Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Huelva/Existen varios municipios ribereños (Gibraleón, Niebla, San Juan del Puerto, Moguer y Palos de la Frontera), además de la capital (Huelva), que poseen zonas de riesgo de inundación o lo son en su totalidad. Este hecho ha provocado que, en un estudio realizado por Juan Antonio Morales, doctor en Geología y catedrático de la Universidad de Huelva, sobre los archivos de prensa local, se hayan identificado, al menos 55 periodos de inundación, que han afectado a uno o varios de estos municipios a lo largo del siglo XX, de los cuales 13 han estado directamente relacionados con la actividad fluvial, y 18 con la conjunción entre fenómenos fluviales, marinos y meteorológicos. De estas inundaciones, 28 han afectado directamente a la capital.
Se han producido inundaciones en los años 1904, 1912, 1919, 1926, 1927, 1945,1948, 1957, 1962, 1968, 1970, 1972, 1977, 1982, 1983, 1987, 1988, 1996, 1998, 2000, 2003 y 2004, localizadas principalmente en los meses de octubre a febrero, siendo el mes de noviembre el que concentra más casos de inundación.
Registros similares han sido obtenidos en el curso bajo del Río Guadiana. En el caso de Gibraleón, situado en la confluencia entre el río Odiel y su estuario, las crecidas del Odiel han afectado históricamente a la zona más baja del pueblo hasta la cota máxima de 5,63 metros alcanzada el 19 de noviembre de 1989. Estas áreas fueron protegidas por un levee en 1990. En el caso de Niebla, en una situación similar respecto al río Tinto, ocurre algo muy parecido, aunque son menos las áreas urbanas afectadas debido a la configuración orográfica del pueblo y a que el régimen del río Tinto es menos caudaloso.
Durante el paso de borrascas atlánticas el descenso de la presión atmosférica, unido a los vientos de componente sur, pueden elevar el nivel marino en la Costa de Huelva hasta un metro por encima de la pleamar correspondiente. La coincidencia de mareas astronómicas con momentos de pleamares vivas produce elevaciones excepcionales del nivel marino, por ejemplo, el día 20 de octubre de 2003 las condiciones astronómicas subieron el nivel del mar 0,69 metros por encima de una pleamar de coeficiente 108, llevando el nivel del agua hasta la cota de 2,5 m. por encima del nivel medio del mar sin la presencia de precipitaciones importantes.
Esta ha sido la principal causa de las inundaciones que han ocurrido en municipios como Punta Umbría o Mazagón, de tal modo que en las zonas frontales las construcciones de primera línea han sido atacadas por el oleaje y en las zonas localizadas tras el sistema de dunas la red de alcantarillado no ha sido capaz de evacuar el agua de las precipitaciones, incluso en ocasiones se ha producido flujo inverso y las bocas del alcantarillado han empezado a manar agua que entraba desde los efluentes marinos.
Juan Antonio Morales asegura que Huelva está "más preparada que otras ciudades" ante la llegada de un fenómeno como la DANA. Esto es gracias a que hace unas décadas se construyó en la ciudad lo que se llama el "cinturón sanitario". Esta infraestructura "incluye válvulas que no dejan entrar en las tuberías de desagüe el agua de la marea". Es decir, el agua "solo pasa en un sentido" y además sus dimensiones dan la posibilidad de que el caudal que contengan esas tuberías" sea tan grande que toda el agua que está lloviendo en la capital puede circular por las mismas".
Aún así, las inundaciones podrían llevarse a cabo porque en la ciudad, explica el experto, tenemos otro "problema": la existencia de las zonas alta y baja. "El agua de la Huelva alta entra en las tuberías y circula hacia abajo, hacia el nivel de las marismas. Digamos que en el nivel donde están situadas las barriadas bajas de Huelva entra el agua con mucha presión y entonces el cinturón sanitario tiene que ser capaz de evacuar toda esa agua que está entrándole a presión desde la parte alta de Huelva".
Por eso, indica, antiguamente las tuberías de Pérez Cubillas o de la zona del antigo estadio, "en vez de absorber el agua que estaba cayendo en la superficie, la expulsaban hacia arriba". Algo que, dice, ya no ocurre desde que se instauró el cinturón sanitario.
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