Nuevos fenómenos paranormales en el poblado de Los Cabezudos en Almonte

Huelva Paranormal

Isabel y Andrés, dos hermanos fotógrafos, aseguran haber captado la imagen de una figura borrosa durante un reportaje fotográfico en la iglesia del poblado

Dos investigadores especializados hallan voces extrañas mientras realizaban una investigación en la localidad

Testimonios y experiencias paranormales en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva

Vista aérea del poblado de Los Cabezudos, en el término municipal de Almonte. / M. G.
José Manuel García Bautista

29 de septiembre 2024 - 07:45

Oculto entre los pinares y eucaliptos del término municipal de Almonte, el poblado forestal de Los Cabezudos, en Huelva, es hoy un lugar abandonado envuelto en misterio. Lo que alguna vez fue un núcleo forestal próspero durante gran parte del siglo XX, ahora es conocido por los fenómenos paranormales que lo rodean. El poblado, fundado en los años 20 para la explotación de eucaliptos y abandonado en los años 80, ha sido escenario de sucesos extraños que han despertado la curiosidad de muchos, desde investigadores hasta aficionados de lo sobrenatural.

Los Cabezudos fue creado por la Compañía Forestal de Villarejo, que lo administró hasta la Guerra Civil. En los años 40, el Estado tomó el control de su explotación hasta el cierre definitivo del poblado en los 80. Durante décadas, el lugar estuvo lleno de vida: una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Fátima, un consultorio médico, escuelas y casas de trabajadores que vivían de la explotación del eucalipto.

Hoy, el tiempo ha deteriorado las estructuras, y la vegetación ha crecido libremente. La historia, sin embargo, no ha sido la única que permanece en este lugar. Desde su abandono, Los Cabezudos ha adquirido una reputación paranormal por los numerosos testimonios de fenómenos inexplicables que han ocurrido dentro de sus fronteras.

Fenómenos paranormales en Los Cabezudos

Uno de los relatos más recientes proviene de Isabel Romero, una fotógrafa aficionada que, junto con su hermano Andrés, decidió explorar el lugar en una visita nocturna el pasado agosto. “Sabíamos que había historias, pero no imaginé que nos iba a pasar algo a nosotros. Estábamos tomando fotos del interior de la iglesia cuando sentí como si algo me tocara el hombro. Pensé que era Andrés, pero al girarme, lo vi a varios metros de distancia, también fotografiando. Fue extraño, pero lo peor vino después. Mientras revisábamos las fotos en la cámara, en una de ellas apareció una figura borrosa detrás de mí, en un rincón donde claramente no había nadie, borré toda la tarjeta de la impresión que me causó”, cuenta Isabel, aún afectada por la experiencia.

Por su parte, Andrés también recuerda la experiencia con incomodidad: “No vimos nada mientras estábamos allí, pero al revisar la cámara, esa figura nos dejó sin palabras. Era como una sombra humana, pero difusa, como si estuviera a medio formarse. Nos fuimos de inmediato, no quisimos quedarnos más tiempo”.

Nuevas experiencias

Miguel Roldán y su pareja, Sofía Hernández, decidieron visitar el poblado tras escuchar historias de amigos sobre los sucesos extraños. Miguel, aficionado a la exploración de lugares abandonados (urbex), asegura que lo que vivieron aquella tarde de agosto fue algo que nunca habían experimentado antes.

“Estábamos explorando la zona del antiguo dispensario médico. Todo estaba tranquilo, pero mientras Sofía revisaba una de las estancias, de repente comenzamos a escuchar murmullos. Era como si alguien estuviera hablando en voz baja, pero no podíamos entender las palabras. Al principio, pensamos que era el viento moviendo las ramas o algo así, pero los susurros seguían cada vez más cerca, como si estuvieran justo a nuestro lado”, relata Miguel. “Lo raro es que el viento no se movía en ese momento, todo estaba en calma, y esos murmullos parecían rodearnos. Fue aterrador”.

Sofía añade que, en cierto punto, los susurros se convirtieron en una especie de sollozo: “Parecía una persona llorando, algo apagado y lejano, pero claro. No había nadie allí con nosotros, eso lo sabemos. Fue cuando decidimos irnos sin mirar atrás”.

Investigación y desconcierto

A lo largo de los años, numerosos investigadores han intentado captar evidencias de lo que ocurre en Los Cabezudos. Equipos con cámaras infrarrojas, micrófonos de alta sensibilidad y detectores de campos electromagnéticos han registrado datos extraños, como caídas repentinas de temperatura o sonidos inexplicables.

Carlos García, un investigador especializado en lo paranormal, dirigió una investigación reciente en la que, según sus palabras, lograron captar sonidos que parecían provenir de otra dimensión. “Durante una de las sesiones de psicofonías en la iglesia, captamos claramente una voz que decía ‘no entres’. No había nadie más en el lugar. También registramos pasos pesados que parecían moverse por los pasillos vacíos, pero no había ninguna persona allí”, asegura Jiménez, mostrando una de las grabaciones obtenidas en su visita.

Enrique Lobo relata una experiencia escalofriante durante una de sus visitas: "Estábamos grabando psicofonías en el colegio y de repente comenzamos a oír pasos. Lo más extraño es que no vimos a nadie, pero después escuchamos un fuerte golpe, como si una puerta se hubiera cerrado de golpe, aunque apenas quedan puertas en pie en ese lugar. Más tarde, vimos una silueta pasar por el pasillo, y fue ahí cuando la temperatura bajó bruscamente y escuchamos un quejido. No era de ningún animal, eso está claro".

A pesar de su abandono, algo parece haberse quedado a vivir entre sus ruinas, como si el tiempo no hubiera pasado para ciertas presencias. Los buscadores seguirán acudiendo al lugar en busca de lo inexplicable, pero, hasta ahora, Los Cabezudos sigue siendo uno de los puntos más enigmáticos de la provincia de Huelva, donde las sombras y las psicofonías parecen contar una historia que nadie ha logrado descifrar por completo.

*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net

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