Los médicos deben "adaptar sus mensajes" en función del paciente

UNIA

El periodista Antonio Molero afirma que en todo momento se debe "pensar en el receptor"· Por su parte, el doctor De Frutos opina que nunca hay que decir a un enfermo terminal "lo que no quiere oír"

De Frutos, segundo por la derecha, se opuso a ocultar información porque muchas veces "provoca más perjuicios que beneficios".
De Frutos, segundo por la derecha, se opuso a ocultar información porque muchas veces "provoca más perjuicios que beneficios".
Álvaro Cámara / La Rábida

25 de julio 2008 - 01:00

Los cursos que la Universidad Internacional de Andalucía imparte en su sede iberoamericana de La Rábida siguen avanzando en su programación. En la jornada de ayer, uno de los temas que se trataron en el seminario 'Habilidades de comunicación en la práctica médica' fue el análisis de las "normas básicas de comunicación con los pacientes". Esta intervención, que corrió a cargo del periodista Antonio José Molero, tiene como uno de sus principales puntos la necesidad de que los profesionales sanitarios adecuen los mensajes que transmiten a los pacientes en función de lo que éstos quieren oír.

Molero, quien interviene como ponente en este seminario, añadió que, en la consulta, el paciente "mentalmente es un niño de catorce años", por lo que abogó por "adaptar el mensaje a ese niño". Asimismo, el periodista destacó que otra de las normas a seguir se centra en "cómo construir el mensaje". De esta manera, apuntó que en esos momentos críticos el paciente es capaz de asimilar mejor los mensajes emocionales que los racionales, por lo que abogó por hacer buena la máxima "lo afectivo es lo efectivo", tratando de "llegar a la cabeza de la gente a través del corazón".

Junto a esto, la tercera idea clave que propuso Molero fue "preocuparse por los aspectos formales", ya que, a su juicio, "no es lo que se dice, sino cómo se dice". De esta manera, señaló la importancia de cuidar aspectos como el vestuario que se utiliza o el lugar elegido para hablar con el paciente o con sus familiares. "Si se comunica la noticia en un pasillo, mal vamos", indicó, por lo que comentó la conveniencia de "tener un lugar acondicionado para tal efecto". Junto a esto, Molero afirmó que otro de los aspectos en los que se podría mejorar es que "muchas veces se olvida lo que dicen los médicos porque el mensaje no está estructurado", ya que, en ocasiones, el sanitario no planifica lo que va a decir, sino que va encadenando las ideas a medida que éstas le llegan a la mente. Así, aseveró que si el doctor "estructura el mensaje y lo acompaña de un apoyo visual", los contenidos "se recordarán más fácilmente".

Por su parte, el doctor Miguel Ángel de Frutos realizó una ponencia en el seminario en la que se abordaron las diferentes estrategias a la hora de comunicar una mala noticia. El sanitario indicó que la transmisión de estos mensajes "es una necesidad que desgraciadamente se presenta casi a diario". Además, añadió que a causa de que "lamentablemente no se pueden solucionar todos los problemas", los doctores "tienen que tener unas herramientas que hagan efectiva esa comunicación", con el objetivo de "minimizar en la medida de los posible los efectos que estos diagnósticos o sucesos imprevisibles puedan ocasionar a estas personas y a sus familias".

Por esto, De Frutos abogó por dar a cada paciente "la información que necesita o deben recibir", en definitiva "individualizar esa información", puesto que todos los pacientes no demandan la misma cantidad de datos, "unos quieren saber más y otros menos", señaló. A este respecto, el doctor quiso incidir en la especial importancia que este aspecto tiene en aquellos pacientes que se encuentran en una fase muy avanzada de su enfermedad, ya que, según sus palabras, "nunca hay que decir a un paciente terminal lo que el paciente no quiere oír".

Junto a esto, añadió que la práctica es la que hace "que haya buenos o malos comunicadores" en este campo, al tiempo que precisó que los primeros son aquellos a los que los familiares no olvidan cuando les ha transmitido la noticia, ya que si esta labor "se hace bien", es algo que "se recuerda toda la vida". Al hilo de esto, De Frutos se opuso al encubrimiento de datos, ya que "muchas veces ocultar información provoca más perjuicios que beneficios".

Por su parte, el director del curso, Manuel Alonso trató en su intervención las directivas de comunicación que se utilizan desde la organización que encabeza, la Coordinación Autonómica de Transplantes de Andalucía, para tratar de "revertir la tasa negativa hacia la donación de órganos", siendo su objetivo principal "conseguir que toda la sociedad diga sí a la donación".

Además, el ciclo también ha contado con la visión que tiene de él sus propios alumnos. Para Noemí Repilado, estudiante de Enfermería , 'Habilidades de comunicación en la práctica médica' se trata de "un curso de gran interés para los estudiantes sanitarios", ya que en las clases se profundiza en una formación que "en las universidades a veces se deja un poco de lado", ya que se centran en otros puntos como "en los cuidados a los pacientes o la realización de un tratamiento". Asimismo, añadió que "no se enseña la comunicación o la confianza que debemos transmitir", la cual "tiene que ser efectiva" para "aportar confianza", por lo que siempre "va a ser positiva".

Por último, la estudiante apuntó que esta semana de aprendizaje le ha aportado "seguridad en la práctica enfermera para poder realizar una ayuda mejor al paciente", así como las habilidades para "tener una comunicación más fluida con él".

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