Las motos toman Paymogo
Más de 350 moteros de Huelva y Portugal participan en la Concentración Motera La Motogurumeladal recorrido Los motoristas recorrieron 110 kilómetros y pasaron por varios municipios cercanos a Paymogo.
El rugido de una moto no pasa desapercibido y siempre invita a girarse a tiempo para verla. Cuando en lugar de una son más de 350 motos las que rugen a la vez, entonces su poder de seducción puede resultar descomunal y encandilar a todo aquel que se cruza en su camino. Y de ello pueden dar fe los vecinos de Paymogo y otros municipios cercanos, que fueron testigos de la XV Concentración Motera La Motogurumelada, celebrada recientemente en este municipio onubense, y organizada por el Motoclub Bin 28 local.
Esta cita anual volvió a disfrutar de un gran poder de convocatoria y reunió a más de 350 entusiastas de la motocicleta de motoclubes o particulares procedentes de Huelva y su provincia y Portugal. No obstante, "un compañero llegó a contabilizar más de 425 motos en el paso por Santa Bárbara", apunta Román Marín, vicepresidente del colectivo motero.
El paseo San Mateo de Paymogo fue el punto de partida. Tras la inscripción, que se cerró de inmediato, los participantes desayunaron en el Bar La Cruz no sin antes dejar aparcadas sus motos en la plaza de la localidad. Este lugar se convirtió por unos minutos en un enorme y variado escaparate de los vehículos de dos ruedas. Harley Davidson, Custom, Chopper, Racing, Quad, Scooter... Rojas, negras, amarillas, blancas... Grandes, pequeñas... Motocicletas de todas las marcas, colores y tamaños llamaban la atención de cuantos aficionados del motociclismo y curiosos se dieron cita en la localidad paymoguera.
No fueron los únicos en apreciar esta gran alfombra motera. Los vecinos de Cabezas Rubias también la presenciaron a su paso por su municipio, donde la expedición aprovechó para tomar un abundante refrigerio con los productos típicos de allí como el salchichón, chorizo, lomo, etcétera. Los siguientes en admirar a esta comitiva fueron los habitantes de Calañas, donde tuvo lugar una segunda parada, que también sirvió para reponer fuerzas. El siguiente destino, tras pasar Villanueva de las Cruces, fue Tharsis. Allí, una vez más, los motoristas recibieron un refrigerio. A continuación, una vez pasado La Puebla de Guzmán, los motoristas llegaron de nuevo a su punto de origen. Atrás quedaron 110 kilómetros de recorrido y muchos momentos de grata convivencia. No serían los últimos ya que todos los participantes se reunieron en el Hostal Paymogo para degustar un suculento almuerzo a base de un potaje de gurumelos, una caldereta con patatas fritas, mucha bebida y un flan como postre. Y como broche para tan intensa jornada, los organizadores sortearon entre los asistentes cascos, camisetas, guantes, chaquetas, balones y un largo etcétera de regalos.
La esencia de la concentración, según Román Marín, es "pasar un buen día al lado de amigos moteros y realmente fue inolvidable".
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