Psicología y Salud: Luz de gas, 'gaslighting'

Todo está en ti

Es una técnica de manipulación psicológica difícil de detectar, en la que la propia víctima termina desconfiando de su criterio y de sus recuerdos

Psicología y Salud: Culpa vs responsabilidad

Una mujer pensativa y dudando. / M.G.

Huelva/La luz de gas, también conocida como gaslighting, es una técnica de manipulación psicológica difícil de detectar, ya que la propia víctima termina desconfiando de su criterio y recuerdos. Es decir, esta persona duda constantemente de sí misma como consecuencia de haber sido desacreditada durante un tiempo en sus percepciones y memorias. El objetivo de esta manipulación es lograr un control sobre la víctima a nivel emocional, físico o económico, fomentando una dependencia derivada de la inseguridad generada en su propio juicio. Esto puede ocurrir de manera consciente o inconsciente por parte del agresor, quien lo hace por motivos egoístas para cubrir sus propias necesidades. Aunque a veces pueda parecer que estas acciones vienen disfrazadas de buenas intenciones, en realidad constituyen una forma de violencia psicológica.

Este tipo de manipulación provoca un gran desgaste emocional, y una de las expresiones más comunes entre las víctimas es: "Me estoy volviendo loco". El término "luz de gas" proviene de la famosa película Gaslight (1944), que recomiendo ver para comprender mejor este fenómeno. Es importante destacar que no solo ocurre en relaciones de pareja, sino también en otros ámbitos, como el laboral, donde es muy común en casos de mobbing o acoso laboral. Puede darse entre empleados del mismo rango o por parte de superiores con un liderazgo agresivo, cuyo objetivo es hacer que la víctima se sienta insegura, impidiéndole expresar sus ideas y haciéndola dependiente del grupo o del agresor. Un ejemplo claro es cuando una persona propone una idea en el trabajo y los demás le hacen creer que no fue suya, sino de otra persona. También se da en el ámbito familiar, cuando algunos padres hacen dudar a sus hijos sobre sus gustos, aficiones, capacidades o la carrera que desean estudiar. Muchos jóvenes han seguido estudios universitarios que no les interesaban solo porque sus padres les dijeron qué debían hacer, sin tomar en cuenta sus propios deseos. En relaciones de pareja, es una técnica de manipulación muy utilizada, especialmente en contextos donde hay machismo o infidelidad. También puede ocurrir entre amigos, donde algunos, motivados por la envidia, buscan que otra persona no destaque, por lo que desacreditan sus logros o invalidan sus emociones.

Las personas que son víctimas de gaslighting suelen experimentar un cansancio extremo, tanto emocional como físico, además de sentir que sus opiniones e ideas son constantemente desacreditadas o cuestionadas. Pueden tener la sensación de que algo no está bien, pero no ser capaces de identificarlo debido a la confusión generada. También les cuesta tomar decisiones, incluso las más sencillas, porque sienten que, hagan lo que hagan, serán criticadas. La tristeza y la culpa se vuelven constantes, ya que creen que no son capaces de hacer las cosas bien. Muchas veces empiezan a preguntarse si son buenos amigos, buenos padres o buenos trabajadores, desarrollando una inseguridad extrema. Además, suelen convencerse de que son demasiado sensibles y se critican continuamente a sí mismos, sintiendo que exageran las situaciones. Otra característica común es que justifican y disculpan constantemente al manipulador para evitar su enfado, adoptando una actitud servil y humillante. Con el tiempo, desarrollan miedo a expresar sus opiniones por temor a ser atacadas, hasta el punto de llegar a desconfiar de todo el mundo debido al daño psicológico causado por el manipulador. En los casos más graves, la víctima puede experimentar despersonalización, es decir, sentir que ya no es ella misma.

Los manipuladores que ejercen gaslighting suelen utilizar frases recurrentes para hacer dudar a la víctima. Para hacerles creer que están confundidas, pueden decir cosas como "No te enteras de nada", "Vives en una realidad diferente", "Eso nunca pasó", "Yo nunca me equivoco", "Estás loco, necesitas ayuda". Si buscan invalidar sus emociones, utilizan frases como "Siempre estás a la defensiva", "Te lo digo porque te quiero", "Eres un exagerado", "Siempre estás de mal humor". En cambio, cuando quieren evitar asumir responsabilidad y hacer sentir culpable a la víctima, suelen decir "Yo no dije eso", "Estás exagerando", "Era solo una broma", "No es para tanto", "Todo el mundo sabe que tengo razón".

Las consecuencias para la víctima son devastadoras. Su autoestima se destruye, ya que llega a convencerse de que comete demasiados errores y desarrolla un miedo constante a ser criticada. Muchas veces, incluso cree que tiene un trastorno psicológico porque el agresor la ha hecho dudar de lo que es real y lo que no, generando un estado de hipervigilancia y ansiedad que puede derivar en depresión. Además, se crea una dependencia emocional extrema, donde la víctima siente que necesita al manipulador porque cree que no es capaz de tomar decisiones por sí misma. En muchos casos, evita encuentros sociales para no ser criticada en público, lo que la aísla aún más. En definitiva, las consecuencias psicológicas del gaslighting incluyen una baja autoestima, ansiedad, depresión e incluso pensamientos suicidas.

Si te identificas con alguno de estos síntomas o sospechas que tienes cerca a un manipulador que utiliza esta técnica, no dudes en buscar ayuda profesional para manejar la situación.

4o

4o

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último