Manuel Prieto, una vida dedicada a la profesión más bonita del mundo

Cuando te apasiona tu profesión, se nota. Y no solo porque rara era la vez que llegabas del trabajo a casa antes de las cuatro de la tarde, sino porque se veía, se sentía y lo decía toda la gente. 

La entrega y el cariño que has puesto durante 42 años de trabajo dedicado a lo más valioso de este mundo, el nacimiento de una vida, es algo que todos hemos podido comprobar a lo largo de tu carrera como matrona, que no matrón ni matrono. 

Un lepero muy de su Lepe natal que comenzó a trabajar en su pueblo de adopción, Ayamonte, siendo el primer hombre de Huelva en ejercer el trabajo más bonito del mundo. 

Un viaje que continuó unos años después en el Hospital de Riotinto, hasta llegar en 1986 a Huelva para empezar una nueva etapa llena de hitos en el Hospital Infanta Elena, donde ayudaste a traer al mundo a tus hijas y atendiste a tantas madres, y también padres, que a día de hoy solo tienen palabras de cariño hacia ti. 

Manuel Prieto Santana, “El Manitas de Oro”, decían muchos, y no solo por tu habilidad, sino porque siempre transmitiste amor por tu trabajo en forma de respeto, humor y amabilidad hacia unos futuros padres que ponían en tus manos lo más importante de sus vidas. Y esto era unánime: Nunca he conocido a una persona de la que hablasen de tan maravillosa manera. 

Pero no te quedaste en el paritorio, también quisiste traspasar fronteras por tu profesión y compañeros, perteneciendo a la Asociación Andaluza de Matronas durante ocho años como vocal de Huelva, y como presidente de la bolsa única de Andalucía otros ocho años, además de ser también vocal en los procesos selectivos a la función pública andaluza durante una década. 

Y avanzando en tu carrera, desde el Infanta Elena, tu casa, llegaste al Hospital Juan Ramón Jiménez como Supervisor de Paritorio, trabajando mano a mano con todos los grandísimos profesionales que te han acompañado durante 13 años en la búsqueda de ejecutar este importante trabajo con la mayor diligencia posible, gestionando recursos y buscando el bienestar de todos: trabajadores y, por supuesto, madres e hijos. 

En él también soñaste con el futuro hospital Materno Infantil, que un día llegará y tendrá mucho de ti y de tu visión. Y el broche de oro a años de trabajo, el mejor de los regalos: Ayudar a nacer a quien, sin ninguna duda, ahora mismo es la persona que más quieres en este mundo: tu nieta. 

Has sido el mejor profesional, pero también la persona más cercana, divertida y comprometida con todos los que te han rodeado. A todos has marcado, y me llena de orgullo que cuando alguien se entera de que soy tu hija, solo tengan palabras bonitas hacia ti. Por algo será. 

Termina una importante etapa para ti, y aunque siempre has sido “disfrutón”, ahora viene otro camino que recorrer para dedicarlo a todo lo que mereces: Disfrutar de la vida con los tuyos. 

Feliz cumpleaños y feliz jubilación, papá. Te quiere y admira tu hija.