Ponce Bernal: “No hay, no ha habido una dictadura que haya dejado un buen recuerdo”
Crónica de otra Huelva
El periodista celebra en este artículo que los “vientos de fronda” que soplaron en Perú, Argentina y Chile, lo hagan también en Brasil, que se estaba desprendiendo en este momento del dictador Washington Luis
“Hemos sufrido casi sin quejarnos, pero llevando en lo más íntimo de nuestra conciencia el sentimiento de una estúpida indiferencia”

La Introducción
LA CAÍDA DE LOS AUTORITARISMOS
La visión panorámica de Ponce sobre el mundo
En la misma línea de la semana anterior, en este otro texto Ponce Bernal hace una crítica a los regímenes dictatoriales que se encontraban en el poder en América Latina durante esa época señalando específicamente a figuras como Washington Luís en Brasil, Hipólito Irigoyen en Argentina, Carlos Ibáñez en Chile, Augusto Leguía en Perú y Primo de Rivera en España. A pesar de las supuestas "misiones depuradoras" de estos regímenes dictatoriales, la reacción democrática estaba en marcha. La llamada a la reflexión sobre las causas del "doloroso eclipse" de la democracia parece ser un recordatorio de que la lucha por un gobierno legítimo debe ir acompañada de una autocrítica para evitar caer nuevamente en las mismas trampas del autoritarismo.
El periodista onubense demuestra con estos artículos estar bien informado de lo que ocurría fuera de nuestras fronteras y la referencia a diferentes países, comparándolos entre sí, sugiere que tiene una visión panorámica de la situación política en América Latina y del mundo en general. El paralelismo con España pone de manifiesto su amplia perspectiva, lo que le permite un análisis global de las dictaduras y revoluciones del momento.
Se muestra pragmático y alejado de los ideales románticos de un pasado político idealizado. Además, parece ver con escepticismo las celebraciones o esfuerzos por exaltar ciertas figuras, lo que sugiere un rechazo hacia la idealización de líderes o movimientos que, a su juicio, no lograron resultados positivos y fueron dañinos para el desarrollo de las naciones a las que hace referencia.
La mirada crítica de Ponce Bernal hacia los gobiernos autoritarios es patente, aunque, como suele reflejar en sus escritos, mantiene un hilo de esperanza, no sin advertir que es necesario aprender de los errores del pasado. Blanqui-Azul es, en definitiva, un observador que desde Huelva aboga por la democracia y la autocrítica en el terreno político y pretende con sus artículos hacerlo ver a quien quisiera entenderlo.
Los vientos de fronda que soplaron en el Perú, la Argentina y Chile después de cumplida su misión depuradora en estos países, se han planteado en el Brasil, donde el otro dictador Washington Luis se había enseñoreado de la gobernación del país.
Es ley fatal que hasta ahora no ha encontrado una excepción que la confirme como regla poderosa. No hay, no ha habido una dictadura que haya dejado un buen recuerdo.
Las escasas relaciones que a pesar de las alharacas iberoamericanas mantenemos con aquella gran República nos impide conocer a fondo la política que se desarrolla en el Brasil. Sabemos sí, que Washington como Irigoyen en la Argentina; Ibáñez en Chile, Leguia en el Perú y Primo de Rivera en España, gobernando en plan dictador. Y como los románticos no existen ahora se acaba de celebrar su centenario en Zaragoza –es de suponer que lo haría con tanto “aprovechamiento” como sus colegas exonerados–.
Desconocemos todavía el verdadero alcance del movimiento, pero según las informaciones hasta ahora recibidas y que tienen su procedencia en el lugar mismo donde se desarrollan los sucesos, la revolución ha tenido gran eficacia para los fines de derribar al Gobierno dictatorial, que ya puede ir haciendo examen de sus culpas, como desde el poder hiciera almoneda de la nación.
No deja de ser consoladora esta reacción de la democracia.
Ahora es preciso que al volver de nuevo el espíritu democrático a adueñarse de la situación, recapacite sobre las causas que motivaron su doloroso eclipse y actúe en la vida pública de manera diáfana e impecable.
BLANQUI-AZUL
Diario de Huelva, 26-10-1930
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