Rodrigo de Balbín Behrmann, durante unos trabajos de campo como arqueólgo.
Rodrigo de Balbín Behrmann, durante unos trabajos de campo como arqueólgo.

Huelva/Hay currículums y currículums, y el de Rodrigo de Balbín Behrmann es de los segundos, que aunque así escrito parezca que es lo mismo, no lo es ni de lejos, porque los segundos son de esos que lo dejan a uno con la boca abierta, de los que asombran, casi asustan, de solo mirarlos, de los que si uno los lee antes de empezar una entrevista se le ponen a uno los pelos como escarpias y el cerebro de uno se detiene y se dice a sí mismo: “alto ahí” y le hace a uno pensarse dos veces lo que va a preguntar porque uno sabe que todo lo que responda será ‘palabra de Dios’, el mismísimo Evangelio, será la famosa “voz autorizada” que busca todo el mundo, la del conocimiento más vasto, la de la experiencia más extensa. La voz de quien más sabe de lo suyo, y lo suyo es la prehistoria y es la arqueología. Hay currículums y currículums, y algunos dicen tanto del entrevistado que sobra cualquier otra presentación. El de Rodrigo de Balbín dice, por ejemplo, que es Catedrático Emérito de la Universidad de Alcalá de Henares, y que fue Profesor Agregado en la Universidad de La Laguna, y Catedrático de Prehistoria en las Universidades de Cantabria, y también de la de Alcalá, y que ha participado, como director o codirector, en más de 80 excavaciones. También, que es asturiano, y especialista en arte rupestre y que ha realizado la friolera de 401 publicaciones, y que entre ellas hay 28 libros, y que es miembro de la Société Préhistorique Française y que, para colmo (y alegría onubense), es el más reciente Doctor Honoris Causa de la Universidad de Huelva, un título que fortalece una relación que empezó a florecer en los años sesenta, cuando, siendo un joven alumno de la Complutense, se vino aquí a aprender de arqueología, nada menos que en La Joya y con Juan Pedro Garrido Roiz . ¡Ah!, y encima sabe cantar fandangos. 

Pregunta.-¿Qué supone para usted la distinción como doctor Honoris Causa por la Universidad de Huelva?

Respuesta.-Se trata de un reconocimiento emotivo y solemne por una larga carrera que he compartido con abundantes colegas y amigos. El trabajo en mi especialidad no se hace de modo individual, sino en equipo. Sin duda, si tengo algún merecimiento, lo comparto con todos aquellos con los que he trabajado, compartido y aprendido.

P.-Su vinculación con nuestra provincia se remonta a los inicios de su carrera. Precisamente comenzó en dos grandes momentos de la arqueología en la ciudad: las excavaciones del cabezo de La Joya y el muro de San Pedro. ¿Qué recuerdos guarda de esa participación y qué impresión se llevó entonces?

R.-Comencé a trabajar en Huelva de la mano de Juan Pedro Garrido Roiz, que era mi profesor en la Universidad Complutense. Con Manolo Fernández Miranda y algunos más formamos un grupo que se perpetuó en el tiempo. Fueron experiencias enriquecedoras y muy positivas. Además, y teniendo en cuenta que nuestro trabajo tiene también una faceta vivencial y divertida, disfrutamos de la amistad y la compañía, aparte de aprender a cantar fandangos.

P.-Con el descubrimiento del puerto de Tarteso durante unas obras en el centro se ha abierto un debate en la ciudad acerca de cómo protege Huelva su historia ¿Qué no hemos sabido hacer?

R.-La arqueología supone la casualidad de la conservación de los documentos materiales en el tiempo. Y digo conscientemente casualidad, porque esa conservación es muy difícil y más aún en sitios urbanos, donde la construcción se impone por encima de la conservación de nuestra historia. En Huelva, y en España en general, nos falta conciencia del pasado, placer por conocer nuestros orígenes, valoración de lo que nos constituye. Nos falta cultura y orgullo de lo que somos.

El arquelógo, durante unos trabajos en la provincia, concretamente en los dólmenes de Los Gabrieles (Valverde).
El arquelógo, durante unos trabajos en la provincia, concretamente en los dólmenes de Los Gabrieles (Valverde). / M. G.

P.-¿Qué deberíamos hacer ahora, precisamente cuando está creciendo tanto el interés por la prehistoria y la protohistoria?

R.-El único remedio de nuestros males como españoles es el conocimiento. Otros, dentro y fuera de nuestro país, fomentan el conocimiento del pasado como afirmación de su identidad nacional o regional. Para mí la región y la nacionalidad se resumen en España, y la Prehistoria no es más que la aproximación a un pasado común que nos constituye en lo que ahora somos.

P.-Últimamente la prehistoria no deja de traernos sorpresas. ¿Nos queda mucho por descubrir aún de esa etapa?

R.-Afortunadamente todavía queda mucho por descubrir. Si tenemos la suerte de no acabar con ello y de dar a la cultura y a la historia el valor que tienen para nuestra vida plena. Quizás nos queda también mucho para descubrirnos a nosotros mismos. La ciencia arqueológica ha avanzado enormemente en las últimas décadas. Nos encontramos entre los primeros países de occidente en cuanto a Ciencia y elaboración de descubrimientos. Pero nadie es perfecto. Nos falta divulgación de calidad y entrega de nuestros hallazgos al público. Los proyectos actuales de investigación del Ministerio valoran especialmente la divulgación científica, y eso está muy bien, pero ningún plan nacional o autonómico ha dado todavía el suficiente valor al conocimiento de nuestro pasado más antiguo. Los países europeos de nuestro entorno desarrollan una divulgación de calidad que nosotros no tenemos. Deberíamos aprender de ellos.

"Nos falta aún divulgación de calidad y entrega de nuestros hallazgos al público”

P.-Actualmente hay una exposición en el Museo de Huelva sobre la prehistoria en el suroeste de la Península Ibérica, ‘Ídolos’, que está siendo visitada como ninguna otra nunca. ¿La prehistoria interesa más que antes? ¿Ya no es ‘aburrida’?

R.-Todo depende de como se mire. Para mí la prehistoria no ha sido nunca aburrida, y en mi ya larga experiencia como profesional, siempre he encontrado curiosidad y buena disposición en los que me escuchaban, alumnos, profesionales y público en general. Eso de que a la gente le guste la morralla es completamente falso. A la gente le gustan los productos de buena calidad, y no hay mas que dárselos para que se note. Pero la mayor parte de los medios de comunicación y de los estamentos oficiales no parecen ser de la misma opinión.

P.-Huelva cuenta con importantes yacimientos prehistóricos, por ejemplo el Dolmen de Soto, que usted conoce tan bien, La Torre-La Janera -en cuya investigación participa actualmente- o las estelas de Cañaveral de León, que la hacen muy reconocida desde el ámbito académico. Sin embargo, más allá de ese ámbito la mayoría de los ciudadanos, dentro y fuera de la provincia, desconoce esa relevancia. ¿Hasta qué punto es necesaria también la divulgación? ¿Qué nos falta por hacer en Huelva en este aspecto?

R.-En Huelva hay organismos públicos que se están interesando en la promoción de los tesoros que posee la provincia. La Junta de Andalucía avanza en su interés por la cultura provincial, pero además hay una Diputación y sobre todo una Universidad, donde trabajan profesionales de probada calidad, siempre dispuestos a colaborar en beneficio de todos. No hay más que contar con ellos y dar prioridad social a lo que está en el fondo de nuestra entidad colectiva, que son la cultura y la historia.

"La sociedad civil no debe delegar de manera absoluta en las autoridades”

P.-¿Cuál es el papel de nuestra provincia en la investigación y conocimiento de la prehistoria? ¿Qué hallazgos han sido más determinantes?

R.-Huelva ha sido hasta hace muy poco la gran desconocida de la Arqueología española. Quizás porque la universidad es aun joven, y porque los intereses han ido por otros caminos. Sabemos muy poco de las épocas más antiguas del comportamiento humano, aquello que llamamos paleolítico, y algo semejante pasa con los momentos posteriores. Sin embargo tenemos un megalitismo impresionante, con centro en el Dolmen de Soto y en El Pozuelo y con formas que nos conectan directamente con el neolítico atlántico e imágenes que nos llevan hasta Francia o Inglaterra. Tenemos además un momento relacionado con las culturas mediterráneas que supone un área colonizada de las más importantes del Mediterráneo. Continuamos por la arqueología histórica de Roma y el Islam, hasta un medievo riquísimo con capitalidad en Niebla. No nos falta nada, salvo la valoración adecuada de lo que tenemos.

Rodrigo de Balbín firma en el libro de honor de la UHU tras se investido doctor ‘Honoris causa’.
Rodrigo de Balbín firma en el libro de honor de la UHU tras se investido doctor ‘Honoris causa’. / M. G.

P.-¿Y cómo se consigue eso? ¿Qué debería hacerse en Huelva para dar a conocer esa historia y que se valore, dentro y fuera?

R.-Por parte de la Administración promocionar la ayuda económica a la investigación y la conservación de los monumentos arqueológicos. Dinero y apoyo institucional a la actividad cultural histórica, incluyendo la valoración y colaboración con los estamentos universitarios. Por parte de la ciudadanía, organización, apoyo y seguimiento de las actividades culturales y promoción de las asociaciones defensoras del patrimonio. La sociedad civil tiene un papel fundamental en esa realidad, que no debe delegar de manera absoluta en las autoridades.

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