¿Qué pasa con el CEUS, el puntero centro de drones que se construye en Huelva?
Industria Aeronáutica
El Centro de Ensayos de Aviones No Tripulados debía estar listo en noviembre en Moguer pero sigue sin inaugurarse
La línea de alta tensión sobre la pista parece la clave para que no puedan estar operativas las instalaciones
La Junta cede al INTA los terrenos de sus instalaciones en El Arenosillo
Noviembre de 2023 era la fecha. Entonces debía inaugurarse el CEUS en Moguer. El Ministerio de Defensa apuntó los plazos, y lo que en principio se esperaba a finales de diciembre, fue adelantado un mes. Pero ahora mismo, más de tres meses después de expirar ese margen, ni hubo entonces inauguración ni la ha habido luego. Ni noticias se tienen tampoco en este arranque de año de cuándo ocurrirá en 2024.
Las obras exteriores han terminado ya en Moguer, en el paraje La Atalaya, donde ya el Centro de Ensayos de Sistemas No Tripulados (Center of Excellence for Unmanned Systems, en inglés) es una realidad material pero no operativa. Todo apunta a que sólo faltan detalles que lastran su puesta en marcha; tan importantes como una línea de alta tensión que sigue atravesando la pista de aterrizaje para inutilizarla pese a estar lista la propia obra. Falta el soterramiento efectivo de ese cableado eléctrico pero sin que hayan trascendido los plazos para su ejecución. Y después de una larga espera de más de diez años, toca seguir aguardando un poco más para ver aviones no tripulados despegando y aterrizando en esas innovadoras instalaciones.
Hace ahora un año, en marzo de 2023, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, visitó las obras del CEUS junto al consejero de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía y el alcalde de Moguer. Las instalaciones en construcción ya avanzaban la base de los dos grandes hangares de 4.000 metros cuadrados, la pista de rodadura de 500 metros y la larga recta de dos kilómetros para despegue y aterrizaje de los aviones.
Solo un pequeño tramo de esta pista, bajo la línea de alta tensión que la atraviesa, quedaba doce meses atrás por completar para que se hiciera previamente la canalización necesaria para su soterramiento. Se dijo entonces que durante el verano (el ya pasado) se ejecutaría esa actuación imprescindible, que dejaría el camino libre para la operatividad de las instalaciones a su finalización. Valcarce, incluso, se atrevió a apurar los plazos finales. Si la ministra Margarita Robles aseguró en enero de 2021 que las obras acabarían antes de hacerlo el año 2023, la secretaria de Estado apretó los plazos al señalar el mes de noviembre para la inauguración de todo el complejo.
Entonces en el horizonte había unas elecciones generales que debían celebrarse en diciembre. Pero tras las municipales cambió el guion previsto y el Gobierno optó por un adelanto a julio de la llamada a las urnas.
Las obras del CEUS, que promueve Defensa, siguieron su curso ajenas a los avatares políticos, como debía ser, y la canalización se hizo a tiempo para poder concluir el asfaltado de la pista principal, clave en esta infraestructura.
La construcción del centro acabó en plazo, según indican fuentes oficiales, muy importante por la aplicación de fondos europeos. Pero lo único adicional que ha trascendido es que la línea de alta tensión sigue siendo aérea a día de hoy, cruzando sobre la pista entre grandes postes del tendido eléctrico, y pendiente todavía de que el cableado se desvíe por debajo de la pista para habilitarla para el tráfico de aviones. Red Eléctrica Española era la encargada de acometer este último paso pero el mutismo sigue en torno a esta actuación y al CEUS, si es que ya está realmente listo para empezar su actividad, sólo a falta de esta actuación postergada. El horizonte no se aclara después de que no se hayan cumplido los plazos previstos para empezar la actividad.
Una industria aeronáutica floreciente
En paralelo a la construcción, este último año se han sucedido los contactos con diferentes compañías aeronáuticas para que utilicen las instalaciones de Moguer cuando abran sus puertas. No es un secreto porque realmente hace años que se celebran reuniones que recogen el interés de varias multinacionales por lo que se cuece en Huelva con el CEUS.
En ello se enmarca el probable desarrollo del avión de combate EuroMale, cuyas primeras unidades se deberían suministrar en 2028 a los ejércitos de Alemania, Francia, España e Italia, o diferentes dispositivos civiles, científicos y militares, de Boeing y otros grandes de la aeronáutica, que deberán pasar por este centro de Moguer para obtener certificación para operar en Europa.
En esa línea, el alcalde de Moguer, Gustavo Cuéllar, ya avanzó también en aquella visita de hace un año que su Ayuntamiento trabaja en la disposición de suelo en el municipio para ofrecer a las empresas que quieran instalar una base estable junto al centro del INTA, donde pongan a prueba sus prototipos.
Ese, precisamente, es uno de los factores que han primado en el interés general del proyecto, que se pretende meta a Huelva en el eje occidental de la industria aeronáutica andaluza, junto a Sevilla y Cádiz, confirmando su ya posición de privilegio con las propias instalaciones del INTA en el Centro de Experimentación de El Arenosillo (Cedea), donde, entre otros destacados desarrollos, se ha probado el cohete privado español Miura 1. Ahora con el CEUS se debe generar capacidad en Huelva para una industria principal y auxiliar en el sector.
La construcción del Centro de Ensayos de Sistemas No Tripulados ocupa un área de 75 hectáreas en terrenos previos de monte público cedidos por el Ayuntamiento de Moguer. La inversión de 28 millones de euros corre a cargo del Ministerio de Ciencia, Innovación, a través del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), cofinanciado por la UE con fondos Feder al 80%, y cuenta con la colaboración de la Junta de Andalucía a través de la Consejería de Universidades y Ciencia.
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