Moguer revive su historia: un viaje al pasado con la Feria de Época 1900
Charangas, teatros callejeros, disfraces variados y gastronomía atraen a centenares de personas hasta las plazas y calles del municipio
GALERÍA GRÁFICA | Imágenes de la Feria de Época 1900 de Moguer
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Moguer/Las plazoletas y calles de Moguer han viajado al pasado, como cada año, gracias al espíritu de sus habitantes y a su riqueza histórica. Era durante la mañana de este sábado -desde el viernes 21 hasta el domingo 23-, cuando la ciudad volvía a convertirse en un escenario lleno de reminiscencias históricas, volcando todo su ser en una recreación de su pasado, aquel que inspiró al poeta Juan Ramón Jiménez, que está más que presente en el famoso encuentro anual.
El casco histórico de la localidad no ha tardado en convertirse en un espectáculo vivo, a la sombra de sus banderillas de colores. Nada de ello podría existir sin sus vecinos y vecinas, que sacan sus originales trajes y los lucen sin complejos, invitando a los turistas a trasladarse más de un siglo atrás: a la Moguer de finales del siglo XIX, un pueblo rebosante de cultura y comercio que ahora muestran con orgullo.
Disfrutando de las actividades gratuitas, entre las que destacaban teatros callejeros, concursos de pintura y puestos de gastronomía local, no ha tardado en llenarse de familias, niños y mayores, que paseaban de una punta a otra del municipio para visitar cada detalle del encuentro y sin perderse ni un detalle. Claro está que los moguereños se entregan a esta celebración anual con un fervor único, recreando su pueblo de antaño con una programación que homenajea no solo la figura de Juan Ramón Jiménez, sino también las tradiciones más queridas de la localidad.
En las calles, se podían ver coches antiguos que evocan la época, un tiovivo de madera que divierte a los más pequeños, y representaciones de teatro en pleno aire libre. Entre las paradas obligatorias, unos mimos ofrecían una interpretación de teatro mudo, cautivando a quienes se paraban para observar. A los lados y por cada avenida y plaza, decoraban cientos de puestos de artesanía, donde se pueden encontrar productos locales y tradicionales, mientras los bares rebosan de gente que disfruta de la gastronomía y el mejor producto de la zona, con las mesas dispuestas en las calles que invitan a quedarse.
En la Plaza del Ayuntamiento de Moguer, un escenario recibía a distintos artistas locales con actuaciones musicales y teatrales que complementan la experiencia cultural. Además, para los amantes del arte, se organizaba un concurso de pintura rápida.
La feria homenajea esta vez a los panaderos de entonces, artesanos que modelaban el pan que alimentaba al vecindario y ciudadanía, llenando el aire con el aroma característico del horno de leña. Una tradición que el propio poeta reflejó en su obra y que sigue viva en un Moguer. En aquella época, Moguer contaba con un activo puerto sobre el río Tinto, más de 300 bodegas, una vibrante actividad comercial, teatro, plaza de toros y hasta cinco publicaciones periódicas. En cada rincón de la festividad se revive cada detalle de aquella época, a ritmo de una gran charanga que animaba el ambiente.
Aún queda una jornada más en las que Moguer revivirá su historia, como un pueblo que no olvida sus raíces, honrando su legado cultural y la figura de uno de los grandes poetas de la literatura española y mostrándola con cariño a los que quieren adentrarse en ella.
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