El refuerzo policial, respuesta ante la lucha yihadista en Marruecos
Mohamed Bensalah, experto en Civilización Islámica, diferencia el método marroquí del resto de países árabes
El codirector de la Cátedra Estudios de Civilización Islámica y Renovación del Pensamiento Religioso, Mohamed Bensalah, explicó en el curso Radicalización, terrorismo yihadista y combatientes extranjeros, organizado por la UNIA, la política antiterrorista de Marruecos para prevenir y dar respuesta a los movimientos radicales en el interior y el exterior de sus fronteras. Un método que definió como "un modelo muy distinto a las políticas del resto de países del mundo árabe".
Mohamed Bensalah fue el encargado de clausurar con su charla el curso, dirigido por la responsable de la Fundación Euroárabe, Inmaculada Marrero Rocha, y organizado por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en el aula magna del campus de La Rábida.
El ponente centró su análisis en la gestión del Estado marroquí y la manera de confrontar el problema de los combatientes extranjeros en un contexto muy complicado, ya que considera "es muy difícil distinguir a los combatientes extranjeros de los grupos terroristas".
Desde su perspectiva, existen cuatro pilares que sostienen la lucha contra el terrorismo revisada por el rey de Marruecos: el securitario, el socioeconómico, el político y el religioso-espiritual. Asimismo, recordó los inicios de esta lucha antiterrorista en el país, justo después del 11 de septiembre, tras el que se produjo una política de seguidismo hacia Estados Unidos, acompañada de los atentados de Casablanca, que terminaron por provocar el giro en las políticas y métodos empleados, según el catedrático.
El enfoque integral de las políticas antiterroristas en Marruecos ha reforzado la cuestión policial, "porque hasta el momento el Estado solo se había centrado en desmantelar las infraestructuras del terrorismo, pero no prestó atención al desmantelamiento de los motivos sociales".
En un breve recorrido histórico, Bensalah destacó que Marruecos permaneció siempre al margen del dominio de distintas dinastías. Sin embargo, el Gobierno marroquí tuvo que hacer frente a movimientos islamistas inspirados en el radicalismo de la crisis de Egipto, pero en uno de ellos se produjo una escisión y varios integrantes fundaron el Partido de la Justicia y el Desarrollo, de corriente no violenta, que gobierna en Marruecos.
Paralelamente, ayer se clausuró en la UNIA el taller Gestión cultural y desarrollo. Estrategias en un contexto de crisis, que desde el día 20 se vino celebrando en el Campus de La Rábida. Para dar a conocer las conclusiones participaron en una rueda de prensa la directora del curso, Virginia Luque; Lola Jiménez y Hafid Zuako, representante de la Fundación y profesor del curso, que ha colaborado en esta edición. Estuvieron acompañados de la vicerrectora del Campus, Yolanda Pelayo.
Ante la escasez de programas formativos de gestión cultural vinculados al desarrollo en las universidades españolas y el vacío detectado en los últimos años pese a su gran demanda en Andalucía, se planteó este para dar respuesta desde una perspectiva de diálogo interdisciplinar en el marco de la nueva Economía Creativa.
Dentro de los eventos estivales organizados por la UNIA, el Campus de La Rábida acogió la noche del jueves a Charles Mcpherson y su banda, formada por uno de los mejores pianistas del panorama jazzístico internacional, Bruce Barth, con Jeremy Brown al contrabajo y el gran Stephen Keogh en la batería.
Mcpherson demostró a las más de 600 personas que acudieron al patio de La Rábida que sigue siendo una fuerza sólida en la escena del jazz actual. No defraudó a nadie y su talento quedó demostrado de principio a fin del concierto. Su forma de tocar combina un sentimiento apasionado con momentos de improvisación que despertaron los aplausos del público en numerosas ocasiones.
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