Rodaje de 'Los tigres': los escenarios más singulares de la película y el lado oculto de Huelva que sorprenderá
La película está inspirada en personas y en acontecimientos reales vinculados a la ría de Huelva y a todo el universo que la envuelve. "Al ecosistema industrial, social y natural que habita este lugar tan particular", asegura Koldo Zuazua, uno de sus productores
La nueva película de Alberto Rodríguez retrata la cara más desconocida de Huelva como escenario de cine en 'Los tigres'
La película Los tigres, protagonizada por Antonio de la Torre y Bárbara Lennie, pondrá a la provincia de Huelva en el mapa mundial del cine. Y no solo lo hará mostrando lugares icónicos en la gran pantalla, sino también desvelando secretos que, incluso, los onubenses desconocían del territorio. La producción, dirigida por Alberto Rodríguez y que roza la quinta semana de grabación en escenarios de la provincia, refleja un lado completamente desconocido por muchos de la ría onubense, dando a conocer la profesión de quienes velan por conservar el entorno natural que convive pegado a la industria. Todo ello sin perder de vista la verdadera trama: una historia íntima entre hermanos que se enfrentarán a un dilema moral que podría cambiar sus vidas.
Koldo Zuazua, uno de los productores (Kowalski Films), ha explicado que el film se rueda íntegramente en la provincia de Huelva, salvo una serie de jornadas al final del rodaje "que realizaremos en la Ciudad de la Luz, en Alicante, en las piscinas".
La película está inspirada en personas y en acontecimientos reales vinculados a la ría de Huelva y a todo el universo que la envuelve. "Al ecosistema industrial, social y natural que habita este lugar tan particular", asegura el productor. Concretamente los protagonistas son unos buzos industriales que trabajan en la refinería. Muestran cómo el crudo, el petróleo que viene de África, normalmente en grandes embarcaciones, es descargado aquí, en la Refinería de Cepsa y es tratado para generar los combustibles que luego consumimos en la península. "Es un universo bastante sorprendente, muy desconocido yo creo para la mayoría de las personas. Visualmente es muy potente, porque aquí tenemos una naturaleza salvaje, estamos en la reserva de la biosfera, con una cantidad de especies y aves... increíbles playas, todas las lenguas de arena que van desde Doñana hasta Portugal, la parte de Matalascañas, Mazagón, El Rompido, Punta Umbría... es una provincia realmente espectacular".
Y al otro lado, añade, el Polo Químico de la ciudad de Huelva, que contrasta con todo esto. "La combinación da lugar a un ecosistema muy peculiar, que nos está permitiendo rodar en escenarios con grandísimos contrastes. Eso nos resultó muy interesante desde el principio para sacar la película adelante", indica Zuazua.
De esta manera, Los Tigres se ha articulado en tres partes. El rodaje tiene una parte que sucede en tierra, en la que se cuenta toda la historia y el drama de los personajes que construyen la trama. Luego hay una parte que se rueda en superficie marina, que tiene lugar en barcos y después hay otra parte que sucede bajo el mar. "Esa parte subacuática la vamos a rodar en la Ciudad de la Luz, en Alicante. Además, también hay otra serie de secuencias que rodamos en la bahía de Algeciras".
La labor desconocida del buzo industrial
Todo nació de la inquietud de Alberto Rodríguez, director de la película, de saber cómo sería el mantenimiento subacuático de esta ciudad, ya que él veranea desde niño en Mazagón y le despertaba una gran curiosidad. "Quería saber quiénes serían los buzos que, de algún modo limpiaban las cañerías que conectan el petróleo con la refinería. Se preguntaba cómo serían los que estaban detrás de esta profesión, cuya realidad nunca se había mostrado ni se había contado en escena", asegura el guionista, Rafael Cobos.
Para ello, tuvieron que hacer un trabajo de documentación importante con buzos de Huelva. "La verdad es que por medio de un amigo entramos en contacto con el dueño de la embarcación que tiene la concesión de la monoboya y a partir de ahí fue muy fácil entrar en contacto con el buzo, acompañarlo, ir derivando en cada uno de ellos y poder conocer cómo funciona y cuál es su manera de trabajar", indica. Algo para lo que han contado con la colaboración de Cepsa y de la Diputación Provincial de Huelva, entre otros.
La monoboya, escenario angular de la historia: "un platillo volante" que impresionará al espectador
Tanto productor como guionista ponen de relieve "lo espectacular" de reflejar en pantalla un escenario como el de la monoboya de Cepsa, parte angular de la película. El petróleo, explican, viene en unos buques con 150.000 toneladas de crudo y como son tan grandes y tienen un calado tan profundo, no pueden entrar en la ría. "Entonces, hay un elemento a 6 millas náuticas de aquí denominado monoboya, que es una especie de boya cilíndrica enorme, de 22 metros de diámetro, de dimensiones catedralicias, como un platillo volante, donde a través de unos conectores en superficie (unas mangueras) son cargadas de crudo desde el petrolero". Desde la monoboya bajan unos tubos verticales al lecho marino y desde ahí se traslada hasta tierra por un túnel submarino. "Estos buzos son los que, de alguna manera, velan porque todo eso esté en perfectas condiciones y no haya ni el mínimo atisbo de error, en el que se pueda fugar una gota de crudo. Es un trabajo con muchísima tensión y muchísima responsabilidad que nosotros trasladamos en pantalla y que vivirá de forma intensa el espectador".
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