El pabellón de la Feria de la Cinta en la Plaza de la Merced
Huelva de ayer a hoy
El momento para recuperarlo. Se diseñó hace 140 años para la feria de la Patrona, era la caseta del Ayuntamiento; ahora que se revisa el proyecto de la plaza se debería replantear su reposición
Ahora que el nuevo equipo de Gobierno municipal está revisando los proyectos en marcha en la ciudad, no estaría mal que en la plaza de la Merced se valorara el recuperar el pabellón destinado a la Feria de la Cinta que aquí se celebraba desde 1863, el conocido templete de la Merced.
Hay que tener en cuenta que la reivindicación de actuación en esta plaza ha tenido como principal motivación el recuerdo del mencionado templete, pensando siempre en que nunca se debió tirar.
En esta semana en la que se revisa la zona cero, cuando todo está en la tierra del cabezo, y se descubrirán huellas de lo que fue la plaza, pues sería el momento de plantearse seriamente el recuperarlo. Esta ciudad debe ponderar sus seña de identidad, elementos que el visionario de sus calles les den la mano de una generación a otra, para evitar el abismo en el que ha ido cayendo por una falsa modernidad. La ciudad puede crecer, avanzar sin destruir sus elementos más señeros.
Cuando se restauró el convento mercedario para destinarlo a Universidad se acordó su recreación en 1991, con un presupuesto de 2,5 millones de pesetas. Solo fue la estructura metálica a un tamaño muy inferior al que tuvo, con destino a tablón de anuncio que se usó solo los primeros años tras ser inaugurado.
El templete forma parte del barrio de la Merced como una seña de identidad perdida de Huelva. Un elemento para el disfrute en cualquier momento del año, pero especialmente en la Feria de la Virgen de la Cinta, que por otra parte es de las más antiguas de Andalucía, de 1863.
Era el punto central de aquella fiesta que por el paseo de la Independencia recorría toda la Vega Larga y tenía aquí el lugar central. La caseta principal de la feria.
Los planos se conservan en el Archivo Municipal de Huelva (A.M.H.), con lo cual es muy fácil si se quiere reproducirlo. Un diseño del arquitecto municipal Trinidad Soriano que sustituirá al que anualmente se instalaba pero que estaba en muy mal estado.
Así lo refiere el 7 de junio de 1883 el responsable de festejos: “La Comisión de mi presidencia en vista del estado poco decoroso y de completo deterioro en que se encuentra el pabellón que el Ayuntamiento coloca anualmente durante ferias y festejos que se celebran en honor de Nuestra Señora de la Cinta, ha acordado encargar a usted el proyecto de uno nuevo de hierro que tenga buenas condiciones de ornato y amplitud” (A.M.H.).
El arquitecto cogió con ilusión el encargo, al menos por lo que se refiere al tiempo y es que en 13 días ya estaba presentado el proyecto del pabellón que reproducimos: “Adjunto el plano y detalles de un pabellón de hierro y el presupuesto aproximado de su costo a objeto de que pueda ser examinado por la Comisión de su presidencia y acuerde lo procedente si lo encuentra que cumple con las condiciones de ornato y amplitud que sirvió recomendarme en su oficio de siete del actual” (A.M.H.). Con un presupuesto de 5.807,30 pesetas.
A este pabellón se une otra iniciativa del alcalde Antonio García Ramos y es la mejora del pavimento de las calles San José y Vega Larga para la feria.
Se ultimaba la instalación el día 7 y la prensa señala que se “estaban armando a toda prisa tiendas en la plaza de la Merced. Hay bastantes más que otros años, y el Ayuntamiento estrena una de hierro espaciosa y elegante”. Como vemos su función era la de caseta de feria que entonces se llamaban tiendas. Resultó muy elogiada por “elegantísima, esbelta, espaciosa”, "ha gustado extraordinariamente".
La Provincia lo describe con todo lujo de detalles: "Es de hierro, una gran rotonda descansa sobre ocho columnas ligerísimas; cierra la tienda una verja, también de hierro, que parece un encaje, adornada con doce pedestales sobre los que descansan otras tantas macetas; dan acceso cuatro anchas escalinatas alumbradas cada una por dos candeleabros de cinco luces; son de una forma elegantísima. Sobre la gran rotonda hay otro cuerpo, una especia de cúpula que termina con un asta de bandera. Las dos cúpulas están iluminadas al exterior por hileras de luces de gas en bombas blancas. la iluminación interior consiste en una preciosa araña de cristal en el centro y ocho candelabros, uno en cada columna. Tiene mucha altura lo que contribuye a darle una forma aun más esbelta y graciosa. Ha gustado extraoridnariamente, a todo el mundo hemos oido hacer elogios de ella. Adorna muchísimo la plaza y es uno de los mejores ornamentos de la velada".
Esto publicábamos en 1983 en ‘Huelva, lejana y rosa’ cuando se llegaba a los cien años de aquel proyecto, ahora que se cumplen 140 volvemos a insistir en su recuperación y es que no solo la ciudad ganaría un elemento tradicional añorado y reivindicado siempre, sino que la plaza contaría con un espacio para múltiples actividades durante el año, además de para la Feria de la Cinta.
La alcaldesa Pilar Miranda ya recuperó, siendo presidenta del Puerto de Huelva, el Banco de las Naciones y fue todo un éxito, seguro que recuperar el histórico y artístico pabellón de la Merced también lo sería.
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