El picudo rojo devora la colonia de palmeras y provoca daños millonarios
La palmera canaria, la especie más afectada por la plaga del picudo, llega a pagarse a 2.000 euros por metro de tronco.
Con poco más de dos centímetros de tamaño ha conseguido conquistar y someter a la colonia de palmeras de Huelva y ha puesto en guardia a los ejércitos técnicos del Ayuntamiento, de la Autoridad Portuaria y de la Junta de Andalucía. Seis años después de que se detectara su presencia en suelo onubense, la plaga del escarabajo conocido como picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) avanza de forma imparable, según los últimos datos facilitados por el Consistorio.
Sólo en este último año, el parásito ha conseguido invadir 150 ejemplares (son los casos confirmados) de los 5.000 que conforman la colonia de palmeras de la ciudad, de las que 2.000 pertenecen a la especie más susceptible de ser atacada por el insecto, la palmera canaria (Phoenix canariensis), lo que se traduce en un 7,5%. Se da casi por hecho que si el parásito logra devastar todos los ejemplares de la variedad canaria, se lanzará a la conquista del segundo grupo más numeroso, el de la palmera datilera (Phoenix dactylifera).
El escarabajo viajero -es originario de la Polinesia y del sudeste asiático- no sólo está haciendo estragos en el palmeral desde que consiguió entrar en Huelva. Saltó a suelo onubense a través de una importación de palmeras procedentes de Egipto y con destino al municipio de Aljaraque, que llegó al Puerto entre 2004 y 2005. Además, está provocando daños que a estas alturas, aunque se consiguiera frenar la plaga, son ya millonarios aunque difícilmente cuantificables.
El coste de una palmera de la variedad más atacada ronda los 2.000 euros por metro de tronco, según los precios facilitados a este diario por varios viveros, al tener un ritmo de crecimiento más lento que otras especies. Sólo con los ejemplares que oficialmente se contabilizan afectados por la plaga a fecha de hoy y sin tener en cuenta las palmeras que han tenido que ser taladas desde que se instaló el insecto, la suma alcanzaría los 300.000 euros y ninguna de estas palmeras mide solo un metro. Todo lo contrario. En algunas de las zonas que ya han sido colonizadas por el insecto, como es el caso del Paseo de Santa Fe (en la imagen de la izquierda de la página), las palmeras son centenarias, situación similar a la del entorno de la estación en la avenida de Italia o del Parque Doce de Octubre. El concejal de Infraestructuras del Ayuntamiento, Felipe Arias, confirmó que el avance de la plaga ha sido "tremendo" en este 2010, al tiempo que garantizó que en la capital "la situación, aún preocupante, está bajo control".
En términos económicos, en paralelo a las consecuencias por la pérdida de ejemplares, hay que sumar el coste de los tratamientos que se están aplicando para combatir la plaga, que realiza Urbaser, la misma empresa que tiene contratada la Autoridad Portuaria desde la detección del parásito y concesionaria para toda Andalucía de un programa para eliminar focos del picudo en palmeras, financiado por la Junta de Andalucía. Según Arias, sólo el tratamiento químico que se aplica se traduce en un montante anual de 30.000 euros desde 2005.
Desde este año y hasta 2008, según el Ayuntamiento, se procedió a la tala de las cinco o seis primeras palmeras afectadas (la tala es el último paso a dar) y se iniciaron los primeros tratamientos mediante pulverizaciones de las copas de las palmeras en la zona del Parque Doce de Octubre, Zafra y del Paseo de las Palmeras, por ser la zona limítrofe al muelle.
La idea era, indicó, hacer una barrera de protección respecto al resto de la ciudad para evitar que el insecto conquistara más espacios. En 2009, se continuó con las pulverizaciones de las copas en los puntos citados y ya en el último trimestre del año (septiembre), los técnicos comenzaron con la inoculación de las primeras inyecciones en tierra de todas las palmeras Phoenix Canariensis.
Los tratamientos se han continuado hasta este año. Tras indicar que desde que se localizó el insecto no se ha plantado ninguna de las variedades atacadas por el picudo rojo, Arias demandó a la Junta un protocolo para erradicar el temido coleóptero.
Precisamente , la Consejería de Agricultura y Pesca, a través del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA), anunció el establecimiento de un protocolo de actuación para evitar la expansión de esta plaga, informó la Junta en una nota. Tras los ensayos realizados por los investigadores, consistentes en la aplicación de tratamientos preventivos o curativos con productos químicos y biológicos, se marcan como objetivos abaratar los tratamientos mediante la utilización de trampas y atrayentes, el uso de nuevos tipos de insecticidas y la mejora de la formación de podadores, jardineros y técnicos en cirugía mecánica.
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