Psicología y Salud: ¿Cómo afecta la Navidad a nuestra salud mental?
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Las fiestas navideñas son una época maravillosa para unos, pero también temidas para otros por los sentimientos negativos que puede traer consigo
Psicología y Salud: Estrategias de afrontamiento eficaces y dañinas
Huelva/La Navidad es una época temida para unos y maravillosa para otros. Normalmente, estas fechas duran entre 14 y 20 días, aunque cada vez suelen extenderse más, ya que el alumbrado de las ciudades comienza en noviembre. Todo esto se aprovecha para generar un incremento en los precios, facilitar la planificación de las compras de regalos, y la aparición de eventos como el Black Friday, que permite ahorrar en las compras.
¿Pero cómo nos afecta emocionalmente la llegada de la Navidad?
Es verdad que en estas fechas las emociones se disparan. Los sentimientos positivos, como la alegría, la sorpresa, el entusiasmo, las ganas de volver a ver a la familia, el amor y la esperanza, resurgen en nuestro interior. Estas sensaciones se ven potenciadas por las luces, los Reyes Magos y las reuniones familiares. Sin embargo, para otras personas, las emociones pueden ser todo lo contrario. Circunstancias como desacuerdos familiares, la pérdida de seres queridos o la inestabilidad económica, que impide cumplir ciertos deseos o realizar compras, pueden provocar melancolía, tristeza y frustración.
Un estudio publicado por el British Medical Journal analiza el "espíritu navideño" y concluye que es un sentimiento localizado en el cerebro humano. Este espíritu despierta sensaciones de alegría, felicidad y euforia, pero también puede generar nostalgia al recordar momentos de unión familiar durante la infancia.
Dinamarca, reconocido como uno de los países más felices del mundo, está marcado por tradiciones, una vida tranquila y atención a pequeños detalles, como disfrutar junto a la chimenea con un café caliente. En un estudio sobre el espíritu navideño, se evaluó el impacto de la Navidad en el cerebro de 20 personas: 10 de ellas celebraban la Navidad de forma tradicional y las otras 10 no. Se midió su actividad cerebral, y los resultados mostraron que quienes celebraban la Navidad tradicionalmente tenían mayor actividad en áreas como la corteza motora, sensorial y primaria. Estas zonas están relacionadas con las emociones, lo que explica por qué a algunas personas les encanta esta festividad.
La Navidad, al ser una época de reuniones y reencuentros, despierta el sentimiento de pertenencia y unión. Compartir con la familia y amigos fomenta la producción de oxitocina, la llamada "hormona del amor", que intensifica nuestros niveles de sensibilidad y afecto.
Otra fuente de placer en estas fechas son los regalos navideños. El hecho de regalar, por muy grande o pequeño que sea el detalle, especialmente a los niños, estimula las endorfinas y la dopamina en nuestro cuerpo, promoviendo bienestar y felicidad.
Sin embargo, uno de los factores más estresantes de la Navidad es la unión familiar. Durante el año, vivimos inmersos en nuestras obligaciones, y estas fechas implican pasar tiempo con familiares, incluso con aquellos con quienes no nos vemos el resto del año. Esto no siempre resulta idílico, ya que pueden surgir problemas en las relaciones.
Algunos de los conflictos más comunes son:
- Falta de comunicación entre familiares que realmente no tienen interés en reunirse, lo que se refleja en actitudes como usar el móvil durante la comida.
- Desacuerdos y discusiones que surgen por temas pendientes que salen a la luz durante estas reuniones.
- Evitar reuniones familiares debido a problemas en las relaciones o ansiedad social, lo que genera una desconexión emocional. Aunque la evitación puede aliviar a corto plazo, a largo plazo incrementa la distancia y el malestar.
Además, durante la Navidad se hacen más evidentes las ausencias de seres queridos. La famosa "silla vacía" es un recordatorio doloroso para muchas familias.
En el caso de las personas mayores, lo que realmente necesitan es atención y afecto por parte de sus familiares. Estas fechas son especialmente importantes para ellos, ya que es más probable que reciban ese cariño y calor humano. La soledad, por otro lado, puede aumentar el riesgo de mortalidad, ya que fomenta hábitos poco saludables como fumar, beber en exceso o la falta de actividad física.
Consejos para disfrutar la Navidad
- Planifica con antelación: Si tienes que hacer compras para comidas o regalos, organízate para evitar gastos innecesarios y preparar todo poco a poco.
- Evita resolver conflictos familiares en estas fechas: Si tienes desacuerdos pendientes, es mejor posponerlos para otro momento más tranquilo, como febrero.
- Modera las reuniones sociales: Selecciona los días en que saldrás a comer o cenar, para evitar excesos y que la Navidad resulte más llevadera.
- Céntrate en el presente: En lugar de obsesionarte con el día 31 o el 6 de enero, intenta disfrutar cada día como si fuera especial.
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