Psicología y Salud: Ser nuestro mejor amigo y compañía

Todo está en ti

Cada vez que nos enfocamos en el exterior, creemos que mejoraremos nuestras relaciones teniendo más amigos, pero perdemos de vista la importancia de una relación positiva y amorosa con nosotros mismos

Psicología y Salud: Miedo a que te deje tu pareja y no encontrar otra

Un joven sonríe mientras se mira al espejo. / M. G.

Es muy importante la autocompasión y el autocuidado. En este mundo, donde actualmente la conexión con los demás y lo que piensen de uno están por encima de la relación con uno mismo y de la opinión que tengamos de nosotros mismos, esto se convierte en un reto. Sin embargo, cada vez se leen más artículos y se ven más cosas sobre el tema de ser nuestra mejor compañía y de ser capaces de estar a solas con nosotros mismos, sin sentir ansiedad o tristeza. Dejar de decir "Me siento solo" es fundamental porque, cuando uno se siente solo, es porque la propia compañía le incomoda y no se siente a gusto consigo mismo.

El mundo en el que vivimos fomenta que estemos todo el día dependiendo de los demás, de manera que nuestro bienestar emocional dependa de las personas que nos rodean. Según esta creencia, si estamos solos, no vamos a poder ser felices. Esta idea es totalmente falsa, ya que la felicidad está dentro de nosotros mismos. Por mucha compañía que tengamos, no estaremos bien mientras no estemos a gusto con nosotros mismos.

Cada vez que ponemos el foco en el exterior, creyendo que mejoraremos nuestras relaciones saliendo más o teniendo más amigos, perdemos de vista la importancia de una relación positiva y amorosa con nosotros mismos. Por eso, las personas que están siempre ocupadas o rodeadas de otras personas suelen sentir un vacío tremendo cuando están solas, porque no se permiten escucharse y prefieren distraerse con el ruido exterior. Esto llena vacíos de manera superficial.

¿Por qué es tan importante ser nuestra mejor compañía y nuestro mejor amigo?

Ser nuestro mejor amigo significa tratarnos con el mismo respeto, amor, cuidado y apoyo que ofrecemos a los demás. Sin embargo, solemos ser demasiado duros con nosotros mismos. Si cultiváramos la capacidad de ser nuestra propia fuente de consuelo y ánimo, nuestro bienestar emocional sería eterno y duradero.

El pilar fundamental es la autocompasión. Según la psicóloga Kristin Neff, debemos tratarnos con la misma comprensión y cariño con los que enfrentamos las dificultades de un ser querido. La autocompasión no significa evadir nuestras dificultades, sino abrazar nuestros errores sin juzgarnos severamente.

Cuando practicamos la autocompasión, aceptamos nuestras emociones de una manera sana, trascendiéndolas para digerirlas y sanarlas. Esto nos permite avanzar en nuestro autoconocimiento, eliminando los obstáculos que nos impiden ver nuestra propia perfección. Al aceptar nuestros errores de manera amorosa, desarrollamos mayor resiliencia ante las adversidades de la vida.

La compañía interna es un refugio maravilloso para los momentos de soledad. Pasamos la vida buscando apoyo emocional fuera de nosotros, pero en los momentos en los que la soledad es inevitable, ser amorosos con nosotros mismos es esencial. Sin embargo, la soledad está erróneamente asociada con aislamiento o vacío. Cuando aprendamos a disfrutar de nuestra propia compañía, experimentaremos una paz interior profunda.

Para lograrlo, debemos dedicar tiempo a estar solos y cultivar una relación interna positiva. Esto implica reconocer nuestras fortalezas, hablarnos con amabilidad y gratitud por nuestros logros. Recordar todo lo bueno que hemos hecho nos ayudará a tener una visión equilibrada de nosotros mismos.

Los estudios muestran que la autocompasión tiene numerosos beneficios para la salud mental. Las personas con mayor autocompasión tienden a tener niveles más altos de bienestar emocional, menos ansiedad y menos depresión. Además, la autocompasión genera una motivación intrínseca ilimitada, que nos impulsa a alcanzar nuestras metas sin miedo al fracaso o a la autocrítica.

Ser nuestro mejor amigo no significa aislarnos. Podemos seguir cultivando amistades y relaciones externas, pero nuestra relación con nosotros mismos es la base de todas las demás. Desde la autocompasión, la aceptación y la gratitud, podemos tener una vida más plena, equilibrada y resiliente.

Si entendemos que somos nuestra propia fuente de apoyo y consuelo, siempre tendremos un refugio y un hogar interno. Este refugio nos permitirá enfrentar los desafíos de la vida con fortaleza y serenidad.

Para poder tener buenos amigos, primero debemos ser nuestro mejor amigo. Nuestra relación con nosotros mismos es la verdadera conexión que nos permitirá relacionarnos profundamente con los demás.

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