La tarea de recuperar a decenas de escolares

Caso Laura Luelmo

El Instituto de Bachillerato Vázquez Díaz de Nerva vivió intensamente la pérdida de su profesora

Isidoro Romero. director del IES Vázquez Díaz de Nerva. / Óscar Lezameta
Óscar Lezameta

23 de diciembre 2018 - 05:00

Nerva/Isidoro Romero tiene 59 años. Vive en El Campillo y es el director del Instituto de Enseñanza Secundaria de Nerva, donde Laura Luelmo encontró su primer trabajo como profesora. Vivió la tragedia pro partida doble. Tiene prisa por volver a casa y, tal vez a descansar por primera vez en varias noches. Habla con calma y lo único que le apena es “haber tenido un poco más de tiempo para conocerla y hablar con ella, pero es que llegó el día 4, se fue a pasar el puente y volvió el día 10 antes de que desapareciera”.

Da clases de Física y Química a chavales de 17 y 18 años y aunque ese día no le tocaba, el lunes se le vino el mundo encima. Había tomado parte en las labores que decenas de sus vecinos llevaban a cabo por los caminos de los bosques que rodean su pueblo. Cuando regresó a dar clases, la tristeza se adueño de todas las clases. “La verdad es que no lo podremos olvidar. A media mañana se desató todo y veías a chavales llorando por los pasillos sin poder evitarlo. De inmediato, se plantearon el hacer el mural que vamos a dejar ahí tanto como seamos capaces de conservarlo y me llamó la atención de que todos ellos hacían mención a la esperanza y eso es lo que a mi también me llena de eso, porque esa es la manera de sobrellevar una tragedia semejante”.

Mural realizado por los alumnos del IES Vázquez Díaz de Nerva. / Óscar Lezameta

Es consciente de que “cualquier tipo de actividad que llevemos a partir de ahora y hasta el final del curso, debe estar orientada a la superación de esto y así lo hemos planteado, haciendo hincapié en la convivencia, en esos valores que en este caso han quedado destrozados. Había poesías, frases que trasladaban el dolor de todos y eso es con lo que nos tenemos que quedar y dejarles que lo expresen a su manera, porque a pesar de que apenas conocieron a Laura, era de esas personas que se hacían querer desde el primer momento”.

En ese momento, los pasillos se llenan de la típica bulla que se espera a la hora de salida de un colegio. En eso sí que han conseguido que vuelvan a la normalidad. El también lo desea. Recuerda que recibió “una carta del ministro. Hemos tenido aquí a la consejera, al delegado y el apoyo de todos, pero un ministro es más serio. Quiere volver a la normalidad como su primer objetivo. Lo tiene complicado, aunque los gritos, las risas y las carreras de sus alumnos, lo harán más fácil. El mural, las flores, las velas y los recuerdos que todos tienen de Laura, se empeñarán en recordarles lo que perdieron a comienzos de semana.

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