Más de 300 personas sin hogar
Ocho de cada diez son hombres, con una edad media de 40 años, según un informe de Cáritas
Son más de 300 personas, cada una con una historia diferente que termina en un mismo punto de encuentro: la calle. Cáritas Diocesana acaba de cerrar el censo de personas sin hogar que viven (?) en la capital: son 304. Ayer se conmemoraba su día, una jornada con la que se quiere hacer una llamada al compromiso de las administraciones para que desarrollen políticas públicas que las protejan y que apuesten por la garantía para el acceso a derechos humanos fundamentales, como la vivienda y la salud. Es difícil, aunque sirve para hacer visibles a quienes duermen bajo un banco, en el escalón de un portal, en un cajero automático, en un asentamiento o en viviendas de okupas.
Estos tres modelos responden al perfil de las 304 historias que Cáritas ha encontrado en las calles de la ciudad. La mayoría (239) son hombres, aunque la tragedia se viste de mujer en 65 casos. Con una edad media que se fija en los 40 años en el caso de ellos y que baja hasta los 38 cuando se trata de ellas. Son en su mayoría (185) de nacionalidades diferentes a la española (proceden de Rumanía, Polonia, Ucrania, Bulgaria, República Checa, Portugal, Francia, Italia, Alemania, Senegal, Mali, Marruecos Argelia, Ghana, Gambia, Guinea, Brasil. Colombia, Mauritania, Nigeria, Costa de Marfil, Cabo Verde, Lituania y Palestina).
Cáritas realiza un trabajo de calle de forma periódica que sirve de base para cerrar anualmente el censo (que el año pasado contaba con 48 personas menos). Este año lo ha elaborado sobre cinco zonas de la ciudad. La primera abarca desde la plaza de toros hasta el puente de Punta Umbría, pasando por la fábrica de harina y el entorno del centro comercial del Molino. La segunda incluye la Plaza de la Soledad, La Merced, Adoratrices, Huerto Paco, El Conquero y el entorno de la peña flamenca en la Avenida de Andalucía. Con la zona 3, Cáritas abarca desde el Parque Zafra al Parque de Las Palomas y el Nuevo Colombino. En la 4, reúne las calles que van desde la avenida de Italia al área del antiguo mercado, Concepción y entorno del Ayuntamiento; para cerrar con la zona 5 que recorre el asentamiento de Las Metas, la Calle Cervantes y el Matadero.
El trabajo de campo se realiza gracias a la labor de 34 voluntarios y tres técnicos. Una vez que se toma contacto con ellos, se intenta que dejen la situación de abandono y pasen a formar parte del centro de puertas abiertas. Pero eso "no es fácil". La organización de la Iglesia intenta poner en marcha un proceso de adaptación para que la calle deje de ser su entorno de vida. De hecho, cada año acuden al centro de puertas abiertas de Huelva entre 750 y 800 personas. Desde allí, se ofrece el segundo paso, que es abrirse camino en una casa de acogida, pero "es muy complicado" porque "desgraciadamente" vivir en calle "engancha" porque "no hay disciplina ni horarios ni normas" y la forma de vida (?) se ha ido moldeando a la par que se va destruyendo la personalidad, bien por una enfermedad mental, las adicciones o la casuística. Y es aquí donde Caritas hace una llamada de atención: "Quien llega a la calle muchas veces lo hace desde uan vida normalizada que se rompe de la noche a la mañana". Muchas veces, por la pérdida de un puesto de trabajo, que acarrea una ruptura familiar y la entrada en una "mundo que parece sin retorno". De hecho, se considera que una persona sin hogar es la que vive en las calles de las ciudades, o temporalmente en albergues, a causa de una ruptura encadenada, brusca y traumática de sus lazos familiares, sociales y laborales.
Los perfiles en la capital han variado poco en los últimos años, aunque esta vez sí hay mayor presencia de extranjeros, aunque se mantiene la proporción entre hombres y mujeres.
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