El Rey Salomón y Huelva entre la leyenda, la historia y el mito
Huelva Paranormal
La huella del monarca bíblico está muy presente en la provincia onubense a través de los relatos que han trascendido a lo largo de los años
Misterioso objeto luminoso en Huelva: "Cobró muchísima velocidad y se desvaneció en cuestión de segundos"
Desde tiempos inmemoriales, las minas de Riotinto, en Huelva, han sido objeto de fascinación, no solo por su riqueza mineral, sino por el halo de misterio que las rodea. Entre las muchas historias que han surgido en torno a estas tierras, una de las más sorprendentes es la que vincula al legendario Rey Salomón con los yacimientos de oro y plata de esta región.
La tradición sostiene que el monarca bíblico, célebre por su sabiduría y opulencia, envió expediciones a las costas onubenses en busca de metales preciosos y, según algunas versiones, incluso habría construido una fortaleza en la antigua Onuba, lo que hoy es Huelva.
Aunque los documentos históricos no aportan pruebas concluyentes sobre esta conexión, la leyenda ha perdurado a lo largo de los siglos, alimentada por textos antiguos, tradiciones orales y obras literarias del Siglo de Oro.
Salomón y las riquezas de Tarsis
La base de esta leyenda se encuentra en el Primer Libro de los Reyes (10:22), donde se narra cómo las flotas del Rey Salomón y del Rey Hiram de Tiro realizaban viajes conjuntos hacia Tarsis, trayendo consigo grandes cantidades de oro, plata, marfil, monos y pavos reales. Este pasaje ha generado numerosas especulaciones sobre la ubicación de Tarsis, un lugar mítico que algunos historiadores identifican con la región tartésica del suroeste de la península ibérica, especialmente la franja minera de Huelva y Cádiz.
Sabemos que los fenicios, aliados comerciales de los israelitas, establecieron colonias en Iberia en el siglo VIII a.C., asentándose cerca de las minas de Riotinto y otros enclaves ricos en metales. Estos comerciantes marinos, provenientes de Tiro, dominaban el comercio mediterráneo y mantenían estrechas relaciones con Tartessos, la primera civilización de la península ibérica de la que se tiene constancia escrita.
La tradición sostiene que la alianza entre Salomón e Hiram permitió a los israelitas beneficiarse de estas riquezas y que las minas de Riotinto fueron una fuente de abastecimiento para el mítico Templo de Salomón en Jerusalén.
El Cerro Salomón y la fortaleza perdida
Uno de los testimonios más curiosos de esta tradición es la existencia de un Cerro Salomón en las minas de Riotinto, cuyo nombre evoca la presencia del monarca bíblico en la zona. En la actualidad, esta elevación se conoce como Cerro Colorado, pero la antigua denominación refuerza la idea de un vínculo legendario entre el rey hebreo y Huelva.
Otro elemento que alimenta la leyenda es la presencia de restos de una fortaleza en el Cerro de los Cobullos, en la localidad onubense de Campofrío. Según la tradición, esta estructura fue mandada construir por el propio Salomón o sus emisarios como un enclave defensivo y un centro de control para la extracción de metales.
Aunque la arqueología no ha encontrado pruebas que vinculen estas ruinas con el monarca israelita, la historia ha quedado registrada en textos antiguos, como el libro Historia del Rey Salomón, publicado en 1609 por el erudito Padre Juan Pineda.
La importancia del Cerro de los Cobullos llegó hasta la corte española, cuando Felipe II compró la zona en 1578 por 500 ducados, interesado en el valioso jaspe rojizo que allí se encontraba. Este mismo material fue utilizado para la decoración de El Escorial, el monumental monasterio madrileño cuya estructura, según diversas teorías, se basó en la descripción del Templo de Salomón en Jerusalén.
Zalamea La Vieja y la princesa Salomé
Otra leyenda salomónica en Huelva gira en torno a la localidad de Zalamea La Vieja, actualmente conocida como Nerva. Según el historiador sevillano Rodrigo Caro, en su obra Antigüedad de Sevilla (1647), esta población fue fundada por el propio Rey Salomón, aunque el nombre original no haría referencia al monarca, sino a una supuesta hija suya llamada Salomé.
La historia cuenta que la princesa, huyendo de conflictos en su tierra natal o en un viaje de exploración, llegó a la región junto a su séquito. Tras descubrir que el lugar era fértil, tranquilo y rico en aguas medicinales, decidió establecerse en la pequeña meseta que hoy es la Plaza de Talero. Al recuperar su salud gracias a las propiedades curativas de los manantiales locales, bautizó el asentamiento con su propio nombre: “Salomea”, lo que con el tiempo derivó en el actual Zalamea.
Este relato, aunque carente de fundamento histórico, refleja la poderosa influencia que las narraciones bíblicas y orientales ejercieron sobre la tradición popular de la península ibérica.
Salomón en la literatura y la tradición española
Las historias sobre la presencia de Salomón en Huelva no solo han perdurado en la tradición oral, sino que han sido recogidas en obras de gran relevancia histórica. Además de los textos de Rodrigo Caro y Juan Pineda, el tema ha sido abordado en la monumental España Sagrada del Padre Flórez, una de las recopilaciones más importantes sobre la historia eclesiástica del país.
También en el Siglo de Oro, escritores y eruditos españoles mencionaron la conexión de Salomón con la península, especialmente en lo referente a la Mesa del Rey Salomón, un objeto legendario que, según la tradición, contenía conocimientos místicos y que algunos ubicaban en Toledo. Aunque la mayoría de estos relatos tienen un claro carácter legendario, demuestran el impacto que la figura del monarca israelita tuvo en la cultura hispana.
Mito o realidad: la persistencia de una leyenda
A pesar de la falta de pruebas arqueológicas que confirmen la presencia de Salomón en Huelva, la fuerza de la leyenda ha logrado traspasar los siglos, mezclándose con la historia de la región bien través de las minas de Riotinto o de otras historias hetedoroxas, los restos de antiguas fortalezas o los nombres de los cerros y localidades, la huella del monarca bíblico sigue viva en la memoria colectiva de Huelva.
El misterio de Tarsis, el enigma de la flota salomónica, la riqueza minera de la faja pirítica onubense y las menciones en antiguos escritos han alimentado una narrativa fascinante que conecta a la antigua Iberia con los relatos de la Biblia. Aunque los historiadores modernos descartan la posibilidad de que el propio Salomón haya pisado estas tierras, no cabe duda de que su leyenda ha dejado una marca en la cultura legendaria de la región.
Así, entre la realidad y la fantasía, la figura del sabio monarca sigue brillando en la historia de Huelva, al igual que el oro y la plata que, según la tradición, viajaban desde sus minas hasta los esplendorosos palacios de Jerusalén.
*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a contacto@josemanuelgarciabautista.net
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