Gonzalo Suárez, psicólogo experto en TCA en Huelva: "empezar una dieta siempre es el primer factor de riesgo"

Pregunta.¿Cómo evoluciona la cifra de casos de Trastorno de Conducta Alimentaria en Huelva? ¿Se han detectado más o menos que en años anteriores?

Respuesta.La evolución en Huelva sigue la tendencia que se observa en otras ciudades y países: va en aumento. Si antes la prevalencia era del 5% de la población, ahora estamos en torno a un 8%. Desde la pandemia nos enfrentamos a un aumento considerable y la tendencia se mantiene.

P.¿A qué se debe esta evolución?

R.Hay muchos factores. Internet y las redes sociales no ayudan, la verdad. Cada vez es mayor el culto al cuerpo y muchas personas se sienten presionadas por tener un peso o una figura determinada. Se está premiando la delgadez antes que la salud y debería ser al revés. Un cuerpo delgado no es sinónimo de salud. A veces, es incluso lo contrario.

P.¿Cómo afecta un TCA a la calidad de vida de la persona que lo padece? ¿Y a su entorno más próximo?

R.Le afecta bastante. Imagina que tienes un problema con algo y todo el tiempo te lo están mostrando, y tú ves todos los días tu incapacidad para solucionar lo que te atormenta. ¿Cómo te sentirías? El problema de los TCA es que se enfrenta a la comida todos los días y no solo una vez. Si tuvieras una fobia a algo, con evitar ese algo estarías tranquila, pero la comida está presente todos los días y es necesaria para poder vivir. Ver aquello que no puedes solucionar a cada momento genera ansiedad, depresión, obsesiones, entre otros.

P.¿Cómo afecta a su entorno más cercano?

R.Con respecto a los familiares, muchas veces no suelen entender lo que pasa en un primer momento. “Si el problema es el peso pues que coma y listo” pueden decir. Yo les intento hacer ver que cuando hay un TCA el problema no es la comida. Si hacemos una comparativa con lo físico, si nos hacemos un esguince y tenemos que ir con muletas, es probable que nuestros familiares no nos digan que nos pongamos a correr. Lo que ocurre con los trastornos mentales es que la “lesión” no se ve, pero hay algo en la forma de pensar o alguna emoción que impide la solución. Los familiares lo pasan mal porque se suelen volcar mucho y no ven resultado. Eso genera mucha frustración. Entender un TCA es complicado porque es un problema complejo. Siempre hay que atender a los familiares del paciente o la paciente y brindarles apoyo.

P.Huelva es un destino de playa y en el que el verano es muy distinto a otras temporadas. ¿Cómo ve la época estival una persona con TCA? Salir, comer en familia o con amigos, turismo…

R.Lo viven francamente mal. Es una época en la que se exhibe más el cuerpo y se suele comer más y fuera de casa. Esto hace que pierdan el control en las comidas. Una cabeza que suele contar todas las calorías que injiere se agota ante este descontrol y la forma de intentar no engordar… imagina. También el ver otros cuerpos en la playa les hace compararse -"siempre salen perdiendo"- y hacen que se estresen aún más con su cuerpo, no les guste y quieran bajar más de peso. El verano es la peor época para ellos. El nivel de ansiedad y depresión suele aumentar en las personas con TCA significativamente.

P.¿Los TCA se diagnostican con más frecuencia a una edad concreta o ninguna franja está exenta de ellos?

R.Yo he atendido a gente desde los 11 añitos hasta gente con 60. El abanico es amplio, aunque el inicio se suele dar en la adolescencia, cuando empezamos a construir nuestra identidad. En esa época muchos adolescentes se identifican casi exclusivamente con su cuerpo. A veces el pensamiento es “no valgo, no me siento segura, pero si tengo un cuerpo bonito la gente me querrá, no se darán cuenta de mis defectos”.

P.Aunque no nos podemos aventurar a diagnosticar sin ser especialistas, ¿existen algunos indicios que deberían alertarnos sobre si una persona puede estar atravesando un TCA?

R.Sí que hay algunos signos algo más visibles. Iniciar una dieta es la primera causa de aparición de un TCA. Si observamos que cada vez se restringen más alimentos, incluso aquellos que eran los favoritos, se cuentan las calorías, quiere alimentos determinados, no quiere comer fuera de casa, se deja de salir con amigos porque van a comer fuera, dice que no tiene ganas de comer o que ha comido fuera, y a todo esto le acompaña una pérdida de peso importante, es posible que estemos ante un TCA. El que justo después de comer vaya al baño es otra señal que tenemos que observar, ya que puede que esté vomitando. También ver que falta comida en casa nos puede hacer pensar que hay atracones.

P.¿Qué deberíamos hacer, como no expertos, en ese caso?

R.Lo que hay que tener claro es que cuando aparece un TCA el problema no es la comida. Está más o menos aceptado que si a alguien le dan una mala noticia o pierde el trabajo y se pone a beber lo hace para desconectar, para olvidar. En un TCA también se come o se deja de comer para desconectar. A veces, cuando nos pasa algo que nos afecta mucho nos da por comer. A otras personas en la misma situación se les cierra el estómago. Este trastorno es un paso más y, cuando lo padece, la persona maneja su malestar solo con esa estrategia: comiendo o dejando de comer. Como no expertos deberíamos acercamos y preguntarles cómo se sienten, cómo va su vida (familia, trabajo/estudios, pareja, amistades,…) y tratar de analizar lo que le hace sentir mal para ayudarles a que se centren en ese problema y lo intenten solucionar. El sentirse escuchado y apoyado es una de las mejores ayudas que podemos recibir.

P.¿Fases por las que pasa una persona -generalmente- que se encuentra atravesando un TCA?

R.Hacer dieta es el primer factor de riesgo para desarrollar un trastorno de este tipo. Cuando nos ponemos a dieta y vemos los resultados, nos hace sentir bien. Al fin y al cabo es ponerse un objetivo y cumplirlo. Nosotros lo vemos y el entorno también lo ve, por lo tanto obtenemos un refuerzo de amigos y familiares, acaba creando el sentimiento de "estoy delgada y a la gente le gusta". Pero el círculo de querer hacer dieta y perder peso nunca es suficiente. Cuando a la paciente le explicas que tiene un TCA normalmente se siente más aliviado porque le explicas que está manejando todo su malestar a través de la comida y empiezan a entenderse a ellas mismas.

P.¿Cuándo podemos decir que el paciente está fuera de peligro?

R.Por norma general, hay un tercio de los pacientes que se recupera totalmente, un tercio de pacientes que suele tener algún síntoma durante su vida y un tercio en el que se cronifica el trastorno. Siempre le digo a las personas cuando vienen a verme a la consulta que todos tenemos una forma de enfermar a nivel mental. Hay gente que cuando le pasa algo se obsesiona mucho, a otros les da por dormir y no levantarse de la cama, otros desarrollan ansiedad y otros comen o deja de comer. En ese caso les digo, una vez que lo superan, que cuando sientan que otra vez comienzan a presentar síntomas, miren lo que ocurre en su vida para que estén entrando de nuevo en aquel círculo. Cuando miran, se dan cuenta de que el tema que tienen que solucionar está en otro lado y no en su peso (familia, pareja, amigos o trabajo, por ejemplo). ¿Están fuera de peligro por completo? Sí y no, porque es verdad que mejoran, pero la alarma estará siempre y, una vez que se conocen, lo que deben que hacer es atender a su vida y a su mente.