Los toreros y la devoción rociera

Los toreros siempre mostraron su cercanía a las devociones más populares contribuyendo también a esa propagación de las mismas. Lo cierto es que ellos saben que cuando pisan la arena se enfrentan a la muerte, es lo que le lleva a tener ese momento de intimidad desde que se visten de luces en el hotel y sacan su pequeña capillita portátil, con las estampas de su devoción. Un rezo para sentirse más seguro, en una de esas tardes que pudieran pintar Picasso o Pepe Caballero o entrar en el mundo de Orson Wells.

En las plazas de toros también se estila tener una pequeña capillita para ese momento de trance antes de salir al ruedo.

En estos días esa capilla la forma ‘Otorga lo imposible’ una exposición de la vinculación de los toreros con la devoción a la Virgen del Rocío. La promueve la Hermandad Matriz de Almonte en la Plaza de Toros de las Ventas con la participación del Centro de Asuntos Taurinos de Madrid; dado el éxito de la misma se espera que se pueda ver en Huelva próximamente.

Una recreación de ese Rocío devocional con el cuarto de las velas de promesa, y otros detalles propios de la romería que evocan esta singular vinculación, la procesión, la Virgen de Pastora...

Toreros como Miguel Báez ‘Litri’, a caballo cuando fue hermano mayor de la Hermandad de Huelva. 

Un recorrido por exvotos, fotografías, programa de mano de acontecimiento taurino como la inauguración a principios del siglo XX de la plaza de toros de Huelva de la colección de Luis Rufino Charlo.

Trajes de luces de nuevos toreros  se exponen junto a simpecados bordados con trajes de afamados toreros que están en la cumbre de la tauromaquia. El Simpecado de Punta Umbría, con pintura en el tondo de la Virgen del Rocío de Pedro Gil Mazo y bordados de un traje de Miguel Báez ‘Litri’.

El Simpecado primitivo de la Hermandad de Córdoba de los años treinta con pintura de la Virgen del Rocío de Julio Romero de Torres, bordado por las Madres Adoratrices y regalo del rejoneador Antonio Cañero.

El Simpecado de la Hermandad de Camas, con bordados de un traje de Curro Romero de la madrileña sastrería de y realizado por el taller Secor de Sevilla; el medalla de la Virgen es de Francisca Jara Navarro.

Junto a estos simpecados se encuentra el de la Hermandad de Madrid como anfitriona rociera de la capital de España.

Una de las curiosidades es el hierro con el que se marcaba las reses de la Hermandad Matriz.

La exposición está abierta en el tendido cuatro bajo, junto a la enfermería. No podría estar mejor situada, donde el torero que necesita del cirujano, pero igualmente de la fe para llegar donde no puede la medicina.