Dos mil personas conocen los entresijos del recinto fortificado del Castillo
La peculiaridad más relevante es la existencia del poblado almohade anterior a la invasión cristiana.
La zona del Alcázar en el recinto fortificado del Castillo de Aracena ha sido visitada por unas 2.000 personas durante parte del mes de agosto en unas jornadas de puertas abiertas organizadas por el Ayuntamiento de Aracena.
El resultado más relevante, junto al cambio de la fisonomía interior del espacio de cómo se conocía, es que Aracena tuvo un importante poblado almohade anterior a la ocupación cristiana. Su historia se circunscribe a dos siglos atrás y a los muchos objetos encontrados entre el siglo XI y XIII. Elementos cerámicos, militares, labores del campo y de supervivencia, trabajos, y siete dinares de oro como gran aparición. Todo ha sido expuesto y debería quedarse en Aracena para su disfrute.
Tras la inauguración por el consejero de la Junta de Andalucía, Luciano Alonso, los vecinos de Aracena han sido los protagonistas con visitas en horario de tarde y siempre gratuitamente. Además se han hecho de forma guiada con los tres arqueólogos que han participado en las excavaciones del Alcázar y su posterior trabajo de conservación y rehabilitación en algunas zonas.
En las últimas semanas han estado en las excavaciones de la zona del Patio de Armas, que es el gran objetivo a día de hoy para ver la originaria muralla del Castillo y encontrar algo que parece que ya se ha hecho, la gran puerta de acceso a todo el recinto. Los tres arqueólogos que han hecho de guías son Eduardo Romero, Omar Romero de la Osa y Timoteo Rivera.
Debido al gran número de visitas y demanda de muchas personas que aún no habían visto los trabajos la jornada de puertas abiertas, se tuvo que ampliar durante varios días más finalizando así el pasado viernes.
A partir de este momento está clara su conservación total para seguir realizando la misma labor en todo el recinto. El único problema es el aliciente económico porque son actuaciones muy costosas, ya que todo es mano de obra humana y sin el uso de maquinarias. Por supuesto son trabajos bajo un rigor histórico con un plan director, aprobado por la Consejería de Cultura de la Junta, que marca el camino de arqueólogos, arquitectos y técnicos de obra.
En el Alcázar se aprecia la reconstrucción de parte de la muralla con la puerta de entrada como era entonces, la planta muy bien conservada de una vivienda islámica y todas sus dependencias, vestigios de manzanas urbanísticas de la época y Aljibe, entre otros elementos que se pueden visitar con facilidad y comodidad mediante pasarelas. Además se ha subido e igualado el nivel del trazado de la muralla, donde las vistas del entorno próximo son muy recomendables. Hasta se pueden apreciar ligeramente las últimas excavaciones en el Patio de Armas.
Uno de los aspectos más interesantes es la conservación de elementos que, debido al paso del tiempo, la climatología y la evolución humana corrían ligero peligro. Siempre de forma rigurosa y sin quitar nada de lo anterior, en algún lugar ha sido necesario visualizar de forma clara el trabajo para separar aspectos más históricos de los recientes, si bien, la reconstrucción de la muralla de los años setenta que, según se ha visualizado ahora, no fue acertada en cuanto a fundamento histórico.
El futuro inminente del recinto fortificado del Castillo de Aracena es muy claro, aunque está poco definido, y por supuesto no pasa por el abandono de las últimas generaciones que ha disfrutado de la zona.Esta riqueza arqueológica será un nuevo potencial turístico para Aracena y la Sierra, pero no se ha establecido ni anunciado aún la fórmula para que sea viable.
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