Las previsiones de lluvias no frenan las ganas de feria en Huelva: 'choquito frito', risas y "amigos de toda la vida"

Las casetas nuevas, que llevaban tiempo deseando su hueco en el recinto, viven ilusionados su primer año: "teníamos tantas ganas que nos hemos vuelto locos"

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Una de las casetas de la Feria del Caballo en Huelva.
Una de las casetas de la Feria del Caballo en Huelva.

Huelva/Las previsiones de lluvias no impiden que los ciudadanos se acerquen al recinto cuando aún quedan horas para el anochecer. Pasean cargados y llevan de un lado a otro las cajas de bebidas, que acompañarán al plato protagonista de la noche del jueves -'Noche del choquito frito'- y a la música en directo que sonará desde dentro de cada caseta. "Haciendo honor a nuestro nombre", los socios y propietarios de La Nuestra la mejó inauguran, por primer año, el que será su hogar durante los próximos días dentro del parque Zafra. Joaquín S., uno de los organizadores, afirma que han querido involucrarse tanto que "se han vuelto locos". "Teníamos tantas ganas que somos los primeros hoy", cuenta a Huelva Información. "Llevamos tres años esperando la caseta y al fin nos la han dado. Hemos puesto mucho de nuestra parte y todo el mundo se ha implicado en el montaje. ¡Tantísima ilusión por tenerla y tanto trabajo que al final hemos conseguido la mejor caseta de la feria!", celebran desde dentro de las barras.

Antes de la cena, en una de las casetas.
Antes de la cena, en una de las casetas. / Jesús Fernández

Esfuerzos en la decoración y en cada detalle de una de las más novatas parecen haber merecido la pena. Desde este jueves, bailan y disfrutan, siendo enero "cuando empezamos con los preparativos cada vez que teníamos un hueco". En este caso, son veinte las familias que la conforman y cada uno "ha dado lo mejor de sí": algunos han aportado en los trámites administrativos, otros en la decoración y otros en la infraestructura y logística -grupo musical, telas y hasta grandes lámparas que cuelgan del techo-. Para el año que viene esperan guardar cada detalle de la edición presente y superarse, "si cabe": "el año que viene prometemos que será incluso mucho mejor". Para las previsiones climáticas aseguran tener una alternativa: cerrar la caseta y "todo el mundo para dentro".

Los onubenses pasean por el recinto.
Los onubenses pasean por el recinto. / Jesús Fernández

En otra punta del recinto, que cada vez suma más calles y rincones, los participantes de una de las casetas más veteranas -Una caseta con gracia- piensan desde primera hora de la tarde del jueves en el gran menú: "tomatito rajao, jamón de bellota, un quesito de romero de caña, boquerones y, por supuesto, el gran protagonista: el choco frito" ."Está todo el mundo pendiente de las previsiones atmosféricas", afirma Samuel, uno de los miembros del catering. "La lluvia parece que nos castigará algo este año, pero la idea es disfrutar con los socios y con los que quieran. Ellos les ponen guirnaldas, lámparas y decoran sus casetas para dejarlas así de bonitas".

Asistentes de la feria, en la puerta de una de las casetas.
Asistentes de la feria, en la puerta de una de las casetas. / Jesús Fernández

Es lo participativo y empezar el montaje desde cero, lo que -aunque trabajoso- es más satisfactorio. "Cada uno trae una cosa y la gente va pasando por las casetas, ultimando los detalles de la feria. Es bonito porque es colaborativo. Somos cuarenta socios y de todas las edades, incluso hasta los noventa años. ¡Socios de noventa y pico años poniendo farolillos!", detallan desde Rienda Suelta.

Desde La Fresquita también limpian hacendosamente las barandillas de fuera. Para estos amigos onubenses, que pocas veces al año logran sentarse para disfrutar de un buen tapeo y algo de música, aprovechan la feria que es "la situación perfecta para reunirnos y pasar tiempo juntos". "Es nuestro segundo año con la caseta y la ubicación se mantiene con respecto al pasado. Somos unos treinta socios, amigos de Huelva de toda la vida y, aunque alguno vive en la provincia, muchos hemos tenido que irnos a trabajar fuera. Aprovechamos este encuentro para juntarnos y tenemos todas las ganas del mundo". Meses de organización y un presupuesto alto les hace querer "venir sí o sí". "Los que venimos desde otros puntos del país teníamos todo comprado desde hace tiempo. ¡Echamos el toldo y nos ponemos debajo y aislados! Si llueve nos resguardamos y para estar en casa estamos juntos y aquí", asegura.

Se atreven también a innovar durante la cena, que "será más informal para que todo el mundo pueda hablar entre ellos y ponernos al día". Durante las primeras horas de la noche ya se ponen los primeros platos sobre las mesas, en las que no falta el choco, las gambas, algunas cervezas y, sobre todo, muchas risas con los suyos.

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