Con un par de narices

Tribuna MKS Huelva

Cyrano o Pinocho, recorramos todo lo que una nariz es capaz de decir en nuestras interacciones

Innovación Social: soluciones creativas para cambiar el mundo

Una figura de Pinocho.
Isabel Alfonso Pérez - Imagen Personal Asesores

16 de septiembre 2024 - 06:00

Huelva/El cuerpo expresa lo que la mente calla. Un despliegue de gestos inconscientes se proyectan en nuestro cuerpo, en nuestras interacciones cada día. Un lenguaje rico que otorga poder a quien es capaz de descifrarlo.

Con un par de narices vamos a adentrarnos en la importancia que tienen algunos gestos en comunicación, en este caso, los que se proyectan en esa parte protuberante de la zona central de la cara, la nariz.

Cyrano de Bergerac, elocuente poeta cuyo rasgo distintivo era sin duda su gran nariz. Una nariz como un monumento en medio de su cara. Cyrano llevaba su nariz con orgullo, demostrando que no necesitaba la belleza convencional para ser un héroe. Su nariz, en lugar de ser una desventaja, se convirtió en una fuente de fuerza, carácter y sensibilidad.

Pinocho, el niño de madera con sueños de llegar a ser un niño de verdad, es conocido por una característica muy peculiar, su nariz crece cada vez que miente, convirtiéndose en un recordatorio físico y visible de su engaño.

Ambos personajes son mencionados por Philippe Turchet en su obra “El lenguaje del cuerpo”. En ella, descubrimos cómo la nariz está al servicio de las emociones, cómo las personas tenemos olfato para sentir positiva o negativamente y para ocultar la verdad. Microfijaciones, micropicores y microcaricias en esta zona del cuerpo desvelan cómo nos sentimos.

Así que, podemos decir que este órgano y el sentido del olfato están íntimamente ligados a las emociones y a la memoria. Pensamos porque sentimos.

Diversos estudios han demostrado que las personas pueden recordar un aroma con el 65% de precisión después de 1 año, mientras que la memoria visual se reduce al 50% después de sólo unos pocos meses. Por lo tanto, un olor particular puede desencadenar recuerdos vívidos o evocar emociones fuertes.

Otra curiosidad es que las personas a más de 40 cm no percibimos bien los olores. Si lo comparamos con la mariposa, podríamos decir que esta función es muy limitada, ya que esta puede oler a su pareja a una distancia de 10 kilómetros.

En pocas palabras este apéndice tiene más protagonismo en nuestro día a día de lo que imaginamos, y no simplemente por el hecho de percibir los olores.

Nos suena eso de tener olfato para algo, ¿verdad? Podemos reafirmar lo que las personas sentimos a través de la nariz.

A continuación, vamos a destacar algunos gestos que se manifiestan en la nariz y tienen repercusión directa en nuestras relaciones interpersonales diarias.

▪ La nariz se dilata cuando se expresa deseo.

▪ La persona concentrada pone el dedo en la punta de la nariz para reflexionar.

▪ La persona concentrada pone el dedo en la nariz tapando la boca cuando percibe un problema.

▪ La nariz pica por curiosidad, interés o mentira.

▪ Nos pinzamos la nariz cuando algo huele mal.

Es increíble ver cómo estos gestos muestran lo que nuestro cerebro piensa y siente. Gestos que expresan un interés profundo en conocer o entender, un interés que no sale en forma de palabras; mentiras que se manifiestan en forma de micropicores en la base de la nariz con movimientos de derecha a izquierda; microcaricias que muestran el buen olfato, o la certeza de ‘esto va por buen camino’.

Como vemos, tenemos un repertorio de gestos significativos que podemos observar en nuestros interlocutores.

¿Has pensado la importancia que tiene poder detectar la mentira, la incomodidad o la confianza en tu interlocutor en una negociación o venta?

Tan destacada zona puede mostrar disposición, apertura o cierre. Por lo que, observar y reconocer estos gestos podría ayudar a redirigir y mejorar nuestras interacciones personales y profesionales.

La nariz protagonista, sea de apertura como la de Cyrano o sea la que oculta la mentira como la de Pinocho, esconde un poderoso lenguaje que todas las personas utilizamos, sin embargo, muy pocas se enriquecen de esta fuente.

Invitamos a observar y a poner en práctica este lenguaje oculto. Este pequeño saliente en el rostro guarda más secretos de los que podríamos imaginar. Es fascinante ver y sentir cómo nuestro cuerpo y cerebro trabajan juntos manifestando cómo nos sentimos, ¿no te parece?

Isabel Alfonso Pérez.

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