La mafia en el cine
Un tema recurrente en el cine a lo largo de los años ha sido la mafia, el mundo de los gangsters norteamericanos y sus conexiones italianas, que una saga, especialmente brillante en sus sensibilidades cinematográficas la eleva a los máximos honores del Séptimo Arte. Me refiero a El padrino, de Francis Ford Coppola, cuyas tres entregas configuran una visión de esta temática tan modélica en lo estético como memorable en el retrato de los personajes y en la recreación de un ambiente que siempre ha provocado la máxima admiración.
Evidentemente muchas otras películas han sabido captar ese ámbito inquietante y delictivo del gangsterismo en diversas facetas, incluso desde el punto de vista biográfico e histórico de una crónica siempre caracterizada por momentos de violencia y tragedia, captados con un realismo sobrecogedor y angustioso. Podríamos citar multitud de ejemplos y algunos de ellos especialmente valiosos. Distingamos, sin embargo, el film de Coppola como paradigma de un género de gran tradición y notabilidad.
Son las conexiones del ámbito de este mundo mafioso con el cine las que han dado lugar a un libro recientemente publicado, Hollywood y la mafia, de Tim Adler. Sabido es que el sector de la producción cinematográfica de la llamada Meca del Cine era, y en buena parte sigue siéndolo, prácticamente judío, pero también abundaban los de origen italiano, como el gangster Bugsy Siegel, el artífice de Las Vegas o los abuelos de Frank Sinatra, que por cierto eran vecinos de la misma calle en la que vivía otro célebre mafioso: Lucky Luciano, todos ellos de procedencia siciliana.
En su libro, Tim Adler,da cuenta de los cambios que se han producido en las relaciones mantenidas entre el cine norteamericano y el mundo de la delincuencia de este jaez. El autor de Hollywood y la mafia habla de El padrino, película por tantos motivos modélica como una "imagen romántica", del género que es una especie de hito estelar sobre la mafia en Estados Unidos.
Por el contrario afirma que una serie televisiva de tanto predicamento como Los Soprano, representa una visión decadente alejada "de aquella mafia de los años veinte que quería controlar Hollywood", encontrándonos con "pequeños ladronzuelos mafiosos de clase media, cuyos hijos son contables, banqueros o abogados". Sin embargo se refiere a esta famosa serie como la que mejor refleja el ámbito mafioso y considera normal que sus guionistas tuvieran contacto con los clanes de la mafia de New Jersey, lo mismo que Howard Hawks hiciera cuando filmó en 1932 otro de los films míticos de este género Scarface.
En todo caso hay una época en la que este cine de gangsters, de tanta trascendencia, se confunde a veces con el llamado cine negro, que empieza a proliferar a partir de la crisis de 1929, el crack económico de Wall Street y la necesidad de todas las sociedades de narrarse a sí mismas. En este caso las relaciones del mundo del cine norteamericano con la mafia, el delito y el crimen organizado, componen un capítulo apasionante expresadote tal forma en muchas ocasiones que han dejado huella en nuestros mejores recuerdos cinematográficos.
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