Psicología y Salud: La rendición
Todo está en ti
Puedes influir en otras personas y eventos o situaciones, pero hay un límite para esta influencia y es que básicamente que cuanto más alejado esté esta relación o situación de tu vida cotidiana, menos influencia tenemos sobre ella
Psicología y Salud: Los beneficios de la gratitud

Huelva/Cuando hablamos de rendición, estamos hablando de soltar el control y rendirte, hacer las paces con lo que no puedes controlar, lo que no depende de ti.
En realidad, la rendición sería hacer las paces con lo que no puedes cambiar o controlar. He escuchado algunas definiciones y dicen que la rendición es dejar de resistirte a un enemigo o influencia poderosa. Es algo que solemos hacer mucho los seres humanos a diario, y esto contribuye muchísimo a nuestro sufrimiento.
Creemos que no es tanto, pero realmente las cosas que están fuera de nuestro control directo —que es casi todo— son muchas. Lo único que está en tu aceptación es lo que tú eliges hacer y decir.
Puedes influir en otras personas, eventos o situaciones, pero hay un límite para esta influencia, y es que, básicamente, cuanto más alejada esté esta relación o situación de tu vida cotidiana, menos influencia tienes sobre ella. Hay situaciones o comportamientos de personas en los cuales no tenemos ningún poder para influir, nos guste o no.
Esto significa que, a diario, inevitablemente, habrá un montón de cosas que sucedan a tu alrededor, o directamente sobre ti, sobre las cuales no tienes absolutamente ningún control, es decir, cero control.
La rendición no tiene nada que ver con la renuncia. Existe una percepción general de que tenemos que luchar todo el tiempo para asegurarnos de conseguir nuestros objetivos. Y está claro que, si usas toda tu energía o todo tu día para conseguir lo que quieres —aunque luego haya muchas cosas, como estamos diciendo, que se escapan a tu control—, lo que terminas es agotado y sin poner tu foco y energía en las cosas que realmente dependen de ti.
¿Por qué realmente es importante rendirte?
Es importante porque cuando algo está fuera de tu control, significa que no tienes ningún poder para cambiarlo, y por mucho que luches, vayas, te estreses, etc., no vas a conseguir nada, porque la situación es la que es. O la aceptas y sigues adelante, o la resistes y te quedas bloqueado y estancado.
Es verdad que todos tenemos situaciones que nos encantaría poder cambiar, pero no podemos. Por ejemplo, personas cercanas que quisiéramos que tomaran otras decisiones o que el día que vas a celebrar un evento no llueva
Darse cuenta de que algo está fuera de tu control cuesta mucho, ya que queremos opinar continuamente sobre lo que nos sucede. Pero una vez que entiendes que hay cosas que no puedes controlar, es muy liberador, ya que te sueltas de ese estrés y esa preocupación innecesaria, y te centras en lo que realmente puedes hacer por ti para mejorar esa situación.
La rendición juega un papel muy importante en tu tranquilidad y en tu paz mental, porque lo que te ayuda es a soltar el control y aceptar lo que está sucediendo en tu vida.
Cuando tratas de controlar todo lo que pasa a tu alrededor, lo único que consigues es sentirte ansioso, estresado y agotado.
Con la rendición, vas a conseguir dejar todo esto a un lado y encontrar una paz interior y aceptación de los hechos.
Tu paz mental te va a permitir buscar y encontrar soluciones a problemas que quizás nunca hubieses visto por tanto estrés.
Aceptar que no puedes controlarlo todo te abre nuevos caminos y posibilidades.
Aunque parezca mentira, la rendición puede ser una forma de autocuidado, porque así te das permiso para descansar, tomarte un respiro y relajarte.
Esto puede ser muy beneficioso cuando estás pasando por una situación difícil.
Es verdad que cuando sueltas el control, empiezas a confiar más en ti y en el mundo, sientes que estás sostenido y que todo va a ir bien.
Es cierto que esta parte espiritual, una vez que la entiendes, te ayuda a sentir que hay una fuerza mayor en nuestras vidas, y que tú eres parte de algo mucho más grande.
Por eso te das cuenta de que las cosas funcionarán a su manera y en su tiempo, porque muchas veces creemos que sabemos lo que es mejor para nosotros, pero cuando pasan situaciones que no han salido como esperábamos, realmente nos damos cuenta de que era mejor que no salieran como queríamos.
Por ejemplo: no conseguir el trabajo por el que habías luchado y luego darte cuenta de que no hubiese sido lo mejor, o esa persona que te gustaba y no le gustaste tú… y luego entender que tampoco era lo que creías.
¿Cómo rendirte de una manera más reflexiva y considerada?
- Concéntrate en lo que está bajo tu control directo: si no puedes controlarlo, no puedes controlarlo. ¿Por qué sigues empeñado en que sea como tú quieres que sea?
- Soltar el control no es rendirse, es ser lo suficientemente maduro para aceptar que eso escapa a tu control.
- Trátate con cariño y compasión mientras trabajas el tema de la resistencia.
- El coste emocional es muy grande cuando nos resistimos. La resistencia genera resentimiento, ira, rabia… acabas enojado con todo el mundo y olvidando todo lo bueno a tu alrededor. Eso no es manera de vivir.
- Tanto la aceptación como la resistencia son elecciones.
- Toma medidas sobre lo que sí puedes controlar, y elige poner tu energía ahí. Eso es el libre albedrío.
- Elige tus batallas. No puedes ganarlas todas ni tienes por qué. Esto te permitirá tomar decisiones más inteligentes y enfocar tu energía en causas que realmente te importan.
- Diferencia entre rendirse y renunciar:
- Renunciar es no intentar nada para cambiar o influir.
- Rendirse es aceptar la realidad tal como es, y actuar dentro de lo que sí puedes hacer para influir.
- Practica la aceptación activa, es decir, reconocer la situación sin juicio ni resistencia. Puedes entrenarte en esto de manera consciente.
- Concéntrate en el presente. Muchas de nuestras preocupaciones desaparecen cuando estamos presentes. Estar presente es una decisión consciente.
- Busca soluciones, no problemas. Si pones el foco en el problema, crece. Si buscas soluciones, tu mente se entrena para hallarlas.
- ¿Ves el obstáculo o ves la oportunidad?
- Deja a un lado las expectativas. Tener muchas expectativas genera sufrimiento y dificulta rendirse.
- Practica el perdón. No es olvidar lo que te hicieron o permitir que vuelva a pasar, es liberarte tú de la ira, el resentimiento y el dolor.
- El perdón es para ti, para soltar ese tormento.
En resumen, cuando eliges rendirte a la realidad en vez de tratar de controlarlo todo, dejas la resistencia y, en cambio, abrazas mayor tranquilidad.
También te puede interesar
Contenido ofrecido por UGT HUELVA