La plaza de SAN PEDRO y el barrio de SAN SEBASTIÁN
huelva de ayer A hoy
El embrión de la ciudad El barrio de San Sebastián es el germen de la Huelva contemporánea que en estas fiesta se reivindica, al estar hoy absorbido por el nuevo entramado de avenidas
Cuando hablamos del barrio de San Sebastián siempre aparece ante nosotros una descripción bastante acertada y hermosa, que realiza Juan Agustín de Mora, en 1762, en su publicación Huelva Ilustrada. En su recorrido por la ciudad llega hasta "la calle de San Sebastián, calle Nueva y calle de Palos. Sobresale en esta un elevado Cerro de arena colorada, que llaman Cabezo de la Horca. Abriéndose, pues, cada vez más estas dos alturas, dejan una capacísima área para la población, que se continúa por lo alto hasta la anchurosa Plaza de San Pedro, y Parroquia de esta advocación, matriz de la villa. Al norte de esta parroquia se va moderadamente elevando una altura escalpada por todas partes, y con moderada pendiente hacia el sur, donde descuella el castillo, antigua fortaleza de la villa, obra magnífica para aquellos tiempos".
Hay otros escritores que ilustran también a la perfección con sus palabras el corazón de la ciudad, que latía históricamente en este barrio y que fotográficamente vemos en esta imagen del Porfolio fotográfico de entorno a 1910. Francisco Montero Escalera nos adentra en sus calles diciendo que "el barrio de San Sebastián tiene por pórtico la Plaza de San Pedro, con sus airosas palmeras y su cuadrada torre, la más esbelta de la provincia".
Francisco Moreno Ortigosa decía, en 1952, que era un "barrio ancestral y típico este de San Sebastián, que evoca eras y huertos, caballos y zahones y se actualiza con brillo de caireles y estampidos de cohetes. Barrio con personalidad, arraigo y solera familiar y única de toreros rotundos y triunfadores. Barrio de mocitas bellas, hijas de las que, según la copla, gustaba al Santo Patrón a sacar a pasear".
Un barrio castizo en el que hoy, a pesar de la gran transformación urbanística sufrida, "todavía sigue latiendo para siempre el recuerdo de los que le dieron aliento de vida y de singular fisonomía, entre ellos los Litris, toreros de majeza, valor y pujanza", así lo aventuraba Montero Escalera, que no se podría imaginar el resultado de lo que diseña en 1964 por Alejandro Herrero y que se pone en marcha en 1984.
Un barrio que es puerta noble de la ciudad, como lo era antaño por la ermita del Santo -hoy en el entorno de la actual fuente- a la que se accede desde la Autopista del 92 por la avenida de Andalucía a la suya de San Sebastián. Un trazado de ciudad moderna, donde los vecinos aún reivindican el barrio antiguo que fue, embrión de Huelva.
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