alumnos que pasan a la educación secundaria. En el presente año se han jubilado José Manuel Pulido y Manuel Moya.
Las coreografías han estado muy bien elaboradas. Los pequeños se prepararon para la ocasión con las vestimentas necesarias. De hecho, realizaron bailes dignos de ver en los que interpretaron alguna historia con el acompañamiento musical. Fue un orgullo para ellos mismos y sus familiares. Incluso, el idioma no fue obstáculo alguno ya que se atrevieron a bailar al son de la música inglesa.
Otro aspecto importante de esta fiesta es la integración de los niños extranjeros que residen en la localidad ya que se implican en las costumbres tanto del centro como del pueblo y hacen estas actividades al igual que el resto de sus compañeros.
La tarde de baile, diplomas y reconocimientos ha servido para despedir un largo curso académico antes de adentrarse en el verano para descansar y coger fuerzas de nuevo de cara al próximo curso en septiembre.
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