El obispo sitúa en la parroquia el epicentro de su labor pastoral
Vilaplana presentó el Plan Diocesano de Evangelización para los próximos 4 años
El obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, presentó ayer el Plan Diocesano de Evangelización, un proyecto cuatrienal que se ha iniciado este curso y que se desarrollará hasta 2014 con el lema La Parroquia es mi Familia. Vilaplana señaló que "en este momento que nos ha tocado vivir, en el que tenemos que afrontar tantas cuestiones, en la parroquia confluyen muchos de los temas que queremos desarrollar; en este sentido, no se trata de resolver todos los asuntos de una parroquia, por lo que el Plan Diocesano de Evangelización se centra en seis objetivos".
En su opinión, de forma general, el primer fin es revitalizar la parroquia, darle un dinamismo evangelizador, para que ésta sea "más cercana, más creíble y más servicial". Para ello, se pone en marcha una serie de acciones pastorales que se plasman en objetivos específicos. El primero de ellos alude al sacerdote, para que "sea auténtico pastor y servidor del pueblo de Dios". En esta línea, el obispo de Huelva ha apuntado que el sacerdote "es el que tiene la misión de animar y coordinar todas las acciones y que hay que ayudarle a ser pastor en el momento actual".
El segundo objetivo se refiere a que los laicos vivan su pertenencia a la Iglesia y compromiso en el mundo, ya que "hoy, cuando decimos Iglesia, no sólo nos referimos al Papa, a los obispos o a los sacerdotes, sino también a hombres y mujeres bautizados, con diferentes vocaciones, que tienen también como misión dar testimonio de Jesucristo en el mundo", ha añadido.
Uno de los objetivos que resaltó José Vilaplana de forma especial es el tercero, el que pretende que los jóvenes, desde la fe, sean esperanza del mundo y esperanza de la Iglesia "porque dentro de la parroquia nos preocupa especialmente acompañar a los jóvenes para que puedan madurar como cristianos".
En cuanto al cuarto objetivo, que los sacramentos sean de verdad vivencia y expresión de la fe, explicó que es necesario que las personas que piden la administración de los sacramentos de iniciación cristiana, así como prepararse para el matrimonio, entre otros, "descubran su significado y puedan vivirlos coherentemente, de manera que no sean unos momentos aislados y puedan insertarlos en sus vidas".
El quinto objetivo trata de descubrir la caridad como la "más grande y eficaz" forma de evangelizar. Y la tarea de prestar una atención pastoral a la religiosidad popular conforma el sexto objetivo.
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