El gran momento de Huelva para liderar la Revolución Verde en España
La transición a las energías limpias
La provincia onubense encabeza el renacer de las fotovoltaicas con 5 nuevas plantas y 13 proyectos
Fuentes del sector apuntan que en 5 años será la principal productora nacional de energía solar
Aumenta la biomasa entre las renovables de la mano de Ence, con la eólica ahora estancada
Hace sólo quince días que está conectada a la red la planta fotovoltaica Guzmán, con capacidad para 50 megavatios, en pleno Andévalo, en Puebla de Guzmán. Es la segunda que se pone en marcha en la provincia en menos de un año tras Huelva 2020, que aporta otros 50MW desde Gibraleón. Iberdrola construye otra en Puebla, Andévalo, que está a poco de terminarse, como a punto de comenzar sus obras están otras dos plantas en el término municipal de la capital, Huelva 2021 y San Antonio, que suman otros 100MW. Y hay 13 proyectos más de parques solares de grandes dimensiones que se van a ejecutar de aquí a tres años, máximo, con una potencia añadida de 629,60MW. Incluso podría haber alguno más en ciernes que no haya trascendido públicamente. Porque el gran despegue de la fotovoltaica es ya una realidad, con un horizonte infinito hacia ese objetivo de lograr el pleno abastecimiento energético de España con renovables en 2050. Y Huelva se ha colocado en una posición preferente. Más que eso, a la cabeza.
Fuentes muy solventes del sector aseguran a Huelva Información que en cinco años la provincia liderará en España la producción de energía de fuente solar y se convertirá en uno de los principales focos de Europa. Se habla de “perspectivas reales” de disponer de 1.200MW en fotovoltaica en un lustro. No es un vaticinio infundado y lo dicen alejados de la hipérbole: Huelva está destinada a ser una de las grandes locomotoras de las renovables en España.
La base de la afirmación es sólida. Aquí se dan condiciones meteorológicas muy buenas, inmejorables en el caso de las horas anuales de sol, además de haber una gran superficie disponible en toda la provincia, sobre todo en comarcas como el Andévalo, donde no se observa la fragmentación de terrenos que sí hay en otras. Otro punto a favor son las condiciones técnicas existentes, con una mano de obra cada vez más especializada fruto del aumento de proyectos en desarrollo y de la necesidad de construir nuevos complejos cada año.
Sólo los trabajos de instalación y montaje de una gran planta pueden generar más de un centenar de empleos a lo largo de un año. En algunos casos, incluso el doble. Y muy preciados, por la alta cualificación necesaria y la disponibilidad cercana de trabajadores en las zonas que se están revelando como motores para el crecimiento de la producción de este tipo de energía limpia en Huelva, como el Andévalo, el Condado o la capital.
Fue más de diez años atrás cuando se registró el desembarco de las renovables en la provincia. Entonces se centró en la energía eólica y dejó la implantación de una docena de parques, sobre todo en el Andévalo occidental, a través de El Granado, Villanueva de los Castillejos, Puebla de Guzmán y Tharsis, principalmente, con una capacidad total de potencia eléctrica generada de 383,81MW.
En paralelo, además, se dio el desarrollo de instalaciones fotovoltaicas en distintas comarcas. Huelva fue parte también de ese boom de las placas solares, al calor de las ayudas públicas a instalaciones que hicieron que se multiplicaran huertos solares de unos 100 kilovatios (0,1MW), muchos de ellos en terrenos antes destinados a la agricultura o baldíos, y sistemas más sencillos para el autoabastecimiento privado.
Todo acabó en 2012, con el llamado Impuesto al Sol promovido por José Manuel Soria, ministro de Industria, Energía y Turismo con Rajoy, que no sólo acabó con las subvenciones sino que instauró un gravamen para todos aquellos que optasen por la generación eléctrica fotovoltaica.
El panorama, sin embargo, se ha aclarado en los dos últimos años. La apuesta por la transición energética realizada por el nuevo Gobierno ha derivado en dos marcos normativos que han recolocado el tablero: el Real Decreto 244/2019, de 5 de abril, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica, y el Real Decreto-ley 23/2020, de 23 de junio, por el que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica. Más un documento, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima. Ya no hay impuesto ni más cargas y el horizonte se ha despejado para alcanzar los objetivos marcados en España de la mano de la Unión Europea: dentro de diez años, en 2030, el 74% de la energía producida en el país debe proceder de fuentes renovables, y en 2050 se debe alcanzar el 100%.
Durante la última década, el parón en el desarrollo de las renovables es un hecho contrastado. Sobre todo en el marco de la fotovoltaica. Baste el dato de que la planta solar Guzmán, que acaba de empezar su producción en Puebla, fue el primer proyecto que empezó a desarrollarse en España hace tres años. Y Huelva 2020, en Gibraleón, ha sido la primera instalación de envergadura en ponerse en funcionamiento.
Antes de que eso ocurriera, la potencia generada por parques solares era de 75,08MW, mediante instalaciones de pequeñas dimensiones, en una distribución atomizada por todo el territorio onubense. Ahora, las dos plantas de 50MW que están operando encabezan la producción y han llevado a 175,08MW la potencia total instalada, lejos aún de los 383,81MW procedentes de los parques eólicos.
El vuelco será total en muy poco tiempo. La compañía extremeña Alter Enersun ha apostado fuerte por la provincia y construye ya en la capital su segunda gran planta, Huelva 2021, mientras prepara los proyectos de La Luz 1 y 2 y, sobre todo, el gran parque de 100MW en terrenos del Puerto en Marismas del Pinar. También Rolwind tiene tres en preparación en Almonte, y la sevillana Hive dos más en ese mismo entorno. Ya se trabaja en Guzmán 2 en Puebla, y Ence ultima su inmersión en la solar con proyectos en Lepe y Huelva. Y hay una razón para ese espectacular avance de la fotovoltaica que coincide con el estancamiento del número de molinos de viento instalados.
Más allá del soporte normativo que se ha creado en España, en los últimos años se ha realizado un desarrollo tecnológico muy considerable que ha llevado a abaratar los costes de las instalaciones solares frente al fuerte desembolso exigido en las otras. Los cálculos que maneja el sector actualmente indican que para producir 1 megavatio mediante eólica hay que invertir en torno a un millón de euros; en el caso de la fotovoltaica, se reduce a unos 500.000 euros. Si antes la unidad de watio pico (Wp) necesitaba de unos 4 euros, ahora puede costearse con 0,80 euros gracias a la mayor eficiencia de los componentes instalados en las placas. La preferencia, por tanto, está clara entre los inversores en renovables, aunque el mayor potencial de producción eólica hace que no se descarte y que desde el Gobierno se pretenda también impulsar en ese camino hacia la plena implantación de las energías verdes.
Es en este punto donde entran nuevos modelos productivos, en lo que se denomina la hibridación, que trata de maximizar la eficiencia de las instalaciones energéticas con un aprovechamiento compartido entre eólicas y fotovoltaicas. Y es ahí donde Huelva tiene una rica fuente para explotar minimizando los impactos de nuevas plantas de generación eléctrica.
En cualquier caso, Ence encabeza la alternativa a esa alianza entre placas y molinos con sus plantas de biomasa. En Huelva dispone de tres innovadoras instalaciones en su complejo junto a San Juan del Puerto con una potencia de generación conjunta de 136,95 megavatios, la mitad de toda la que se produce en Andalucía por esta vía y más de un cuarto de la generada en España. Y la compañía promete seguir avanzando en esta línea que la ha colocado entre las energéticas a considerar en este prometedor viaje al futuro que acaba de comenzar, también subida al carro de las fotovoltaicas con sendos proyectos en Lepe y la capital.
En otra dimensión están las hidroeléctricas en Huelva, fundamentalmente por circunstancias climáticas que son más favorables, en este cometido, en el norte. Los embalses del Chanza, Aracena y Zufre aportan cada uno 5MW que engrandecen la diversidad energética en la provincia. Como también ha venido a hacer en el último lustro Enagás y su planta oceanotérmica en Palos de la Frontera, con potencia de 4,5MW y un proyecto que es modélico entre las alternativas a las fórmulas de renovables más extendidas.
La cuenta atrás ya está en marcha y fuerza hay para un gran despegue. De su feliz desarrollo depende que Huelva vuele alto.
Un nuevo modelo mancomunado es posible
El Real Decreto-ley 23/2020, de 23 de junio, por el que se aprueban medidas en materia de energía y en otros ámbitos para la reactivación económica, establece una serie de medidas para impulsar nuevos modelos de negocio, como las denominadas comunidades de energías renovables, de las que pueden formar parte personas, pequeñas empresas e incluso entidades locales para generar la energía necesaria para su consumo e incluso participar del mercado. Este nuevo modelo está siendo objeto de estudio para la llamada España vacía, en pequeños municipios de interior en los que se promueva la sostenibilidad ambiental de forma asequible para todos sus vecinos. Y en pleno despegue de la fotovoltaica, no se descarta que la provincia de Huelva pueda aportar también proyectos pioneros en este tipo de singular colaboración público-privada para facilitar el acceso a la energía.
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