El subinspector Garrido: "Al final tendré que pedir perdón yo"

Apuñalamiento del jefe de la Policía Local

La víctima de las cuchilladas muestra su "decepción" con la postura de la Fiscalía

Antonio Garrido, a su llegada a los juzgados de la Alameda Sundheim, ayer.
Antonio Garrido, a su llegada a los juzgados de la Alameda Sundheim, ayer. / Alberto Domínguez
Raquel Rendón

22 de agosto 2019 - 06:04

Huelva/"Al final tendré que pedir perdón yo". Con estas palabras se expresaba ayer en su perfil de Facebook el subinspector apuñalado el pasado 7 de agosto en Punta Umbría, Antonio Garrido, pero antes de esta frase lapidaria accedió a hacer declaraciones a la prensa a su salida del Palacio de Justicia de Huelva, una vez finalizó la vista oral.

En primer lugar, especificó que aunque ya están sanando "los navajazos", va a necesitar una seria "recuperación psicológica". Tiene tres cicatrices, dos de ellas en el torso y otra en el cuello, pero "eso se curará, las más importantes son las psicológicas porque no entiendo cómo por esto pueden llegar a apuñalar a un policía en la playa con cinco navajazos y con esa agresividad e intencionalidad".

El subinspector dijo que "nunca me había enfrentado a una situación parecida: son infracciones administrativas en la playa, estamos acostumbrados a hacerlas y todo el mundo sabemos el rol que cada uno juega". Cree que esa obsesión de Fernando C.M. por él también se extiende al resto de vendedores, porque "soy jefe de la Policía y mi función es la de evitar y controlar la venta ambulante no autorizada".

Juan R., abogado de los policías

"Me han dejado solo en la acusación, me parece increíble porque parece que la fiscal era la abogada de la defensa"

Cree que "la suerte ha sido fundamental no solamente para evitar lesiones, sino que me podía haber matado en cualquier momento". Porque entiende, después de vivir la situación, que el agresor seguía con la intención "de acuchillarme, pero gracias a dios el cuchillo se cerró en un momento determinado, la rápida actuación de mi compañeros, que caí de pie y pude defenderme un poquito...".

Por todo, se mostró "decepcionado" con la rebaja de pena del Ministerio Fiscal, "pero bueno, es la Justicia y esperaremos la sentencia". A su juicio, sería de recibo cambiar la legislación, porque "no podemos estar hablando de unos resultados sin valorar la intencionalidad, que es la de matarme".

Su abogado, Juan R., indicó a este periódico que "me han dejado solo en la acusación con respecto a Fernando y a Mikel", algo que le parece "increíble porque parece que la fiscal era la abogada de la defensa, no lo entiendo". El Ayuntamiento de Punta también mostró su "completa disconformidad".

Malestar policial por la reducción de pena de la fiscal

CSIF se solidarizó ayer con la principal víctima, el subinspector Antonio Garrido, y remitió un comunicado en el que señala que la rebaja de la petición de pena a la mitad por parte de la Fiscalía “ha provocado un gran malestar en el colectivo de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” porque entiende que “ha estado más pendiente de conseguir una condena para así facilitar que el acusado eluda la prisión que de hacer justicia”.

Considera además el sindicato que “sin la labor de la acusación particular de los agentes afectados es probable que el detenido a estas horas estuviese en su casa”. Con acciones como la de ayer, asegura, “los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad sienten el desamparo y abandono del Ministerio Fiscal. CSIF pide que el juzgador “no atienda al acuerdo de la Fiscalía con la defensa” y que actúe con “contundencia y ejemplaridad”.

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