Los primeros proyectos para acabar con las chabolas en Huelva darán respuesta a 2.000 personas

La consejería de Igualdad pone sobre la mesa la construcción de un albergue y un centro de día en Lepe, un centro multimodal en Moguer y la reforma del hotel La Rábida

El Gobierno pondrá los fondos para crear una bolsa de alojamiento social que elimine los asentamientos de chabolas de Huelva

La vida en uno de los asentamientos de chabolas de la provincia de Huelva.
La vida en uno de los asentamientos de chabolas de la provincia de Huelva. / Josué Correa
Antonio Carrasco

14 de mayo 2022 - 05:59

El plan de respuesta a los asentamientos chabolistas de Huelva es ambicioso y tiene como fin último terminar con la triste imagen de esas ciudades de madre y plástico que crecen a la sombra de las localidades de la costa y el Condado. No es una tarea rápida ni sencilla. La problemática lleva décadas incrustada, sin que hasta el momento las acciones emprendidas hayan dado con una respuesta eficiente pese a los esfuerzos de las administraciones, agentes sociales y empresariales para dar soluciones habitacionales dignas a esas personas. Es necesario dinero, mucho dinero, voluntad de emplearlo y proyectos coherentes que atiendan las necesidades del colectivo migrante.

El Gobierno pone ahora sobre la mesa los fondos que sean precisos, según anunció el secretario de estado de Agenda 2030, Enrique Santiago. Los programas de recuperación de la Unión Europea abren la puerta a disponer de dinero suficiente para ofrecer la solución en la que todos los agentes coinciden: la creación de una bolsa de vivienda social a disposición de los migrantes que lleguen a la provincia a trabajar.

La Junta de Andalucía lleva años trabajando en la materia y tiene mucho adelantado. El secretario de estado ofreció los fondos para ejecutar proyectos y eso fue lo que se encontró sobre la mesa. Según ha podido saber Huelva Información, la consejería de Igualdad planteó a Santiago la puesta en marcha de inmediata de cuatro alternativas entre Palos y Lepe con los que dar respuesta a alrededor de dos mil personas. El secretario de estado anunció que antes de final de año podrían comenzar las obras. Los proyectos están sobre la mesa y la dotación necesaria de ocho millones de euros disponible.

En Lepe la colaboración de la consejería con el Ayuntamiento fraguó en un plan listo para su puesta en marcha que contempla la adecuación y urbanización de una parcela municipal para el alojamiento de trabajadores. Ya el consistorio trabaja a su vez en la rehabilitación del albergue inacabado de La Gravera. Lepe dispone de un Plan Especial de Alojamiento de Temporeros. La localidad tiene identificados 13 asentamientos diferentes, lo que hace inviable el suministro de luz y servicios básicos a todos ellos. El ayuntamiento ofrece una parcela de una hectárea de titularidad municipal. El proyecto contempla alojamiento, servicios adicionales e incluso autobús que agilice la movilidad. El total de la superficie entre zona residencial y de servicio ascendería a las dos hectáreas. El presupuesto de urbanización asciende a 681.611 euros. La planificación contempla la construcción de 120 viviendas. En una primera fase se harán 24 con capacidad para 144 personas. Cada alojamiento tendrá salón, cocina y baño propio. El coste total de esta primera fase ascendería a 1,8 millones de euros. La consejera Rocío Ruiz remarcó tras su encuentro con Enrique Santiago que en una segunda fase se podría dar respuesta a 700 personas.

Cepaim propone la construcción por un lado de un centro diurno y albergue de transición y emergencia. Será una respuesta inmediata ante necesidades asistenciales temporales. Será un punto de atención, asesoramiento y orientación para las personas como paso previo hacia una vivienda en régimen de arrendamiento. El centro contará con 20 plazas de acogida de emergencia y otras 20 de transición. La fundación calcula que durante un año podría atender a unas 300 personas. La inversión total asciende a 257.200 euros a los que se sumarán 159.350,57 de gastos corrientes de mantenimiento y personal anuales. El total para su puesta en marcha es de 419.737,58 euros.

Este mismo colectivo va más allá con un segundo proyecto. Se trata de una red de viviendas inclusivas. Como experiencia piloto plantea la compra de 10 casas en Lepe y municipios limítrofes. De ellas habrá 8 destinadas a hombres solos y dos a mujeres solas o con menores a su cargo. Los usuarios las dejarán una vez constaten su integración para acceder al mercado libre de arrendamiento, quedando de nuevo disponible para futuros migrantes. En un año daría respuesta a 80 personas. El objetivo es incrementar esta bolsa de viviendas. La adquisición de las casas supondría 700.000 euros y los gastos ordinarios 529.918, lo que eleva el proyecto a 1.240.000 euros.

Accem presenta dos proyectos preparado su ejecución en Palos de la Frontera. El colectivo trabaja desde 2008 en un centro de día de emergencia social (Cedies) donde se ofrecen servicios básicos y atención a unas 1.300 personas al año. El Cedies da respuesta a asentamientos de Palos y Moguer. Accem plantea la compra del edificio actual para su mejora. El objetivo fijado es convertirlo en un punto no solo de atención de emergencia y servicios básicos, sino de acogida, asesoramiento y guía para las personas que lleguen. La compra del edificio y su reforma suponen una inversión de 570.000 euros. Además, los gastos de servicios anuales serían de 347.303 euros. El total rondaría los 917.000 euros.

El último de los proyectos listos para su ejecución que se lleva Enrique Santiago para su aprobación y puesta en marcha es la compra del hotel La Rábida para su conversión en centro de coordinación y acogida para atención a temporeros de Palos de la Frontera. El edificio, por su uso anterior, está perfectamente equipado y listo para su entrada en uso a corto plazo con unas actuaciones mínimas. Tendría un espacio de trabajo para las entidades sociales y habitacional tanto de forma transitoria como de acogida social. En este caso el proyecto necesitaría de 3.600.000 para la compra del hotel y 110.000 para su puesta en servicio.

Las condiciones de vida en esos asentamientos chabolistas son indignas, impropias del siglo XXI. Sin acceso a unos servicios básicos, insalubres, expuestos a peligros como los incendios, focos de problemas sociales y un freno claro a la integración de los migrantes, que viven aislados en verdaderos guetos. Las administraciones tienen la oportunidad de dar una respuesta efectiva de una vez.

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