Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
huelva playa a playa
A un paseo de pocos kilómetros de Punta Umbría se encuentra escondido el secreto virgen de su Costa, su secreto mejor guardado. A pie por la misma arena o a través de la pasarela de madera que recorre el paraje, unos minutos separan la animación de las playas más frecuentadas de Punta Umbría y La Bota de la tranquilidad más absoluta de la playa de Los Enebrales. No faltan los cicloturistas que aprovechan su buena red de caminos señalizados o los deportistas que encuentran entre su aire un lugar ideal para ponerse en forma. Incrustada entre La Bota y Punta Umbría espera Los Enebrales.
Se trata de una larga extensión de 2.300 metros de longitud y medio centenar de anchura que tiene una primera línea costera baja y una barrera dunar que separa la playa en sí misma de los enebrales que le dan nombre. Discurre en paralelo a la carretera que conecta por la costa Punta Umbría con La Bota y sigue hacia El Portil. Con algunas construcciones turísticas en su primera parte, el resto de su espacio está cubierto por enebros, pinos y dunas en el característico paisaje tan singular de la Costa onubense. Los Enebrales mantiene intacta su riqueza natural y el encanto. Entre pinos, dunas y sabinas hay especies protegidas como los propios enebros o el camaleón, auténtico rey de la costa onubense.
Como destaca la Junta de Andalucía, en esa masa vegetal habita una abundante fauna con reptiles y aves como principales inquilinos. El lagarto ocelado es su otro gran habitante. El gran valor ecológico de Los Enebrales reside en ser uno de los pocos bosques mixtos de sabinas y enebros que existen todavía en el litoral andaluz. Por todo ello es en su conjunto un espacio protegido y aislado de las grandes construcciones humanas, lo que garantiza su existencia para las generaciones futuras. Las zonas más cercanas a La Bota y Punta Umbría son las que cuentan con más servicios para los visitantes.
En sus extremos existen aparcamientos y los medios habituales de una playa como duchas, lavapiés, alquiler de sombrillas, hamacas y servicios de restauración. En cambio, una vez se avanza unos metros el usuario se encuentra con la arena y la playa como únicos acompañantes. De todos modos nadie echará en falta nada porque este secreto puntaumbrieño ofrece la comodidad de su proximidad a núcleos en los que encontrar todo lo necesario. La extensa llanura que deja la bajamar convierte Los Enebrales en el paso habitual para puntaumbrieños y portileños que disfrutan al caer la tarde de la tranquilidad más absoluta. Es ese carácter reservado que garantiza el paraje lo que atrae a los bañistas que huyen de las playas más concurridas. Por ello, sin estar oficialmente reconocida como tal, es habitual que en su zona central haya practicantes de nudismo. Todo ello en un espacio amplio y sin saturación que permite a cada visitante encontrar su sitio en Los Enebrales.
Una pareja camina por las tablas que conducen a la playa a través de la naturaleza.
Es una zona perfecta para los que buscan disfrutar de la playa sin aglomeraciones.
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