Tamara Martín, la sargento de Huelva que rompe barreras en el Ejército del Aire: "Cada mujer que se une a las Fuerzas Armadas contribuye a la igualdad"
Tamara considera que "el talento, la capacidad y el compromiso no tienen género"
Ser mecánica de aviones le ha brindado la oportunidad de participar en maniobras nacionales e internacionales, así como en misiones en el extranjero
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Tamara Martín tiene 32 años, es natural de Huelva y actualmente está destinada en el Ala 31 de la Base Aérea de Zaragoza, donde ocupa el cargo de Sargento del Ejército del Aire, con la especialidad de mantenimiento de aeronaves. En concreto, se encarga del avión de transporte A-400M. Un trabajo que dice apasionarle desde que era niña y que, al contrario de lo que algunos puedan pensar, no le vino dado por tradición familiar. "Desde pequeña he sentido una profunda admiración por quienes dedican su vida a proteger a los demás, así como un gran interés por el mundo de la aviación y por todo ello decidí unirme al Ejército del Aire y del Espacio", explica. Esta profesión no solo le ha permitido cumplir ese sueño de trabajar con aeronaves, sino también de "formar parte de algo más grande, donde lo que hacemos tiene un impacto directo en la seguridad y defensa de España".
Asegura que su familia acogió su decisión de unirse a las Fuerzas Armadas con mucho orgullo y apoyo. "Siempre me he sentido completamente respaldada por ellos en cada paso de mi carrera, lo que ha sido fundamental para mí. Esto me ha ayudado a enfrentar los retos que suponen esta profesión".
Si bien es cierto que históricamente esta ha sido una profesión predominantemente masculina, asegura que "día a día vemos cómo las mujeres han ido ganando más espacio y reconocimiento, y estoy muy orgullosa de formar parte de este cambio". Personalmente, siempre se ha sentido valorada por su trabajo y ha tenido "las mismas oportunidades y responsabilidades" que sus compañeros. "Creo que en el Ejército lo que realmente importa es el esfuerzo, el compromiso y la profesionalidad, independientemente del genero".
Al principio, revela Tamara, "no fue fácil, ya que adaptarse a una vida tan exigente como la militar requiere esfuerzo y dedicación. Sin embargo, con el paso del tiempo logré superar los obstáculos iniciales y hoy en día me siento mucho más segura y confiada en mis capacidades". Ser mecánica de aviones le ha brindado la oportunidad de participar en maniobras nacionales e internacionales, así como en misiones en el extranjero, lo que ha sido un gran impulso tanto para su desarrollo profesional como personal. "Cada día me enfrento a nuevos retos que jamás me habría planteado antes de pertenecer al Ejército del Aire"-
Su trabajo como mecánica de aeronaves consiste en asegurar que los aviones estén en condiciones óptimas para volar. "A diario, realizo tareas de mantenimiento, revisiones y reparaciones, trabajando junto a mi equipo para asegurar que cada sistema funcione correctamente". Un día típico para ella incluye diagnósticos técnicos, reparaciones de sistemas y pruebas operativas para garantizar que el avión esté listo para cumplir con su misión. "En mi equipo de trabajo somos 17 personas, de las cuales 5 somos mujeres. Aunque el número de mujeres sigue siendo menor cada día somos más", celebra.
Para la onubense la conciliación familiar también es "vital". Algo que, dice, le brinda el Ejército. "Estoy casada con mi mujer y aunque no tenemos hijos, estoy segura de que si algún día decidimos tenerlos, la flexibilidad que ofrece este trabajo me permitirá conciliar sin problemas mi vida laboral y personal". Afirma que no tiene hijos, "pero si los tuviera, estoy segura de que sería un modelo a seguir para ellos. Creo que el trabajo que hacemos tiene un impacto significativo, no solo a nivel profesional, sino también en la vida personal de quienes nos rodean".
Para Tamara, los valores fundamentales en su trabajo son "el compromiso y la responsabilidad. El compromiso con la misión y con mi equipo para cumplir cualquier tarea. Y la responsabilidad para realizar cada acción siendo consciente de su impacto". Lo mejor de su trabajo, dice, "es la oportunidad de superarme constantemente, enfrentar desafíos nuevos y trabajar en equipo, sabiendo que lo que hacemos marca una diferencia real".
Anima a las mujeres y a las nuevas generaciones a trabajar en las Fuerzas Armadas, "para que sigamos demostrando que podemos y debemos ocupar nuestro espacio en cualquier ámbito. Esta es una experiencia llena de retos, es cierto, pero también de oportunidades y recompensas, ya que cada día es una oportunidad para aprender, crecer y demostrarte a ti misma de lo que eres capaz".
Cree con firmeza que cada mujer que decide unirse a las Fuerzas Armadas "contribuye a romper barreras y a demostrar que el talento, la capacidad y el compromiso no tienen género".
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