Los negocios del Centro se pertrechan para la Magna
La hostelería celebra la previsión de afluencia y llena sus despensas para poder responder a la demanda Echan en falta más información por parte de los organizadores del acto
La celebración de un acontecimiento de las características del Acto de Fe que tendrá lugar hoy en Huelva requiere no sólo de una organización coordinada e impecable, sino también de altas dosis de paciencia y optimismo. La zona centro de la capital verá multiplicada la afluencia de público que normalmente soporta -la previsión fija en 40.000 los participantes en el magno evento- y a esto hay que añadir la sucesión de pasos procesionales que de forma paulatina irán saliendo de sus templos para acabar, invariablemente, en un espacio tan limitado como el de la Plaza de las Monjas. Los palcos instalados en la Gran Vía y en la mencionada plaza, las estructuras adicionales -pantallas, escenario y vallados diversos- y los cortes de tráfico y de acceso al epicentro de la celebración pueden ser motivo de crispación para quienes tienen en la zona sus domicilios, vados, garajes y negocios.
Sin embargo, el balance arroja más impresiones positivas que perjuicios pueda llevar aparejado el dispositivo especial planteado para el evento extraordinario. Los más beneficiados por las perspectivas de afluencia de público son, cómo no, los hosteleros de la zona, que llevan varios días organizando personal y suministros para poder responder a la avalancha de posibles consumidores que puede acarrear una jornada intensa.
Vicente Contreras, responsable del restaurante Ambigú, situado en el núcleo mismo de la celebración principal, admite que el establecimiento ha duplicado las existencias con las que suele contar en un día normal. "Lo tenemos ya todo solucionado y no nos afecta el corte de tráfico", admite, al tiempo que lamenta que el Ayuntamiento haya ordenado retirar las terrazas.
Idénticas previsiones tiene Antonio Rodríguez, de Burguer Fernando, que espera añadir un cero a las más de 200 personas que atiende a diario en su quiosco de la Plaza de las Monjas. "Estos actos son muy buenos para la ciudad, muy beneficiosos", señala, "aunque yo me voy a pegar una paliza impresionante", celebra entre risas.
El trasiego de gente se nota en la plaza desde hace ya varios días. El cartel de completo en algunos hoteles de la capital se traduce en visitantes que requieren atención e información, algo que alegra a la informadora turística de la oficina de la Plaza de las Monjas, Alicia Regueiro, para la que el día de ayer fue gratamente agotador. "No he parado. Viene mucha gente de Huelva a pedir programas e información sobre transporte, pero también muchos visitantes que preguntan qué es la Procesión Magna y en qué va a consistir el acto", explica.
Sin embargo, no todo es satisfacción. Manuel Sánchez, del quiosco de prensa de la Plaza de las Monjas, lamenta que "aún nadie se ha puesto en contacto con nosotros desde el Ayuntamiento para saber qué tenemos que hacer, si podemos abrir o no y durante qué horas". "Me parece una falta de respeto", sentencia, "porque no sabemos ni qué mercancía tenemos que comprar", aunque señala que, en cualquier caso, "somos cristianos y cerraremos para asistir a la función principal".
Paco Piqueras, taxista, coincide, al igual que sus compañeros, con la queja del propietario del quiosco. "Nadie nos ha indicado cuándo tenemos que abandonar la plaza ni dónde ponernos", indica, "y el Ayuntamiento no ha previsto ningún aumento de la flota para ese día.
Lo que sí esperan todos, sin excepción, es que el tiempo respete y la lluvia no empañe la jornada.
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