Los cuatro niveles de la escucha
Escuchar es otra de las competencias responshábiles imprescindibles para los gestores de personas. Sin duda es uno de los ingredientes principales del liderazgo, y para mí es quizás la competencia humana que más hábiles nos hace para relacionarnos con los demás.
Aunque sea una obviedad, lo primero es diferenciar escuchar de oír. Y la diferencia fundamental radica en la voluntad de cada uno de nosotros: oír es un acto pasivo, involuntario, mientras que escuchar es un acto consciente, una actitud. Porque escuchar es una decisión que tomamos.
Y una vez tomada esa importante decisión de oír y a la vez comprender lo que oímos, existen al menos cuatro niveles de escucha que van a definirte como persona. Fíjate lo importante que puede llegar a ser.
De menos a más, el primer nivel de escucha es "pretender" escuchar. Dicho de otra forma es esa actitud en la que queremos hacer ver que escuchamos pero no lo hacemos. ¿Te suena ese momento en el que escuchas lo que te dicen pero además te quieres enterar de lo que dicen otros? ¿O esa situación en la que alguien te habla mientras tecleas en el ordenador y tú, sin dejar de escribir, le dices: habla, que te escucho aunque no te esté mirando? Son situaciones en las que también ejercitamos el segundo nivel, la escucha selectiva, esa en la que nos enteramos de forma parcial de lo que nos dicen y nos desconectamos la escucha para hacer la lista de la compra o revisar las tareas pendientes en nuestra cabeza.
El tercer nivel es la escucha activa en el que decido escucharte y comprenderte. Ya es un buen nivel. Pero aún hay uno más: la escucha empática, esa en la que además de decidir escucharte para comprender lo que me dices, decido escuchar lo que sientes, comprenderte como persona en toda tu dimensión, y ponerme en tu lugar.
Para lograr este último y eficaz nivel hay que conseguir algo bastante difícil, y es apagarnos a nosotros mismos para dejar de interpretar antes de terminar de escuchar y no estar preparándonos para responder mientras escuchamos. Todo un reto.
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