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Huelva/“El gran problema de la escuela de hoy es que enseña una sociedad que ya no existe”. Es una frase del profesor Joan Ferrés de la Universidad Pompeu Fabra, a la que el catedrático de Educación y Comunicación de la Universidad de Huelva Ignacio Aguaded, añade que esa misma escuela “tiene que enseñar además a la sociedad del futuro”.
En el presente ya existe un desfase entre la educación y la tecnología que la pandemia ha puesto aún más de manifiesto y “dado que la sociedad ha cambiado, también es necesario cambiar la formación de los maestros”, explica Aguaded, uno de los cien profesores de toda España –cincuenta de Educación y cincuenta de Comunicación– que han firmado recientemente un manifiesto para demandar un doble grado en Educación y Comunicación. “Tienen que entrar nuevos profesores formados. No vale el nivel de usuario porque eso no te permite ser mediador, es necesario un nivel avanzado y ahora los maestros están desbordados”.
Los firmantes del documento han solicitado también una entrevista con el ministro de Universidades, Manuel Castells, para marcar una estrategia de políticas públicas, “hay mucha investigación pero poco implementada”, lamenta Aguaded. En definitiva, los objetivos pasan por que estos futuros formadores conozcan bien “las redes sociales y el impacto de los medios además de dotarse de competencias mediáticas”.
Éstas deben actuar a modo de filtros para separar el grano de la paja porque como explica Aguaded, “la sobreinformación genera infrainformación, clichés que muchas veces no se saben procesar”. La escuela tiene que favorecer “un consumo inteligente de los medios para extraer lo bueno y descubrir lo malo que hay en ellos” y, muy importante, “saber diferenciar la ficción de la realidad, eso es sustantivo”.
Para el catedrático de la Onubense, la iniciativa “puede revolucionar la escuela sin necesidad de que todo el claustro cuente con ese doble grado, pero sí tener esa figura sobre la que pivoten todas las áreas como un eje transversal”.
“El mundo es tecnológico”, diagnostica, y debido a esta realidad considera que es “fundamental” una preparación que “no puede depender de pequeños cursos aislados”. Las consecuencias de este cambio no incidiría sólo en los alumnos, la formación redundaría también en beneficio de los padres, pilares fundamentales de la educación.
Aunque este movimiento ha arrancado con la demanda de ese doble grado, se trata de un proyecto global que va más allá. Una iniciativa que persigue “transformar el currículum de la formación de los maestros” y también en lo que respecta a los comunicadores. En este sentido los profesores de Secundaria también deben afrontar este reto de la sociedad actual y por eso apunta a la necesidad de transformar el currículum de los futuros docentes, “no tiene sentido que no haya una materia transversal”.
Además, considera que el máster habilitante que permite que una vez completado el grado se pueda ejercer la docencia, debe contar con un enfoque comunicativo para enseñar mejor a unos alumnos que “son más autónomos”.
Los docentes juegan con desventaja en una situación en la que “el móvil es omnipresente y omnipotente, de acceso universal y gratuito” además de “un instrumento peligrosísimo si no se sabe usar”. La realidad es que “la imagen penetra más que la educación, la primera es más intuitiva y directa”. En definitiva, explica Ignacio Aguaded, “el poder de los medios ha crecido de forma desorbitada y la pregunta que hay que plantearse es si las personas nos hemos acompasado a este hecho”.
El desarrollo de las competencias mediáticas lleva muchos años en la agenda de organismos internacionales como la Unesco, que ya en 2010 emitió unas directrices al considerar que la educación del futuro tenía que partir de otras premisas.
Ignacio Aguaded forma parte de Alfamed, una red interuniversitaria euramericana de investigación sobre competencias mediáticas para la ciudadanía integrada por doce países. Esta red organiza congresos e investigaciones en línea con la Unesco. Analizan las redes sociales y someten a examen el por qué de la relevancia de los instagrammers. “Pero después ha surgido Tik Tok, que tiene tres años”. “Es todo complejo”, concluye Ignacio Aguaded.
El cambio en la sociedad no sólo atañe a los educadores y el catedrático de Educación y Comunicación de la Universidad de Huelva Ignacio Aguaded también pone el foco en el papel de los comunicadores en la formación de una ciudadanía crítica. En este sentido, recuerda que “todo medio tiene un sentido de servicio social y la ética juega un papel fundamental”.
Defiende que “se puede hacer buena televisión y buena prensa con sentido ético”, el problema llega con la batalla salvaje por las audiencias pero, advierte, “el prestigio llega con los contenidos de más calidad”.
Todo vuelve al origen porque, estima, “los malos contenidos son el reflejo de una audiencia no formada”. Considera que las competencias mediáticas en los comunicadores son fundamentales porque “se centran en la personas y dan importancia a los valores”, mientras las digitales se limitan a lo meramente tecnológico.
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