El puzle de 2 millones de dólares
Un interno de Huelva hará, en tiempo récord, el rompecabezas de 256 piezas más complicado del mundol un nuevo reto Juan Ignacio Aneas Guirado está seguro de ser la primera persona en resolver el puzle más difícil del mundo, el Eternity II
Desde que hace siete años y medio, Juan Ignacio Aneas le comunicara a los educadores del Centro Penitenciario de Huelva que a él le gustaba hacer puzzle, hasta la fecha de hoy ha llovido muchas pieza en el interior de esta prisión. Nada más entrar en ella, 'el hombre puzzle' como los llaman tras esas rejas, tenía claro que sus doce años de condena serían más llevaderos si dedicaba, parte de su infinito tiempo libre, a su pasión.
Pasión con la que se ha ganado el respeto de los demás internos y de los funcionarios de prisiones, y pasión que ha servido para dar un toque de color a las paredes de esta cárcel que cuelgan, como si de un prestigioso museo se tratara, las más grandes obras de arte que ha dado la pintura desde el Renacimiento hasta la fecha.
"Me ayudan a evadirme. Con ellos desaparecen los malos pensamientos y créame, dentro de estos muros, te asaltan no muy buenas intenciones", asegura Aneas, mientras intenta acabar la obra de Giovanni Bellini 'La fiesta de los dioses', un puzle de 5.000 piezas.
Sin embargo, 5.000 piezas no son nada para este interno seropositivo, ya que se ha enfrentado a rompecabezas de 10.000 y 18.000 piezas en varias ocasiones.
Este último es el de mayor número de piezas actualmente en el mercado. 18 mil piezas de 1,5 a 2 centímetros. Lo que para la gran mayoría de los mortales se convertiría en un dolor de cabeza, con su correspondiente pérdida de los nervios, para el 'hombre puzle' es simplemente un hobby que le aplaca los nervios, tras utilizar bien la cabeza. Frente al impresionante cuadro de 'El retablo de Santa Columba', del pintor flamenco R. Van Der Weyden, Aneas afirma que tan sólo tardó nueves meses en encajar sus dieciocho mil piezas. Para colmo, una vez acabado, volvió a hacer otro igual, pero esta vez para regalarlo fuera de los muros penitenciarios.
No obstante, reconoce este artista de la recomposición que el puzle que más trabajo le costó no fue éste, ni 'El jardín de las Delicias', del Bosco, o la capilla Sextina, de Miguel Angel o 'Las Meninas', de Velázquez, entre otros (todos ello de 10 mil piezas); el que se le resistió sobremanera, tardando 11 meses en ganarle la partida, fue uno de tan sólo 5 mil piezas, fiel reflejo de 'Las hilanderas', también del pintor sevillano. "Era muy negro, la mayor parte de las piezas desprendían tonalidades oscurosý pero al final encontré la luz", recuerda.
Tras mostrar sus numerosas 'obras de arte', expuestas en el centro sociocultural de la prisión onubense, Juan Ignacio desvela que cada puzle tiene su lógica. Dice que lo primero que hace a la hora de comenzar uno es contar todas las piezas. Después del recuento, las separa por tonalidades y discrimina las que ponen fin, es decir aquellas que cuenta con uno de sus lados rectos. Una vez separadas, estudia las piezas según sus formas sobresalientes y su tamaño. Todas estas pistas le ayudan, apunta, a encajar ese montón de piezas. Un verdadero encaje de bolillos que se inicia colocando las piezas de los bordes, sobre la mesa de su taller.
Tan sólo le dedica a este destino carcelario dos horas al día. Y en este corto tiempo tendrá que enfrentarse a su nuevo reto: realizar en el menor tiempo posible el puzle más difícil del mundo, el Eternity II. Quien consiga resolverlo antes y en un tiempo récord, obtendrá una recompensa de 2 millones de dólares. Al contrario que la mayoría de los rompecabezas, que disponen de una única forma correcta de alcanzar la solución, existen miles de maneras distintas de completar de forma correcta este 'Eternity', de 256 piezas cuadradas con bordes de colores que será necesario encajar en todo el puzle.
"Estoy seguro de que yo seré el próximo ganador de esta iniciativa", afirma con rotundidad. "Estamos esperando que este nuevo reto ingrese en prisión, pues Aneas nos ha prometido que la mitad del premio lo donará a este centro sociocultural desde donde intentamos reinsertar a estos presos a través de talleres relacionados con la cultura", destaca Paco, uno de los educadores de este centro.
"El otro millón de dólares es para mí, por si no te ha quedado claro", apostilla este interno que pasará a la eternidad y posteridad en esta cárcel al estar plasmada su efímera figura y su apasionante dedicación en los frescos sobre el Descubrimiento que decoran el patio central de este gran puzle llamado centro penitenciario de Huelva.
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