Un padre desesperado pide ayuda en Huelva: "O mis hijas ingresan en un centro de salud mental o acaban con nosotros"

Una familia de un pueblo onubense recurre a Huelva Información para poner fin al "maltrato físico" y, sobre todo, "emocional" que llevan años padeciendo por parte de sus dos hijas gemelas de 23 años. No pueden más. Llevan once años sufriendo violencia filioparental y se encuentran en una situación "desesperada". El padre asegura que ambas tienen un trastorno de salud mental que les lleva a perder el control y a adquirir un comportamiento violento que les incita, incluso, a robar. "Nos roban de la cuenta del banco en numerosas ocasiones a su madre a mí", cuenta entre lágrimas.

Creen que la única manera de terminar con este "sinvivir" es que sus dos hijas ingresen en un centro de salud mental cubierto por la Seguridad Social. Sin embargo, al ser mayores de edad y negarse por sí mismas a recibir un tratamiento médico, los padres se han visto obligados a denunciarlo ante la Justicia. Explican que la única manera de que sean tratadas por especialistas en una unidad de salud mental es a través de una sentencia que justifique "el ingreso involuntario debido a su incapacidad para decidir".

"Es irónico que vivan en nuestra casa, que dependan de nosotros económicamente y en todos los sentidos y que a pesar de ello, no tengamos posibilidad de ingresarlas para que se curen porque ya son mayores de edad", relata el padre completamente deshecho.

"Hemos puesto ocho denuncias y no hemos conseguido nada"

Ya han puesto ocho denuncias. La última, el pasado 7 de septiembre en el Juzgado de Moguer. En ella indicaban la necesidad de que sus hijas "obtengan una atención médica adecuada , aunque tenga que realizarse de forma forzosa ordenado por la autoridad competente, ya que estas no acceden de forma voluntaria a realizar ningún tratamiento psiquiátrico". Todo ello, ha provocado que "la situación y conviviencia familiar sean muy complicadas, existiendo episodios violentos que generan gran preocupación y temor en su entorno familiar".

Hemos tenido que llamar a la Guardia Civil de madrugada

Los gritos ensordecedores y las constantes peleas entre las hermanas a altas horas de la madrugada han hecho que la propia Guardia Civil se personara en el domicilio alertada por la familia de las jóvenes. "Nos han roto ya medio piso. Los vecinos, que también escuchan el ruido a las 3:00 de la mañana están con nosotros. Nos apoyan completamente", confiesa el padre. Tales han sido los conflictos entre las hermanas que el propio padre se ha visto obligado a grabarlas en alguna ocasión para mostrar ante las fuerzas de seguridad el "descontrolado comportamiento".

Primero, confiesa, "se enfrentan entre ellas" y una vez que los padres intervienen "nos atacan con voces y rompiendo cosas. Conmigo no pueden, pero a la madre la están machacando psicológicamente". Comenzaron con el trastorno mental a los 14 años, cuando fueron tratadas por especialistas, recibiendo atención médica e incluso ingresando. Pero al superar la mayoría de edad, "interrumpieron el tratamiento, dejaron de visitar al psicólogo y cuando lo hacen, no siguen sus indicaciones". Lo peor, dice, es que los psicólogos de la Seguridad Social que las atienden "se niegan a darnos ningún informe y ni si quiera a hablar con la madre y conmigo". Algo que dificulta mucho más la situación. "Los psicólogos nos dijeron que el informe se lo tienen que dar al forense del Juzgado", explica.

El padre, entre lágrimas de desesperación, pide a la Justicia que les escuche, que dicten una orden para que sus hijas por fin ingresen en alguno de los centros especializados que la Junta de Andalucía tiene en la comunidad "y que no salgan hasta que no estén curadas".