La población activa mayor de 55 años en Huelva crece más del doble en los últimos 20 años
La fuerza laboral envejece en la provincia onubense con motivo del envejecimiento progresivo de la población y de la pérdida de jóvenes
El INE proyecta que el grupo poblacional de entre 18 y 25 años se disminuirá en más de 1.300 personas de aquí a 15 años
Uno de cada cinco habitantes de Huelva será extranjero dentro de 15 años
Huelva/El envejecimiento de la población en España y, por consiguiente en Huelva, sigue una tendencia alcista que tiene sus efectos en el mercado laboral, donde la representación de las personas sénior en el total de población activa es cada vez mayor. Tanto es así que un 18,4% de la población activa -población en edad laboral que trabaja o que está en búsqueda de empleo- en la provincia onubense supera los 55 años, de acuerdo a los datos de la Encuesta de Población Activa del segundo trimestre publicada por el Instituto Nacional de Estadística. Aun así, pese a que Huelva no escapa de una tendencia que es nacional, es la séptima provincia andaluza con la fuerza laboral más envejecida. Solo por detrás tiene a Almería, con un 16,8%, porcentaje que se aleja del de Córdoba, que lidera este ránking de provincias con un 23,5%.
Nunca antes la provincia onubense había superado la barrera del 17%, dado que el pasado año este porcentaje era del 16,49%, también en el segundo trimestre. Los datos del INE evidencia un crecimiendo paulatino e, incluso, desmesurado de este grupo poblacional laboral, pues en la última década se ha pasado del 10,68% que, a fecha de 2014 representaba la población activa mayor de 55 años, al 18,4% actual. Son ocho puntos más en apenas diez años que, en términos absolutos, se traduce en casi el doble de población sénior -de 18.700 personas en 2014 a 46.200 en 2024-. Por su parte, la población activa total de 2024 contabiliza 6.000 personas menos que en 2014.
El incremento es más acusado aun si se compara el año actual con 2004. Dos décadas han bastado para que la población activa mayor de 55 años haya crecido desde los 15.500 a los 46.200. A nivel porcentual, supone un aumento de diez puntos, en tanto que hace 20 años la fuerza laboral envejecida representaba únicamente el 8,04% del total de la población activa.
Un indicador de que Huelva no volverá a la casilla de salida o, dicho de otro modo, a reducir la población activa mayor de 55 años, es la proyección de la estructura demográfica. El Instituto Nacional de Estadística apunta a un envejecimiento progresivo de la población residente en Huelva, pues la edad media aumentará dos años y medio en los próximos quince años y proyecta que de los 43,3 años de edad media de los habitantes a finales de 2025 se pasaría a los 46,8 en 2039, si bien hay contemplada una gran diferencia entre hombres y mujeres. La edad media del sexo masculino sería de 45,3 años, mientras que la del femenino sería considerablemente superior con 48,2 años.
A ello se le suma que Huelva perderá población joven en los años venideros según la citada proyección del INE, que cifra en algo más de 1.300 los jóvenes de entre 18 y 25 años que la provincia dejará de tener entre 2024 y 2039.
Ambos fenómenos demográficos contribuirán a que la pirámide poblacional laboral 'engorde' en la parte alta y se haga más 'flaca' en la parte baja, donde figura la población más joven. Ante ello, el director general de la Fundación Adecco, Francisco Moreno, a raíz de un informe publicado recientemente sobre la fuerza laboral envejecida por la propia Fundación, explica que "el proceso de envejecimiento ha cogido velocidad de crucero y tiene un gran impacto en el mercado de trabajo. En primer lugar, la fuerza laboral es cada vez más sénior y urge desterrar los prejuicios y estereotipos que dificultan el acceso al empleo de las personas más veteranas, a las que se asocia con obsolescencia o menor flexibilidad".
Por otra parte, prosigue, "el envejecimiento trunca las perspectivas de reemplazo generacional, siendo urgente apostar por la cualificación de la ciudadanía como política tractora del país, permitiendo aportar su talento a personas tradicionalmente inactivas como aquellas con discapacidad o mujeres que han dedicado su vida a la familia y ahora desean incorporarse al mercado laboral. No en vano, existe un problema de sincronización entre la formación de los trabajadores y los requisitos de las empresas, que dispara la tasa de desempleo, cuando, al mismo tiempo, las empresas no logran cubrir sus vacantes". Para él, "es urgente actuar, mediante políticas activas de empleo, para corregir este desajuste estructural. Además, habrá que abordar con diligencia el reto de la diversidad cultural, teniendo en cuenta el potencial de la fuerza laboral extranjera para llenar el vacío de una población activa nativa decreciente”, finaliza.
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