Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
La gastronomía serrana y onubense está muy de moda últimamente, siendo a día de hoy uno de los pilares con mayor futuro para un turismo creciente en la provincia de Huelva y Andalucía. Esto se ve refrendado con Huelva como Capitalidad Gastronómica para 2017 y en la Sierra en estos últimos días con la celebración de La Rebelión del Jamón, unas jornadas de turismo gastronómico abierta al mundo y especialmente dirigida a periodistas y agencias de viajes de nuestro país.
Aun así, en la Sierra hay tradiciones que no cambian, siendo parte de la esencia de este privilegiado destino rural y reclamo de muchos turistas durante todo el año y en singular durante el otoño. Y uno de los máximos exponentes turísticos, de lo que más gusta al visitante, es la gastronomía. El hecho de probar los platos caseros de la Sierra, los de toda la vida, tal y como hacen nuestras madres o abuelas.
Y si hay un plato típico y tradicional en el otoño serrano son las migas. Un plato sencillo, con pocos ingredientes, de fácil elaboración, pero que no sale siempre igual. Incluso según la zona donde se haga cambian algunos matices que hacen de las migas un plato diferente. Hasta en un mismo pueblo existen familias que hacen las migas de forma distinta. Sea como fuere, unas buenas migas serranas se hacen con pan, que es la esencia, patatas, ajos, recomendable mosto, un poco de agua, y obligado sal y aceite.
A partir de ahí, se necesita una buen sartén para hacerlas y como se dice en la comarca serrana -"trabajar las migas"-, porque casi de forma constante se hacen dándole un movimiento, de arriba hacia abajo, con una espumadera de madera o de acero inoxidable.
En la Sierra el momento más habitual para probar las migas es el otoño e invierno, aunque durante el resto del año es muy típico también cocinar este plato cuando sale algún día algo nublado o lluvioso. También están los amantes de las migas que no pierden la oportunidad de hacerlas en verano, pero igualmente en días con mal tiempo.
Incluso en estas fechas los pueblos de la Sierra realizan muchos eventos y actividades en los que las migas también están muy presentes o hasta son protagonistas. Precisamente, durante el pasado Puente de Todos los Santos hubo migas en varias actividades y eventos, como en Los Romeros o Valdelarco (en una de las comidas que se dio durante la IV Feria de agronaturaleza y ecoarte), y habrá más en las siguientes semanas.
Y además se celebraron las tradicionales Migas de Tosantos en Santa Ana la Real. En este último pueblo es una tradición que se viene repitiendo en las últimas décadas, además con la particularidad frente a otras citas en la comarca de hacerlas de noche, y que congrega a centenares de personas. En el caso de Santa Ana la Real fue el pasado sábado por la tarde-noche y en la céntrica Plaza de España, donde hubo varias candelas de leña en las que se hicieron las migas que fueron degustadas, en muchos casos repitiendo, por todos los presentes. Una fiesta y tradición que organiza el pueblo con la ayuda del Ayuntamiento. Todo a un precio módico y con la compañía del rico mosto serrano. Y ya bien entrada la noche el pueblo hace un baile multitudinario, habitual en la noche de las migas, como si fuera Nochevieja. Como singularidad, por la tarde, los niños del pueblo van puerta por puerta por todas las casas para pedir algunos ingredientes para las migas. Los vecinos principalmente les dan patatas y pan, que son portados en los serones de varios burros.
Y sin duda alguna, el gran evento relacionado con este típico plato son las migas solidarias de La Umbría, aldea aracenense. Una cita que tomó la idea de las migas de Santa Ana la Real y que será el gran evento del próximo Puente de la Inmaculada en la comarca serrana. Este año será el jueves 8 de diciembre y ya van diecisiete ediciones a través de la asociación de mujeres El Pilar, toda la aldea e incluso colaboradores de pueblos cercanos. En La Umbría lo recaudado va, a partes iguales, a beneficio de la aldea y alguna causa solidaria, previa convocatoria pública, para ayudar a personas o colectivos que lo necesiten.
Las Migas solidarias de La Umbría han tomado auge en los últimos años: centenares de personas acuden y la organizan durante todo el día, con más de 150 kilos de patatas o más de 150 panes, además de otros productos que cada vez se van incorporando a esta cita.
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