Un solemne vía crucis con las restricciones de la pandemia

El Consejo de Hermandades y Cofradías celebra su vía crucis bajo unas estrictas medidas de seguridad por la Covid-19

El Cristo de la Providencia preside el piadoso acto

Celebración del vía crucis bajo las restricciones de la pandemia.
Celebración del vía crucis bajo las restricciones de la pandemia. / Josué Correa
A. R.

15 de marzo 2021 - 06:00

Huelva/Un vía crucis atípico, pero repleto de devoción. El fervor cofrade tomó forma en uno de los principales actos de la Cuaresma, organizado por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, y la colaboración de la Hermandad de la Santa Cruz, cuyo titular presidió el acto.

Al vía crucis asistieron el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz; el presidente del Consejo de Hermandes y Cofradías, Antonio González; la primera teniente alcalde de Economía, Presidencia y Relaciones Institucionales, del Ayuntamiento, María Villadeamigo; la presidenta del Puerto, Pilar Miranda; el jefe de la Policía Local, Rafael Mora; el hermano mayor de la Hermandad de la Santa Cruz, Juan Javier Márquez Cabeza; el resto de hermanos mayores de las hermandades de la capital y el pregonero de la Semana Santa 2021, Eduardo J. Sugrañes.

En un escenario diferente, marcado por las medidas sanitarias impuestas con motivo de la pandemia de coronavirus, alrededor de 120 personas se congregaron, respetando todas las restricciones, en el entorno de la parroquia de la Concepción para acompañar al Señor camino hacia la cruz.

El vía crucis de ayer tomó una forma notablemente diferente, no pudo trasladarse a ninguna plaza ni recorrer las calles de la feligresía, aunque sí se pudo celebrar en el exterior de la parroquia, siguiendo las recomendaciones sanitarias actuales por la pandemia del coronavirus. De hecho, cabe recordar que en las ocho capitales andaluzas y en Jerez se lleva a cabo en el interior de sus respectivas catedrales, más amplias que los templos de nuetsra ciudad, por lo que aquí se optó por las inmediaciones del templo ofreciendo así un menor peligro para la propagación del virus.

A las 19:30, el Cristo de la Providencia, titular de la Hermandad de la Santa Cruz, aparecía en el dintel de la parroquia de la Concepción, tras la oración inicial del obispo de Huelva, Santiago Gómez Sierra, ante la imagen que se encontraba a los pies del presbiterio.

El Señor estuvo precedido por el cuerpo litúrgico, el diputado mayor de gobierno de la Hermandad de Santa Cruz, el capataz y los doce portadores que llevaron la parihuela.

Pese a que al acto solo pudieron acudir un número reducido de personas –sentadas a suficiente distancia, con doble mascarilla y tras pasar el control de temperatura y de gel hidroalcohólico–, fueron muchos los que no quisieron perderse la cita desde los balcones. El inconfundible aroma del incienso y la serena música de la Cioral de la Sagrada Cena, que dirige Emilio Jorva, invitaron a todos los fieles a un encuentro que se presumía necesario, sobre todo, en tiempos de pandemia.

El acto fundió el atardecer de Huelva con las pequeñas luces que brotaban de los cirios que alumbraban las cruces de las estaciones. Un escenario que la pandemia ha borrado de las calles en los últimos meses, pero que ayer pudo recuperar el Consejo de Hermandades y Cofradías en este acto. Huelva se sumió ayer en el respetuoso silencio hacia Cristo, acompañado por la música y las lecturas de las estaciones.

Al vía crucis asistió por primera vez Santiago Gómez como obispo de la Diócesis de Huelva, quien quiso recordar que “estamos a punto de recibir la Semana Santa, al encontrarnos en el último tramo de la Cuaresma”. Asimismo, destacó el “dolor y el sacrificio” que trajo consigo el confinamiento, así como a las personas que han fallecido como consecuencia del virus, sobre todo, las que lo hicieron sin compañía”. En su memoria, se rezó un responso al final del acto. El obispo estuvo acompañado por el vicario, Emilio Rodríguez Claudio, y el director espiritual del Consejo de Hermandades y Cofradías de Huelva, José Manuel Barral.

El vía crucis comenzó con la condena a muerte de Jesús. La misma resultó de la opinión de la mayoría. El Señor la aceptó.

El acto continuó con el camino de Cristo hacia el monte Gólgota. Jesús, en un recorrido marcado por la violencia de los soldados, cayó hasta tres veces. Durante este período hasta tres personas profesaron su amor a Cristo, su madre María; Simón, quien le ayudó a portar la cruz; y Verónica, quien limpió con un paño su sangrado rostro.

Una vez finalizaron las lecturas relativas al camino de Jesús con la cruz en la que iba a ser crucificado, el vía crucis continuó la narración de cómo Cristo era despojado de sus vestiduras. Seguidamente, el Señor fue clavado a la cruz, donde prometió su reino al buen ladrón, ante la mirada de su madre y su discípulo.

Tras ello, Jesús fallecía en la cruz y, posteriormente, fue sepultado. La décimo quinta estación, finalmente, se convirtió en la bendición a Cristo tras resucitar de entre los muertos.

Respecto a las medidas tomadas por la Covid-19, además del cumplimiento de la distancia de seguridad y la obligatoriedad de portar mascarilla, un dispositivo de de Protección Civil y la Policía Local veló por la seguridad. A este último se sumó la aportación del Consejo de Hermandades, que añadió cuarenta personas más para reforzar el control. Por un lado, doce guardias de seguridad que emplea en Semana Santa y por otro, 28 personas más de horarios e itinerarios comandadas por Luis Alburquerque. El entorno de la Concepción permaneció cortado desde las 18:00 a las 21:30, una restricción en los accesos que incluye la entrada y salida de garajes ante la imposibilidad de vías alternativas.

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