Psicología y Salud: Los beneficios de la gratitud
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Las personas agradecidas acostumbran a ser sencillas y bondadosas, con una actitud muy positiva ante la vida y una gran capacidad de resiliencia
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Huelva/La gratitud es una cualidad humana que se entiende como una fortaleza, un punto fuerte de la persona. No solo implica agradecer lo que tenemos, sino también reconocer lo que los demás hacen por nosotros. La gratitud es muy poderosa, tanto a nivel emocional como en nuestras relaciones, ya que nos ayuda a vivir y sobrevivir en nuestro entorno. Las personas agradecidas suelen ser sencillas y bondadosas, con una actitud muy positiva ante la vida. Además, tienen una gran capacidad de resiliencia, basada en la humildad y el agradecimiento.
Podemos distinguir dos tipos de gratitud: la personal y la social. La gratitud personal es la emoción que surge al darnos cuenta de lo que es significativo y valioso para nosotros mismos. Esto se manifiesta en un sentimiento de gozo por los eventos cotidianos y todo lo que nos rodea. Por otro lado, la gratitud social es la que experimentamos cuando alguien hace algo por nosotros de manera desinteresada. En este caso, se acompaña de una acción que responde con agradecimiento y reconocimiento hacia la otra persona. Sin embargo, ser agradecidos no implica tener una deuda con quien nos ha hecho un favor.
Las personas agradecidas, a menudo denominadas "personas vitamina", suelen ser más felices que el promedio y contagian su actitud positiva a quienes las rodean. Este enfoque en valorar lo que tienen y lo que reciben de los demás contribuye a que se sientan más afortunadas en su día a día.
La gratitud genera numerosos beneficios, tanto físicos como emocionales. Está demostrado científicamente que ser agradecido puede cambiar la estructura molecular del cerebro, mantener la materia gris en funcionamiento y hacernos más saludables y felices. Además, quienes practican la gratitud tienden a tener menos problemas de salud, rinden más en sus actividades diarias y son más propensos a ofrecer apoyo emocional a los demás. Esta actitud también mejora nuestra percepción del día a día, reforzando emociones como la alegría, la satisfacción y la felicidad. Todo esto se refleja en conductas como sonreír más, socializar con más entusiasmo y tener pensamientos más positivos, lo que a su vez mejora la autoestima.
La gratitud interna también influye en cómo nos valoramos a nosotros mismos. Agradecer los logros personales refuerza nuestra confianza en nuestras capacidades y nos prepara para futuros desafíos. Además, esta actitud ayuda a reducir el estrés, incluso en personas que han enfrentado situaciones traumáticas. Un estudio de la Universidad de George Mason con veteranos de guerra encontró que quienes tenían mayores niveles de gratitud presentaban menores niveles de estrés postraumático.
Es importante destacar que agradecer lo aprendido en situaciones difíciles no significa negar lo ocurrido, sino reconocer que incluso de los errores se puede madurar y aprender. Esta perspectiva también fortalece nuestros vínculos sociales y fomenta la empatía, haciendo que quienes practican la gratitud sean vistas como personas más atractivas y agradables.
La gratitud nos ancla en el presente, evitando que nos quedemos atrapados en pensamientos del pasado. Además, se ha comprobado que ayuda a mejorar la depresión, ya que quienes son agradecidos tienden a centrarse en lo que tienen en lugar de lo que les falta. Este cambio de enfoque disminuye emociones negativas como la amargura y la rabia, promoviendo una mayor autoestima. En personas agradecidas, la triada negativa de la depresión, que consiste en una visión desfavorable del mundo, los demás y uno mismo, se transforma en una triada positiva, donde todo es visto con aprecio y gratitud.
Por último, quienes practican la gratitud suelen disfrutar de una mejor calidad de sueño, niveles más bajos de ansiedad y una percepción más positiva de su imagen corporal, valorando y apreciando sus atributos. También tienden a desarrollar técnicas de afrontamiento más activas y efectivas, lo que les permite enfrentar la vida con mayor confianza y serenidad.
En conclusión, la gratitud es una herramienta poderosa que enriquece nuestra salud, nuestras relaciones y nuestro bienestar emocional, permitiéndonos vivir de manera más plena y feliz.
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