Del menú al 'tupper' en la oficina
La crisis provoca que el 16% de los onubenses que comen fuera de casa de lunes a viernes lo haga en sus lugares de trabajo para ahorrar tiempo y dinero · Las ventas por menús del día descienden un 15%
De las comidas en restaurantes a los menús del día y ahora a las fiambreras preparadas en casa para comer, sin perder tiempo ni dinero, en lugares de trabajo. La crisis está cambiando hasta los hábitos alimenticios de los onubenses, que hace un año sustituyeron los platos individuales en los restaurantes por las raciones compartidas e incluso los menús del día, a los que ahora han dado paso las tarteras en los lugares de trabajo.
Hay que apretarse el cinturón y de esta forma se ahorra una media de seis euros al día, lo que se traduce en treinta a la semana o en cien euros al mes. Y mientras unos ahorran, otros siguen acumulando pérdidas: los hosteleros de la provincia, que han detectado un descenso de casi un 15% en las ventas de los menús del día, según los datos que maneja la Asociación Provincial de Hostelería, que calcula casi en el mismo porcentaje (16%) el de los onubenses que comen fuera de casa y han apostado por el tupper. "Hace sólo unos meses era una excepción ver a un empleado comiendo en la oficina, pero en la actualidad son cada vez más los trabajadores que han sustituido el menú del día en restaurantes y bares por la comida preparada que se traen de casa, que a veces se traduce en un simple sandwich", explica el secretario general de la patronal del sector, Rafael Barba.
Y es que hasta ahora, ese hábito se apreciaba fundamentalmente en el sector de la construcción, en el que no eran pocos los albañiles que a pie de obra realizaban un parón para almorzar. Una tendencia que ahora llega a todos los sectores, especialmente el de administrativos y profesiones liberales, según las mismas fuentes, que apuntan a que son las mujeres las que más conciencia tienen a la hora de ahorrar: se calcula que por cada hombre que come en la oficina son tres las mujeres que lo hacen. Y eso tiene dos explicaciones. Una, que ellas ocupan más puestos administrativos y, dos, que ellas están más dispuestas a sacrificar el trinomio café, copa y puro en aras de la economía doméstica, según un informe realizado por la consultora TNS en el que se asegura que la apuesta por llevarse el tupperware de casa ha dejado un incremento del 22% en el caso de las mujeres frente al más modesto 5,2% en lo que se refiere a la población masculina que come fuera de su hogar.
Rosario V. es una onubense que trabaja en un municipio diferente al que reside, lo que le obligaba a comer diariamente fuera de casa; hasta ahora acudía a un restaurante cerano a la oficina, pero desde que empezó el año, se lleva la comida de casa, "porque así ahorro dinero y también tiempo". Y es que además de las necesidades económicas (comer en la oficina supone además el ahorro del transporte diario) no son pocos los que deciden "echar alguna hora más para sacar el trabajo adelante. En tiempos de crisis tenemos que arrimar más el hombro", explica.
Ese cambio de hábitos ha llevado a que en más de una oficina se habiliten espacios para que puedan comer sus empleados. "Nos han puesto una habitación con mesas, sillas, un microondas y un frigorífico", explica Montse R., secretaria de una empresa de servicios.
Los restaurantes se resienten y lo que comenzó el año pasado siendo un boom, los menús del día, han pasado a segundo plano, dejando un descenso en este tipo de ventas del 15%. Además se ha detectado un trasvase de clientes a los negocios de comida rápida -bocadillos, pizzas, hamburguesas, autoservicio, kebab- que, aunque no hay cifras oficiales que lo constaten, sí han aumentado sus ingresos. "Hasta hace poco eran los más jóvenes los que venían al establecimiento -asegura Antonio C., un empleado de uno de estos locales- pero ahora llegan hasta ejecutivos", asegura.
Y todos estos cambios de hábitos dejan un claro reflejo en el gasto, tal y como pone de manifiesto el panel de consumo alimentario en el hogar del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino referido a 2008. Muestra un aumento del gasto, pero un estancamiento en el volumen de alimentos comprados respecto a 2007, ya que sólo subió un 0,5% pese al aumento de población.
Y es que cuando se trata de recortar gastos los onubenses saben por dónde empezar. Otro estudio de TNS testimonia que las comidas dentro del hogar aumentaron un 6% el año pasado. De forma que cada onubense realizó un almuerzo o una cena más a la semana en casa durante 2008 y, como es lógico, uno menos en el restaurante.
Los hosteleros son los más perjudicados por esta situación y además no son optimistas respecto al comportamiento de los próximos meses. "Ya se ha llegado recortar en gastos que si no son básicos eran necesarios por motivos laborales", puntualiza Barba. Pero es que las cuentas se deben reajustar cada día, casi al ritmo que se corrigen las previsiones económicas del Gobierno.
También te puede interesar
Lo último