La línea submarina de Cepsa estará renovada antes de final de agosto
La ampliación de la refinería La Rábida cumple los plazos previstos y sitúa a la onubense entre las más eficientes de Europa · La inauguración será en otoño y contará con la presencia de la Casa Real
Ya han comenzado los trabajos para la sustitución de los dos tramos de la línea submarina utilizada por la refinería La Rábida de Cepsa para la descarga de crudo. Las obras han arrancado una semana después de que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino diera el visto bueno a la actuación y considera que el proyecto no va producir "impactos significativos adversos". Se espera que el cambio esté listo antes de final de agosto, según aseguró el director de la refinería La Rábida, Álvaro García, tras la celebración de la junta general de accionistas de la compañía petrolera, que tuvo lugar ayer en Madrid.
De los tres tramos existentes en la línea submarina se cambiarán los dos primeros: el que sale de la refinería y pasa por la playa del Espigón, y el que arranca en este punto y llega hasta alta mar; el tercero, que se conecta a la monoboya de refinería se inspeccionará (como se hizo el año pasado) para comprobar su estado. El primero de ellos (de 1.300 metros de longitud), que se sustituyó hace cinco años a petición del Puerto para soterrarlo y que de esta forma pasaran sin dificultad los metaneros, se enterrará cinco metros por debajo del lecho submarino. El segundo (de unos 4.000 metros) se sustituirá por un nuevo, pero sobre el lecho. Su cambio se realiza para evitar el choque con agentes externos, según García, que especificó que el tercer tramo de la tubería de abastecimiento (de unos 5.000 metros) no se tocará.
Tras la aprobación de las cuentas anuales del pasado ejercicio (con un 48% menos de beneficio), que dejan clara la "difícil situación económica del momento", según el presidente de la compañía, Santiago Bergareche, ayer se resaltaba que Cepsa ha seguido apostando por la inversión. El ejemplo más significativo, la refinería de Huelva.
Después de tres años de obras, la Ampliación de la Capacidad de Producción de los Destilados Medios (ACPDM) y la nueva Planta de Cogeneración II, con una inversión de 1.250 millones, ya se encuentra en fase de ajustes y se espera que a partir de septiembre se pueda inaugurar de forma oficial. Un acto en el que ya se ha confirmado la presencia de la Casa Real. Ayer no se quisieron dar más detalles, aunque el consejero delegado, Dominique de Riberolles lo dejaba claro: "Hemos solicitado la presencia y la respuesta ha sido positiva. No podemos decir más". Con la planta a pleno rendimiento se logrará situar a Huelva en la primera línea de las refinerías de Europa, según De Riberolles. Y es que Huelva gana en eficiencia y aumenta su capacidad de producción y conversión, además de reducir sus costes fijos unitarios en un 40%. Se incrementará en 2,5 millones de toneladas la producción actual de gasóleo y queroseno, lo que supone duplicar la producción actual de La Rábida. Una de las claves para posicionarse entre los primeros es la capacidad para la conversión que se logra con la nueva planta de cogeneración, que producirá energía eléctrica y térmica (vapor), que servirá para alimentar la propia producción de La Rábida, lo que conlleva un importante ahorro. En cuanto a la producción eléctrica, su capacidad alcanzará los 51 megavatios al año, el doble de lo que precisa la refinería onubense y más del 80% de las necesidades de una población como la onubense, lo que permitirá su venta en unos términos de "elevada rentabilidad", ya que España es deficitaria.
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