Más de 50 personas viven en las calles de Huelva capital en ola de frío

Huelva/Entre cartones, sobre bancos y, con suerte, dentro de algún portal de las calles de Huelva capital viven entre 40 y 50 personas en plena ola de frío. Es un número que fluctúa y que corresponde a los "usuarios localizados por Cruz Roja" en la actualidad, mientras hay otros tantos que consiguen residir en un coche o edificio abandonado en épocas en la que la salud peligra más que de costumbre. El devenir y circunstancias de cada uno de ellos es distinto, pero los datos que agrupan en la misma entidad hablan de una mayoría de varones -un 80% frente al 20% que son mujeres-, con una media de 55 años de edad. "Algunos han perdido su empleo, han tenido rupturas familiares y se han quedado sin sus hogares. También hay gente que ha consumido alcohol y drogas, y otras tantas casuísticas que los han llevado a esa situación".

En Cruz Roja realizan una ruta nocturna por los barrios de la ciudad y Miguel Ángel Rodríguez, responsable de voluntariado de Cruz Roja en Huelva, afirma que últimamente van acompañados de una ambulancia. "Salimos tres veces en semana. Lunes, miércoles y viernes. Vamos hasta una nave donde tenemos una cocina y bebidas reparadoras. Luego, las repartimos entre los usuarios: café, zumo y algún caldo".

Facilitan la comida, miden la tensión, y evalúan su estado, aunque "quizás en estos momentos les urge más la ropa de abrigo". "Llevamos calcetines, guantes, saco de dormir, bufanda y gorro para que abriguen sus extremidades, donde más se suele sentir el frío. Solemos darles consejos o más bien recordárselos: que se aparten de las zonas húmedas, cubiertas con goteras, y uno de los servicios que más agradecen es la compañía".

Aprecian especialmente, añade el responsable, cuando "el voluntario ha ido un par de veces a verlo y ya lo conocen por su nombre". Quizás sea la única oportunidad que ha tenido a lo largo del día de entablar una conversación con una persona. "Tienen una dificultad muy grande para vivir con pocos recursos y, si a ello le sumas una ola de frío, es mucho más complejo".

Por ello, además de la Unidad de Emergencia Social van acompañados del transporte sanitario, "porque podemos encontrar gente con episodios de enfriamientos, hipotermia, y vamos atendiendo las necesidades de cada uno". La entidad trabaja tanto a corto plazo, con labores de seguimiento del estado de salud, como a largo. El fin último y lo que más reconforta al voluntariado es contabilizar un 'caso o historia de éxito' más.

'Casos de éxito'

Como historias exitosas evalúan a las personas que consiguen sacar de la calle de la mano de otras alternativas: albergues municipales y otras entidades. "A veces, hemos derivado a alguien a un proyecto y la persona ha logrado salir de la situación de vulnerabilidad. Recuerdo el ejemplo de Andrea, un italiano al que entrevisté yo mismo. Contaba que cuando vivía en la calle, con cartones y demás, solía ir por la mañana a la biblioteca porque podía lavarse y podía estar 'calentito'. Cuando cerraba, tenía que volver a la calle". Esta vez, el joven terminó "rehabilitándose. "Vino después a darnos las gracias porque había cambiado su vida, había encontrado un empleo", añade. Hasta cuatro de los mencionados casos han logrado registrar en 2024; cuatro personas que han rehecho su vida.

En contraposición, también hay historias más desafortunadas. "No de este año, pero en otras ocasiones no sería la primera vez que se muere alguien en la calle. El pasado año, han sido varias las personas que han salido de las calles y hemos logrado tener los recursos. Digamos que no todo el mundo quiere ese otro recurso: hay quien tiene problemas de salud mental o problemas de alcoholismo y drogadicción".

La misión

Cruz Roja tiende a buscar la posibilidad de "cambiarle la vida y dar otra oportunidad. Es un proyecto que al voluntariado de Cruz Roja le gusta mucho. Tenemos unas 30 o 40 personas a lo largo del año, porque los voluntarios entran y salen, pero van visitando y viendo la forma de ayudar a esas personas durante la noche".

En la ruta por las barriadas de la ciudad, localizan usuarios en lugares concretos, puntos en los que se quedan frecuentemente. "Por la mañana, me crucé con alguien en Damas y con otra en Paseo de Independencia. Parecen invisibles durante el día, como si no los viéramos, pero por la noche aparecen con su cartón, con su perro o en un coche. Y viven así".

La ciudadanía también puede aportar su granito de arena. "El otro día llegó un mensaje de Whatsapp de un vecino porque habían localizado a alguien sin hogar y nos mandaban la ubicación para ir a ver cómo se encontraba. Solemos ir a puntos concretos, porque el usuario que tiene un banco es como si fuera suyo, el que tiene un portal es como que vive ahí".

Siguientes pasos

Los trasladan a centros sanitarios y trabajan con un dispositivo social. Cruz Roja cuenta con determinados recursos, como el plan de empleo y se les guía para que "puedan salir de esa situación". Se apoyan además de los recursos de las administraciones, que aportan otras alternativas.

"Está el albergue municipal, que forma parte del Ayuntamiento. También hay comedores sociales. Sí que es verdad que la persona tiene que cambiar su vida para que esto termine, porque estos recursos son temporales, no definitivos. En un albergue puedes estar tres noches, pero no puedes vivir ahí todo el tiempo y alojarse de forma definitiva".