"Todos somos responsables de lo que ha pasado"

Diego González Batanero. Arqueólogo.

Cree que la divulgación habría evitado la destrucción en el yacimiento. Pide un "gran pacto de ciudad" en defensa del patrimonio arqueológico.

Diego González Batanero, ante las parcelas afectadas por el movimiento de tierras que ha acabado con parte de los restos arqueológicos del Seminario.
Javier Ronchel

24 de enero 2016 - 07:00

El arqueólogo Diego González Batanero destapó hace unos días los daños irreparables causados en el yacimiento de La Orden-Seminario. Presentó una denuncia ante el Seprona y lo puso en conocimiento de la Administración. Asegura que lo hizo primero "como ciudadano" pero también como uno de los profesionales que intervinieron en las excavaciones que hace diez años descubrieron los restos que certifican una antigüedad de 5.000 años para la ciudad de Huelva. Ahora hace balance crítico como onubense conocedor del patrimonio histórico que atesora.

-Han pasado más de diez días de su denuncia. ¿Cree que se está gestionando bien el caso?

-Me imagino que sí. Está investigando el Seprona, al que acudí porque tengo confianza ciega en ellos en ese aspecto. He hablado también con técnicos del Ayuntamiento y sé de primera mano que están haciendo un trabajo intenso. Cuando el día 8 estuve aquí e hice fotos, se las mandé por el móvil a una técnico municipal y a los diez minutos ya había averiguado el 50% de la información que sabemos hoy y se puso a trabajar un departamento entero de Urbanismo. En Cultura, algo muy parecido. Hablé con el inspector que está ahora mismo allí y se pusieron a trabajar inmediatamente.

-¿Se pueden ya señalar culpables o responsables?

-Yo esperaría primero a lo que diga el juez. En eso hay que ser absolutamente exquisitos y cautelosos porque esto tiene su procedimiento. Si hay que condenar a alguien será porque hay pruebas materiales fehacientes de que se ha cometido un delito. Si nos planteamos quienes son responsables, está claro: todos. Pero no todos son responsables; todos somos.

-¿Se podría haber evitado?

-Sí, sin duda. Desde el primer momento, informando. Si se hubiera hecho -como se propuso en 2007 pero se decidió que no- una puesta en valor de los restos que aquí había, el yacimiento lo conocería todo el mundo. Habría tenido visitas, la población lo conocería y posiblemente el señor de la máquina que hizo esto hubiera caído en que estaba protegido. Los vecinos también lo conocerían si hubiera estado señalado y se hubiera hecho un trabajo de difusión suficiente.

-Ahora muchos están descubriendo el yacimiento.

-Creo que sí. Cuando han visto que lleva seis días seguidos ocupando la portada de un periódico caen en que esto era importante y no era tan poca cosa.

-Incluso la propia clase política y las administraciones.

-Exacto. Me comentan que un político dijo hace unos días despectivamente que aquí en realidad no había casi nada. Cuando estábamos excavando aquí en 2006 hubo un director general de la Junta de Andalucía que dijo que aquí lo que había eran manchas en el suelo. Esa frase nos duele mucho a quienes trabajamos esas manchas, las excavamos, las reconocemos y le damos la importancia que tienen. La clase política ahora se está enterando de que publicar en el BOJA y destruir tiene consecuencias pero porque se le está diciendo. No sabemos si esas consecuencias se van a producir. El Seprona y las administraciones están elaborando informes, que esperemos deriven en responsabilidades. Esperemos. Y esperemos que se produzca lo que dice la ley: el resarcimiento del daño. Aquí ha habido un daño que ya es irreparable, pero eso no significa que ahora no podamos hacer nada. Esto significa que será ahora cuando habrá que aplicar la ley de manera más exhaustiva; habrá que aplicar en todo su sentido ese resarcimiento del daño que dice la norma. ¿Cómo? Va a haber multas, cuantías económicas, como infracción urbanística, penal o lo que sea. ¿Por qué no invertir ese dinero en el resto del suelo público que hay ahí y que sigue atesorando esos restos arqueológicos que están ahí abandonados? Pensábamos que estaban protegidos pero ahora sabemos que están abandonados. Si hubieran estado protegidos realmente no habría pasado esto.

-¿Qué se puede hacer para el resarcimiento del que habla?

-Aquí hay mucho suelo público cuyo destino es la edificación y la dotación de infraestructuras públicas. Ahora no hay presión urbanística, no hay prisa. ¿Por qué no empezamos ya la investigación? Que empiece quien sea: la Universidad, el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía... Eso sería resarcir el daño. Lo entiendo así. Evitando que se vuelva a producir un perjuicio futuro.

-¿La tierra removida se puede cribar para buscar restos?

-Claro que se puede hacer pero dimensionándolo económica y temporalmente es un trabajo enorme. No sé si alguien será capaz de afrontar eso como medida de resarcimiento del daño.

-¿Merecería la pena?

-Como una medida ejemplarizante, sí; como medida técnica real con la que se vaya a recuperar patrimonio suficiente que lo justifique, tengo mis dudas. Porque el patrimonio que ha salido de aquí estará triturado. Si es verdad que está ahí en Las Metas, le ha pasado una apisonadora por lo alto y no creo que quede gran cosa.

-¿Qué hay realmente en este yacimiento?

-Realmente está nuestra historia. Hay lanzas de cobre, algunas de las primeras de la Península, aquí, en el Seminario. Hay puntas de flecha, hachas de cobre, arte prehistórico... Hay una punta de colmillo de elefante africano utilizado como ídolo del 2.500 aC aproximadamente. Hay muchas piezas de arte prehistórico en otros sitios pero algunas de las muestras más antiguas están aquí. El Museo Arqueológico Nacional organizó unas jornadas en 2009 para que presentáramos este hallazgo a todos los especialistas. Eso da idea de la dimensión de este hallazgo.

-Esta parte que ha desaparecido, ¿qué importancia tiene en el contexto del yacimiento?

-Como importante en esas parcelas, que yo conozca, los sistemas de cultivo tartésicos. Ahí tenían una representación enorme y ya no están. Y no sé si estaban lo suficientemente estudiadas. Hay un informe de unos arqueólogos que trabajaron en la zona pero no lo conozco. Sé que había medidas cautelares posteriores que tampoco se han respetado. Sé también que estamos a escasos 20 metros de donde han aparecido estructuras calcolíticas, fondos de cabañas con ídolos que están hoy en el museo expuestos, y a 50 metros de donde estaban los dos depósitos grandes donde aparecieron 30 más.

-Y de gran importancia científica.

-Científicamente es muchísimo lo que se ha perdido. Una barbaridad. Sigo sin dar crédito a que esto haya pasado. Soy incapaz de imaginar qué repercusión tendrá en el futuro para la investigación.

-Porque falta dar su protagonismo al patrimonio arqueológico.

-A Huelva le falta mucho. Se dieron muy tímidamente algunos pasos con lo que se hizo en el antiguo Colegio Francés, que en su momento fue una intervención pionera. Con lo que se hizo en la tienda de Sfera, en la calle Vázquez López, también, hoy difícilmente visible. Está el Cabezo de la Almagra, en el que también se hizo una inversión. Y están los trabajos recientes que ha hecho el Ayuntamiento, con voluntarios, en la Fuente Vieja, donde hay un acueducto romano. ¿Es suficiente? Seguro que no. A Huelva le falta mucho: mucha inversión y mucho trabajo para poner en valor su patrimonio. Vamos a empezar por el museo, que ni siquiera es digno para la ciudad y la provincia. Uno de los mayores valores del patrimonio de Huelva es el arqueológico, por el que es el primer núcleo urbano de Andalucía que se declaró íntegramente zona arqueológica. Su valor arqueológico es absolutamente indiscutible, por lo antiguo y por la cantidad de épocas que representa, y sin embargo tenemos 300 metros cuadrados de exposición de arqueología en el museo. Huelva necesita un museo en condiciones y una ruta arqueológica. Se están perdiendo oportunidades cada día que pasa. Esta semana está todo el mundo en Fitur, enseñando lo magnífica que es Huelva para traer visitantes, pero si luego viene la gente y no ve nada, ¿para qué se invierte en Fitur? ¿Para qué queremos traer barcos llenos de gente al Muelle de Levante? ¿Qué les enseñas? Los metes en un autobús y te los llevas a Sevilla.

-Y mientras se presume de tener la ciudad más antigua de Occidente.

-Exacto. Y el valor lo da este yacimiento. Si alguien se lo hubiera creído desde las instancias administrativas y políticas, esto no hubiera pasado.

-¿Es cierta esa afirmación?

-Esa frase viene de que siempre se ha dicho que Gadir, que es Cádiz, la fundaron los fenicios y que por eso es la primera ciudad que se fundó en Occidente. Viene de una tradición histórica que dice que antes de los fenicios no había nada. Pero está demostrado que no es así. Lo que sí está claro, después de esto, es que el asentamiento de Huelva capital es mucho más antiguo que el de Cádiz capital. Hay muy pocas ciudades que puedan presumir de un registro histórico tan completo y continuado como éste. Aquí nos vamos al 3.000 antes de Cristo, hace 5.000 años, desde el Neolítico final, de manera continuada, con lo que se ha encontrado. Porque vamos a ver qué encontramos en las 11 hectáreas de finca que no se han excavado.

-Hay, entonces, una oportunidad para ahondar en los orígenes.

-No solo para eso sino para demostrar el interés que tiene Huelva en su patrimonio. Ya lo tenemos protegido jurídicamente. El primer paso está dado. Pero no nos quedemos ahí: vamos a dar el siguiente, vamos a sacarlo a la luz. La única manera de conservar algo es usándolo. Si el patrimonio no tiene un uso social, desaparecerá.

-¿Habría que plantearse algo así como un plan arqueológico integral para apostar por el patrimonio histórico de la ciudad?

-Hay mucho que iniciar en Huelva en este sentido. Eso podría significar una revolución social y económica para Huelva. Absoluta y total. La industria, evidentemente, es importante para la economía de Huelva, los transportes, el Puerto... pero el patrimonio no lo es porque no se invierte en ello. Si se invirtiera realmente, se convertiría en una de las patas fundamentales de la economía y de la sociedad. Quedan muchas cosas por hacer pero necesitan de dinero y voluntad. Y el dinero llega con voluntad. Otras ciudades tienen su patrimonio arqueológico visible porque ha habido voluntad. Se habla de grandes pactos de Estado, pero tiene que haber un gran pacto de ciudad para el patrimonio.

-¿Tan grande es la riqueza arqueológica de Huelva?

-No podemos ser chovinistas pero hay muy pocas ciudades que puedan presumir de tener una historia tan extensa y tan intensa. Muy pocas. Y, además, que se haya conservado tan bien, al menos, la más antigua de ellas. No tenemos grandes monumentos porque no se han destapado. Bajo la Plaza de las Monjas hay un edificio romano que conserva sus muros en más de un metro y pico de altura y hoy está bajo una losa de hormigón. En la Plaza de la Soledad, la casa romana tiene los muros conservados con un metro y medio de altura y con la planta completa, y también hay una casa islámica entera; no conserva los muros porque se robaron para ser reutilizados en otras edificaciones. Y está la ciudad islámica de Saltés, que no está en el casco urbano pero pertenece al municipio; y tiene una alcazaba, hoy sepultada, en la que se podría entrar por la puerta principal de acceso porque se conserva entera, hasta la última piedra arriba del arco.

-Y, mientras, las máquinas actúan aquí como el ISIS en Siria.

-Es exactamente lo mismo pero sin bombas. Grandes muros no había pero 5.000 años de historia sí. Y no han hecho falta bombas; sólo mucha gente mirando para otro lado en el momento inadecuado.

-¿Qué espera que salga de esto?

-Espero un poco de conciencia, tanto entre los políticos como entre los ciudadanos, de que en Huelva hay patrimonio y se puede conservar. Eso como mínimo. Más allá tampoco creo que pase nada. Se depurarán responsabilidades si el juez lo determina y poco más.

-Y que cale entre los políticos.

-Espero que ahora se unan todos y de una vez por todas hagan algo de verdad. Hagamos un gran pacto de ciudad por el patrimonio.

-¿Cambiará de alguna forma la protección que se hace ahora?

-Espero que cambien los procedimientos, que haya un antes y un después. No sé si será posible pero desde luego he puesto mi granito de arena para que sea posible.

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