Los onubenses caminaron junto a la Cinta por el corazón de la ciudad

Huelva/El cielo encapotado sobre Huelva amenazaba lluvia, pero los onubenses ya se encontraban una hora antes de la hora prevista para la salida en la Plaza a la espera de su Patrona, la Virgen de la Cinta. "Esperemos que el cielo siga respetando", pedía el Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de La Cinta, Esteban Brito, ante las nubes que pretendía empañar el sábado.

Dentro de la Catedral hay "muchas ganas", comenta Brito que señala "los nervios lógicos de que estamos a punto de salir". Pero fuera de esos muros los nervios son parecidos. De pie frente a la puerta, sentados en las escaleras, en los bancos de la plaza o desde sus balcones los que tuvieron la suerte de disfrutar del recorrido de la Cinta desde sus casas, cada uno esperaba el momento en el que el reloj marcasen las 20:00. La nueva Plaza de La Merced, que ahora se encuentra a nivel de viario tras estar casi cincuenta años elevada, "es un espacio diáfano es mucho más lucido, que no como era antes en altura", como señala el Hermano Mayor que cree que Huelva disfrutará con mejores vistas de la procesión. Ana, vecina de Huelva, también piensa que "ahora se ve mucho mejor", tanto la procesión como el entorno.

Una plaza que se mostraba "llena de gente, de personas, disfrutando y esperando que salga la Virgen de la Cinta", como señaló la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, que celebra la acogida de los onubenses del nuevo diseño en el que siguen "trabajando duro para poner un templete aquí, como el que existía", dándole así el toque final.

Escasos momentos antes de que la Virgen comenzase su recorrido por las calles del centro el nerviosismo y el amor por la Virgen Chiquita se podía sentir en el aire. Un amor que se ha dejado ver en la ofrenda floral en la que el goteo de personas para engalanar a la Virgen con las flores más bonitas formando una alfombra frente a ella ha sido constante.

El murmullo de los onubenses se comenzó a extender cuando los grandes pórticos de madera se abrieron y dejaron ver la figura de la Virgen de la Cinta. Huelva comenzó a andar con ella.

En silencio, con la vista clavada en el cielo, con el corazón puesto en ella. Cada una de las personas que la acompañaron vivían el momento de una forma muy especial. Promesas silenciosas entre los onubenses y la Virgen cobraban sentido ese día. Cada paso les acercaba más a su Virgen Chiquita en el recorrido por las calles del corazón de Huelva.

Detrás de ella o a los lados, los onubenses seguían la estela de la Virgen de forma pausada, a su paso. Excepto Mari Carmen, que se apresuraba para coger sitio frente a la Iglesia de la Concepción, su momento favorito del recorrido. Cuando la Cinta se fue acercando a la Iglesia, la noche caía en Huelva.

Ya en la calle Paseo de la Independencia, en el último tramo antes de volver a refugiarse en los muros de la Merced se percibía la emoción de los últimos minutos junto a la Cinta antes de su entrada. Algunos guardaban los mejores sitios para ver la entrada de la Virgen Chiquita desde la Plaza.

Este sábado fue un anticipo de lo que se podrá vivir este domingo con la procesión de la Cinta de vuelta a su Santuario, un momento emotivo en el que los onubenses acompañarán sin falta a su Patrona hasta el cielo de Huelva.