Sueltan 300 perdices en la Sierra de Huelva para conservar el águila imperial
La iniciativa responde a criterios técnicos
Un ejemplar de águila pescadora es puesta en libertad en Palos de la Frontera tras su rehabilitación
La Consejería de Medio Ambiente ha llevado a cabo este viernes la suelta de 300 perdices silvestres o rojas (Alectoris rufa) en la finca El Calamón, propiedad de la empresa forestal Ence y ubicada en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, para contribuir a la conservación del águila imperial.
El delegado territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente, Pedro Yórquez; el director conservador del espacio natural, Antonio José López, y el director de Operaciones Forestales del Patrimonio Sur de Ence, Miguel Ángel Cogolludo, han soltado 150 de los 300 ejemplares liberados en Santa Olalla del Cala. La otra mitad del lote volarán en la Finca Dehesa de San Francisco, según ha indicado la Junta de Andalucía.
Ambas entidades, tanto Ence Energía y Celulosa como la Fundación Monte Mediterráneo, tienen firmado un convenio de mejora de biodiversidad con la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente para zonas de campeo de parejas de águilas imperiales. La suelta responde a criterios técnicos.
"La existencia de ejemplares en la zona es una noticia muy positiva para la conservación de esta especie en peligro de extinción", ha manifestado Pedro Yórquez, quien ha subrayado que "es un ejemplo de implicación de particulares y de propietarios de dehesas y ejemplo de colaboración público-privada en la conservación de especies protegidas".
Por su parte, el director de Operaciones Forestales del Patrimonio Sur de Ence, Miguel Ángel Cogolludo, ha indicado que "en todas nuestras actuaciones y nuestras líneas de trabajo tratamos de compatibilizar la producción con la mejora de la diversidad".
Las perdices pueden desplazarse hasta cuatro kilómetros del lugar de liberación y está comprobado que se integran en los bandos de perdices locales; además, por la lectura de anillas de color se ha constatado también la supervivencia de perdices liberadas dos años antes.
La disminución generalizada del conejo de monte a finales de los años 80 y posteriores décadas a causa de diferentes cepas de la denominada enfermedad hemorrágica vírica (EHV) afectó de manera negativa a la productividad de los territorios tradicionales de águila imperial.
"Es de vital importancia realizar una gestión adecuada en las fincas que redunde en la mejora de las poblaciones de conejo y de perdiz. En las zonas donde el conejo de monte ha desaparecido o es escaso, el águila imperial ha tenido que diversificar sus presas, alimentándose de diferentes especies de córvidos, carroña, reptiles, palomas y perdices, animales que están en la base trófica de todas las especies de depredadores en el Parque Natural", ha afirmado Pedro Yórquez.
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